Stress post-traumático-Ámbar-

18 4 1
                                    

                                  Capítulo 5

                                        "Stress post- traumático"

No sé cómo llegue a mi habitación, solo recuerdo que cuando desperté no podía moverme.
Únicamente me quedaba esperar a que se me pase ésta parálisis del sueño que duraría únicamente unos 10 minutos, algo a lo que estaba más que acostumbrada, porque solía pasarme desde muy temprana edad.
Hace un par de años lidio con éste tipo de cosas, a veces me cuesta mucho dormir y espero a que amanezca, para dormir cuando salga la luz del sol, otras veces tengo miedo, e imagino cosas, asi que duermo con la luz encendida.

Voy a un psicólogo para lograr lidiar con ésto, ya que según los especialistas a los que tuve que ir, ésta parálisis se presentaba por un trastorno de estrés postraumático.

El estrés post-traumático había formado parte de mí y de mi vida desde hacía ya unos 2 años. Todo cambió desde aquella noche en la que mi padre perdió el control manejando.

Era una noche lluviosa, en la que únicamente nuestro auto andaba por la carretera, parecíamos las únicas personas dispuestas a correr el riesgo de viajar un día de lluvia. Hacía mucho frío, casi no sentía mis manos, así que opté por poner mis manos bajo mis piernas para poder calentarlas ya que la calefacción no funcionaba porque el auto que mi padre manejaba era un auto viejo.

Todo cambió de un instante a otro, cuando, según mi padre, un ciervo se cruzó en su camino. En un intento de esquivarlo, perdió el control del auto y chocamos contra un árbol.

Mi madre no llevaba cinturón de seguridad, razón por la cual salió despedida del auto. Atravesó el cristal frontal y murió en el instante.

Mi padre salió ileso, mientras que yo, perdí la visión debido a que un montón de vidrios se incrustaron en mis ojos.

Entre todos éstos pensamientos no me di cuenta de que ya podía moverme.
No sabía qué hora era porque no podía pulsar mi reloj parlante. Así me gustaba llamarlo. Presionaba un botón y el reloj producía un sonido. Una voz algo extraña me decía la hora y la temperatura. Usé este reloj por mucho tiempo antes de la operación y lo recordaba como algo divertido, así que continuaba usándolo.

Al cabo de unos minutos, logré moverme y recordé lo que había soñado:

Sucedía en la ruta. Mi papá iba manejando. Yo iba sin cinturón en el asiento del acompañante. La música sonaba muy fuerte y aunque el auto tenía techo, gotas de lluvia caían en mi cara, logrando así empaparme. Pero sólo en mi lado del auto. En mi sueño despierto sin poder ver.

Ésta misma pesadilla venía a mi mente una y otra vez, y casi siempre cuando tenía fiebre.

Luego, cuando despertaba, veía todo distorsionado. Figuras enormes que me daban miedo, pero que sabía que no existían. Luego figuras muy pequeñas... así que solo cerraba los ojos para tratar de no pensar en esas cosas y poder dormir. Muchas veces funcionaba.

Desde muy temprana edad tuve que aprender a lidiar yo sola con las cosas porque mi padre nunca estaba en casa y mi madre ya no era parte del mundo físico.

Si tenía fiebre tomaba una toalla del baño y la mojaba con agua fría para luego ponérmela en la frente. Sabía que tenía que tomarme la temperatura con un termómetro primero.

La pesadilla no se alejaba mucho de la realidad, ya que iba en el auto con mi padre cuando tuve el accidente en el que perdí la vista.  Mi padre y yo íbamos con el cinturón puesto en la parte de adelante, y mi madre iba en la parte de atrás, donde los cinturones directamente no existían.   En algún momento me dormí y desperté en el hospital, en terapia intensiva. Habíamos chocado a una velocidad excesiva, pero las únicas que habían resultado heridas habíamos sido mi madre y yo. Mi padre no tenía rastros de haber estado en ese accidente, fue como si hubiese ido manejando yo sola. Aunque no tenía registro ni sabía manejar.

Mi padre se excusó diciendo que él tenía puesto el cinturón de seguridad, y que el impacto había sido del lado derecho, tanto delantero como trasero. Al chocar, los vidrios de las ventanillas del auto se rompieron en cuestión de segundos. Parte de éstos vidrios que se rompieron entraron directamente en mis ojos.
¿Había quedado totalmente ciega? Y en caso de ser asi, ¿volvería a ver?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 07, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El arte de la desobedienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora