Liam se abrigó muy bien antes de salir de su departamento y posteriormente de su edificio, el invierno en Beacon Hills era muy fuerte. Sintió como su nariz se ponía roja conforme caminaba por las calles del pueblo, sonrió al ver a una chica de más o menos su edad cargar a un bebé de unos dos años y acomodarle el abrigo verde que llevaba.
El hombre lobo iba a su cafetería favorita, llevaba consigo una mochila con un libro que estaba leyendo recientemente, libro que lo tenía muy atrapado y quería llegar el final pero a la vez no quería hacerlo.
La pequeña campanita del local sonó indicando su entrada, la calidez del lugar lo invadió por completo y busco una mesa alejada y encontró una pegada a uno de los ventanales hacia el fondo.
Se sentó en esta y saco su libro de la mochila al mismo tiempo que un mesero se acercaba a pedir su orden, pidió lo de siempre: un capuchino de chocolate y dos pastelillos, uno de vainilla y otro de chocolate. Abrió la página en la que se había quedado y comenzó a leerlo.
Se sumergió tanto en el mundo imaginario que no se percató de que el mesero llegó con su orden, ni mucho menos se dio cuenta que Theo paso justamente a su lado, lo único que los separaba era el cristal del ventanal.
El de ojos grises se quedó parado unos segundos mirando el perfil de Liam.
Theo también recordaba muy bien la última vez que lo vió y habló con él, recuerda muy bien que en cuanto se subió a su camioneta y encendió el motor unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos.
Recuerda cómo se sintió cuando vió aquel último mensaje de Liam, aquel que decía que lo extrañaría muchísimo, también recuerda cómo tiró lejos el celular. Cuando dijo que dejaría Beacon Hills también hablaba de dejar todo lo que vivió en ese lugar atrás.
Siempre pensó que hubiera pasado si le hubiera dicho a Liam ese día todo lo que sentía hacia él, pero también recordó esa estúpida regla que él mismo puso, y es que, ¡era un idiota por hacerlo!
Se había preguntado cientos de veces en las noches el que: ¿si él puso las reglas, también podría cambiarlas?, había pensado hacerlo pero su temor a que Liam dijera que no sentía lo mismo era más grande que cualquier cosa.
Le hubiera gustado que Liam le dijera que lo tenía a él y que se quedará en Beacon junto a él, pero esas palabras nunca salieron de la boca de su pequeño pero, aunque lo hubieran hecho, Theo se hubiera ido de todas formas.
Theo no quería embarrar a Liam con toda esa mierda que era él y su pasado, todo lo que había hecho era algo que no podía perdonarse, ni siquiera sabía cómo la manada lo había hecho, porque Theo no lo hacía, él no se había perdonado a sí mismo.
No quería dañar el alma tan inocente, pura y limpia de Liam con la de él, que era oscura, retorcida y sobre todo culpable.
No quería romper el corazón de Liam y lo hizo, lo hizo cuando salió y puso el primer pie fuera del departamento del beta, lo hizo sin querer hacerlo, pero lo hizo. Pero eso era algo que Theo no sabía.
Entró a la misma cafetería y se sentó en una mesa lo más alejada posible de la de Liam, y encontró una al otro lado en un rincón. De modo que ambos quedaban de punta a punta.
Una persona se sentó frente a Liam y este apenas y se dio cuenta cuando está hablo.
—Hola, Liam.
La mirada azulada del beta se elevó y dio a parar en unos ojos cafes, abrió la boca atónito sin poder creérselo pero lo que más lo impactó, fue la panza de embarazo en el cuerpo de la chica.
—Hayden. —Murmuró aún en un estado de shock. —¡Por Dios, mírate te ves hermosa!
La pelinegra sonrió y aceptó con gusto el abrazo delicado pero a la vez fuerte de Liam cuando este se paró solo para hacerlo.
ESTÁS LEYENDO
𝐒𝐞𝐱𝐮𝐚𝐥 𝐅𝐫𝐮𝐬𝐭𝐫𝐚𝐭𝐢𝐨𝐧 | ᵗʰⁱᵃᵐ
FanfictionDonde todo comienza porque Liam está frustrado sexualmente y Theo tiene una solución.