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Su aroma era tan dulce y embriagador, con solo sentirlo mi eje se ponía duro como una roca. Recorrer con mi lengua su cuello me generaba un placer inigualable. Lo desnudé con cuidado para no dañar su piel, ese privilegio solo lo tendrían mis dientes.

Su piel ardía ante mi tacto, soltaba suspiros al sentir el contacto y humedecía sus labios a cada momento. Mis manos no conocían límites, exploraban su cuerpo sin pudor. Sehun me había quitado la remera y, mientras yo me desnudaba, se cubrió como pudo con ella, sin darse cuenta de lo apetecible que se veía para un lobo hambriento como yo.

Estaba más que erecto, podría venirme con solo oírlo respirar, eso es lo que él producía en mí. Acorralarlo contra la cama sabía a conquista y victoria.

- ¿Cuánto tiempo he esperado por esto? - lamí sus pezones, los succioné y mordí un poco. - Me vine muchas veces imaginando que te los chupaba, era algo muy recurrente. Contaba los días y las horas que faltaban para poder incrustarme en tu interior, tan profundamente, hasta hacerte perder la razón. - simulé una embestida y él gimió. - He soportado el empuje de mis hormonas cuando te veía nadando en la piscina, esa calza para natación no dejaba nada a la imaginación. - me coloqué entre sus piernas y vertí lubricante en su entrada, mis dedos eran absorbidos tan duramente y sus expresiones eran tan sexys.

Atendía su parte trasera y, a la vez, le practicaba una felación. Necesitaba mantener el calor para hacerlo explotar en el momento justo. Sus manos acariciaban mi cabeza y sus muslos amenazaban con cerrarse sobre mí, podría morir a gusto entre ellos.

Dejé mi trabajo cuando su entrada se volvió lo suficientemente receptiva. Coloqué su cuerpo de lado y me acomodé detrás de él. Masajeé un poco sus nalgas y lentamente comencé a adentrarme en su cuerpo.

- ¡Ah! Mmmg.

- Tranquilo, ya pasará. - besé sus hombros y su cuello.

Sehun se aferró a mis manos, las cuales no despegué, ni por un segundo, de sus caderas. Nuestras pieles chocaron y un gemido agudo escapó de sus labios. Dejé que mis manos vagaran por su cuerpo, estimulé un poco su pene y lo besé salvajemente. Su mano derecha viajó hasta mi cadera y sus dedos presionaron en la carne, era la señal.

Las estocadas, en un principio, eran lentas y pausadas pero, nuestras pieles comenzaron a exigir más y más. Mis brazos subieron a su pecho, se cruzaron y, en el impacto, su espalda y mi torso se incrustaron a la perfección.

Lo penetré erraticamente, la cama se movía sin parar, su trasero se acoplaba a mis golpes y su ano succionaba mi pene. Los suspiros se volvieron gemidos y, de un momento a otro, estos último pasaron a ser gritos.

- Voy a hacerte mío, después de esto solo vas a desear mi verga y todo lo que tenga para darte. - Lo ataqué más duramente. - Voy a joderte en todos los rincones de este lugar y me vendré en tu interior todas las veces que sean necesarias para que seas mío.

- Chan... ¡yeol! - gritó - No pue..do más... - no podía articular una palabra.

Se vino sobre las sábanas y yo preñé su interior.

Esperé unos segundos hasta recuperar el aliento y, seguidamente, me acosté boca arriba y recosté a Sehun sobre mi pecho.

- ¿Chanyeol?... - Su voz era muy delicada, pero inconfundible.

- Dime... - acaricié sus cabellos.

- Esto... - suspiré.

- Hablaremos después, sí eso es lo que quiere... aunque yo también lo quiero. - sus dedos se movieron sutilmente sobre mi pecho y dijo...

- Esto, lo que acaba de ocurrir... puede tener consecuencias en tu futuro y yo...

- No me importa, no voy a retroceder.- lo miré fijamente - Eres lo único que me importa y eso no va a cambiar sin importar qué.

Acomodó su cabeza sobre mi pecho y lo oí suspirar. Su nuevo aroma golpeó en mi corazón, era mí aroma esparcido por todo su cuerpo.

Aún no habíamos hablado de lo más importante, lo haríamos mañana.

- Park Sehun... suena bien. - dije mientras lo abrazaba.

Antes de dormir, la imagen de Sehun sonriendo mientras frotaba su vientre llegó a mi cabeza.

- Tal vez... antes de discutir podríamos tener un mañanero. Es por una buena causa.

Moví mis ojos por la habitación, mi habitación, su habitación, nuestra habitación. Cerré los ojos y me deje arrastrar por el placer de tenerlo junto a mí.

El Secreto de la Sangre (CHANHUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora