¿Primer amor? -Samay-

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¿Primer amor?



La realidad es que no. Nunca más se supo más nada de ese chico, o por lo menos yo nunca me enteré. No sabía si había vuelto con su familia o si se había perdido por las calles y estaría intentando volver sin saber como.

Tampoco recuerdo que hayan preguntado por él, o tal vez una vez lo hicieron, pero nunca más.

Recuerdo haber tenido mucho miedo de escapar, porque no sabía hacia donde ir, ni si iba a poder reencontarme con mi mamá. Pero ése pensamiento lo tuve, pensé que tal vez a mi madre la habían obligado a dejarme allí y que realmente ella no quería, porque siempre fuimos muy unidas y no podía llegar a entender por qué me dejaría si yo estaba bien con ella, si no había lugar donde me sintiera mas segura que a su lado. Para mi no existía un lugar mejor, quería estar con ella sin importar las circunstancias, sin importar como vivíamos ni en que estado se encontraba.

Después, con el tiempo entendí que muchos chicos quisieran estar en el lugar en el que estaba yo, un lugar donde tenía la posibilidad de dormir calentita y comer cuatro veces por día.
Pero a mi no me importaba todo eso, yo la extrañaba mucho y contaba los días para volver a su lado.

Al pasar las semanas fui acercándome cada vez más a Alexis. Un chico muy simpático, un par de años mayor que yo, con el que me llevaba muy bien, a pesar de la diferencia de edad, que tampoco era mucha. Me sentía a salvo con él, aunque no estuviera en peligro. Me hacía sentir bien saber que tenía a alguien que me cuidara.

Con Alexis fue mi primer beso. Lo recuerdo perfectamente: en el patio del hogar había un auto viejo, que, por razones obvias, no arrancaba. Estábamos jugando y, asi, de la nada, me pidió un beso. Obvio se lo di. Y, después de eso, como si no hubiese pasado nada, comimos sin hablar del tema.

La pasábamos muy bien juntos, hasta que un día, sin siquiera esperarlo, lo fueron a buscar sus papás.

-Deciles que no te querés ir- Le dije.

-Ya les dije- Me respondió.

Esa misma noche, mientras todos comíamos, Alexis vino a despedirse. Era definitivo, se iba del hogar y yo me quedaba sola de nuevo. Me tomó mucho tiempo entender que él no tenía la culpa y, a la vez, que el enojo de esa noche, en realidad, era tristeza.

No quise saludarlo, ignoré todas sus formas de despedirse porque estaba muy triste. Muy decepcionada. Ya sé que él no tenía la culpa, eh! Pero me tomó tiempo entenderlo, asi que déjenme seguir contando la historia.

En definitiva, tampoco supe más nada de él y tampoco llamó para decirme que estaba bien o que me extrañaba. Nunca supe por qué él estaba en ese hogar. La realidad era que tenía padres que habían vuelto por él, a diferencia mia. Lo único que sabía con certeza era que se había ido para no volver.

Pasó el tiempo y como ése era un hogar de transición, tenía que cambiarme a otro. En éstos hogares es común estar poco tiempo. Sabía que no quería irme, después de todo había logrado adaptarme y tenía amigos en ese lugar. Yo era muy tímida y me tomaba mucho tiempo hacerme amigos, me sentía muy triste cada vez que tenía que dejar mi "zona de confort" en la que encima había sido puesta a la fuerza, porque nadie me pregunto si yo quería quedarme en ese hogar, si me hubiesen preguntado hubiese dicho que no, es más, dije que no quería quedarme, y tiempo después también dije que no quería irme, pero eso no importó. Existía un reglamento ridículo que debía cumplir a toda costa, así que me depositaron en otro hogar. Sí. Como un paquete. Y lo cuento así porque a nadie parecía importarle la situación de cada chico que vivía ahí, nos mantenían a base de mentiras y falsas esperanzas.

Le mentían a los niños? Sí.Sí.Sí. Algunos lloraban porque no querían irse del hogar, porque al igual que yo, habían hecho amigos nuevos con los que se sentían seguros, y les decían que iban a volver con sus familiares. Mentira número uno.

Y, mentira número dos, a mi me dijeron que mi mamá iba a volver a buscarme al día siguiente. MENTIRA NÚMERO DOS.

¿Por qué nos mantenían a base de ilusiones? ¿Por qué nos mantenían esperando algo que nunca iba a llegar? ¿Existe algo más perverso? La verdad es que creo que no.

Como sea, en el nuevo hogar había sólo mujeres, tenía que empezar de nuevo, hacer amigas, adaptarme y dejar mi timidez de lado. Con el tiempo lo logré, todas eran muy buenas, pero con una historia de vida complicada, algunas tenían más hermanos que vivían con sus padres mientras que ellas estaban en un hogar, lo cual, siendo chica me costaba entender, por supuesto que no sabía toda la historia, pero me resultaba injusto porque...si los demás hermanos podían estar con sus papás, ¿por qué ellas no?, muchas veces hasta recibían visitas de sus hermanos y de sus padres.

Otras, como Clara, una chica con problemas graves era agresiva y muchas veces no lograban controlarla. En una oportunidad, cuando era de noche y casi todos en la casa dormían, de un momento a otro me empezó a perseguir con cuchillos. Yo corría por toda la cocina y gritaba. Lo tomé como un juego, aunque no lo era. No sentí miedo. Clara no logró concretar sus actos, ya que otra chica me ayudó y le sacó los cuchillos.

En otras oportunidades lograba escaparse del colegio. A penas salíamos, se iba corriendo, igualmente siempre la alcanzábamos. Muchas veces atacaba sin motivos. Obvio que los directores del hogar estaban al tanto de todo, las "convivientes" que eran quienes nos cuidaban, anotaban todo en un cuaderno para que después los directores tomasen cartas en el asunto.

Pero Clara era especial, no querían mandarla a un psiquiátrico, ¿quién sabe qué cosas le harían ahí?, como yo no era de quedarme en el molde, si me atacaban, me defendía. Era flaquita, medía 1,20 pero tenía fuerza y, con todo lo que había vivido, me creía capaz de lanzar un puño si era necesario. Y así fue, un día me provocó, y después de varios golpes, reaccioné. Y ¡zas! Tuve como resultado un ojo violeta. Después de eso no recuerdo nada más...

✨Holi✨
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El arte de la desobedienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora