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- Chan... yeol.

- Tranquilo, aún tenemos unos veinte minutos.

- ¡Ah!

- Eso es...

Al final, Sehun dejó que le bajara los pantalones y se ubicó en los asientos traseros. Abrí mi bragueta y mi pene salió disparado. Mis manos sujetaron sus caderas y las de Sehun, los cabezales de los asientos.

Sabía que veinte minutos no eran suficientes para complacernos, pero siempre se puede llegar tarde o faltar. Me adentré despacio en su cuerpo porque era la primera vez que lo hacíamos en el auto. Engulló mi verga hasta la base, casi pierdo el control. Los fluidos de su ano lubricaban deliciosamente mi eje y las paredes apretaban con hambre.

Me incliné sobre él y aumenté la fuerza de las embestidas.

- Sehun... - le decía al oído para luego besar y lamer su cuello.

- ¡Ah! ¡Argg! ¡Ah! ¡Amm! ¡Mmg!

- ¿Qué tan adentro lo quieres?

- ¡Ah! ¡Ah!

- Voy a venirme dentro...

- ¡Mmgg! - movió su cuello para mirarme y, en un intento desesperado, atrapé sus labios.

Estábamos cerca. Acomodé mi cadera para que los golpes fueran más profundos, besé sus labios con fuerza, y lo follé salvajemente hasta llegar. Una explosión de luces y sensaciones se derramó por nuestros cuerpos.

Recorrí su cintura y froté el pequeño bulto que se había formado en su vientre. Habían pasado cuatro meses. La noticia llegó a nosotros como un brote de vida, porque eso era. Una vida que llegaba a nosotros, una nueva vida, un nosotros, una familia.

- Creo que será mejor que volvamos a casa. Estoy muy cansado. - dijo Sehun.

- Como tu órdenes amor.- él solo me miró y giró los ojos.

- Claro... estabas muy interesado en la fiesta organizada por la empresa.

- La verdad me interesan otro tipo de fiestas.- levanté mis cejas.

- No digas esas cosas.

- ¿Qué les gustaría comer a mis ángeles?

- ¿Qué?

- Sí, ahora tengo que pensar en dos o... crees que podrían ser gemelos o mellizos. - él se sonrojó.

- Solo será un niño o niña Chanyeol.

- Oh, bueno. Podemos tener más. ¿No?

- Tal vez. - frotó su vientre.

Si pudieran, hubieran visto lo gigante que era mi sonrisa en ese momento. Un mes antes nos habíamos casado por civil, tuvimos que hacerlo en otro país pero eso no importa. Los papeles no significan nada, estoy seguro de que Sehun me mataría por olvidar su cumpleaños o el cumpleaños de nuestros hijos y no por la fecha de nuestra boda.

La mansión era más cálida y, en unos meses más, sería la más maravillosa del mundo. Con la licencia que tomó Sehun tuvimos tiempo suficiente para comprar algunas cosas para el bebé. Sí, somos muy ansiosos. Comenzamos por cosas de seguridad para la casa, juguetes, una cuna, y luego la lista se volvió interminable. Creemos que nuestro hijo será alto, es decir, ninguno de los dos baja del metro ochenta y eso significa... que cambiará mucho de talle, pero estaremos preparados.

En verdad, tenía miedo en un principio, sin embargo, cuando vi cómo la pancita de Sehun comenzaba a cambiar otro sentimiento creció dentro de mí. Estaba nervioso, obsesivo y asustado, no por mí, sino por mi hijo y por el embarazo. Una noche completa permanecí despierto observando dormir a mi esposo, es como si todos mis sentidos estuvieran alerta. No tenía idea de nada y él siempre trataba de calmarme, incluso compré un libro sobre paternidad que no leí porque está ocupado cuidando de Sehun.

El Secreto de la Sangre (CHANHUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora