capítulo 4

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Gai había obligado a pesar de las protestas, quejas, reclamos, patadas y puñetazos sin fuerza de Shiro para que este fuera al hospital, Shiro sabía que no podían hacer nada para curar su cicatriz, era una cicatriz maldita y aunque quizás la distancia que había puesto entre Voldemort y él no el dejaba ver claramente lo que el Señor Tenebroso estaba haciendo podía sentir que estaba muy enfadado, de eso no tenía duda alguna; como sea ahora él estaba enfadado, después de que Gai lo sacará de la casa cargandolo como una doncella en apuros, al menos pudo convencerlo de que podía caminar.
De nuevo todos los miraban al pasar, de esta manera tendría una nueva reputación rara, en este lugar donde se supone nadie lo conocía, el destino estaba en su contra definitivamente.
Odiaba los hospitales, había pasado tantas noches y días en el ala médica de Hogwarts que no quería volver a poner un pie en un lugar como este, y sin embargo, allí estaba sentado en una camilla de hospital, con las piernas colgando, mirando por la ventana del tercer piso para que no se lo ocurriera escapar mientras esperaba a los médicos con los resultados de sus exámenes.
Suspiró.
Por lo menos su compañero de piso había desaparecido en algún lugar, podía tener un momento de tranquilidad, él había venido a este lugar con una idea clara, encontrar a su primo, y ahora estaba perdiendo el tiempo en una habitación de hospital, esto no iba a ser fácil, pero para empezar las cosas nunca fueron fáciles para él.
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Hermione estaba preocupada, no entendía que podía haber pasado por la mente de su amigo para irse de esa manera, envió a Hedwig con la esperanza de que pudiera encontrarlo, pero luego de una semana la nívea lechuza había vuelto con la carta que ella había escrito y aunque ella no fuera especialista en animales, podía darse cuenta de que el ave estaba tan preocupada como ella.
Ron no estaba ayudando tampoco, los primeros días había estado preocupado, luego había gritado que Harry se había marchado en una aventura y lo dejo olvidado, luego se deprimió por que su amigo podía estar en peligro, y ahora nuevamente estaba enfadado por que no se había contactado con él y solo le envió una nota a Hermione, no era culpa de la chica pero tenía que aguantar sus quejas.
Ginny era una historia completamente aparte, la chica pensaba que Harry se había marchado y fugado con alguien, la sola idea le parecía absurba a Hermione, a menos que fuera alguien del mundo mágico y mayor de edad, pero de nuevo estaba el hecho de la pista mágica de Harry por todo el país, y esa pista estaba sola...era frustante y preocupante que su amigo no estuviera por ninguna parte.
Lo extrañaba, se preocupaba por él, y por lo que le pudiera pasar, era la única que había contemplado la posibilidad de que estuviera cautivo por los mortifagos, si la profecía se interpretaba de manera correcta y "ninguno vivirá mientras el otro sobreviva" era lógico que tenían que luchar para que uno de ellos muriera y el otro pudiera vivir, pero mientras tanto ambos seguirían vivos, si Harry estaba prisionero y vivó, Voldemort estaría vivo también...quizás estaba pensando demasiado.
Bajo a ayudar a la señora Weasley con el desayuno.
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Gai caminaba contento por los tranquilos pasillos del hospital, llevaba un bulto bajo el brazo y sonreía a todos los que pasaban, el Hokage lo había llamado poco después de dejar a Shiro en las manos correspondientes de un buen médico y le dijo que volvería dentro de poco, estaba contento con lo que había decidido su Hokage...
~ * ~ Flashback ~ * ~
- ¡Maito Gai la gran bestia verde de Konoha! hoy en esta maravillosa mañana en que el sol brilla, las aves cantan y las llamas de la juventud arden las incréibles personas del pueblo...
- Por favor, Gai-kun aprecio tu estusiasmo pero esto es algo serio en cuanto al muchacho que esta a tu cargo...
- si es porque esta en el hospital, al parecer no es nada grave pero le realizarian las pruebas correspondientes para estar seguros - dijo sin pensar en como el Hokage sabía ya algo tan importante, el hombre debía tener un sexto sentido para esas cosas.
- ¿en el hospital? - o quizás no...no, Maito Gai, jamás dudaría de la capacidad de su líder.
- si, debo ir por el más tarde
- esta bien, luego quiero el informe sobre eso - el Hokage se sentó tras su escritorio donde estaban las cartas que el muchacho había presentado el día anterior - el chico quiere la custodia de su primo...¿qué opinas de él?
- bueno, es un joven maravilloso, muy fuerte a pesar de ser un civil, como esta en el informe de mi misión se enfrentó a un ninja y lo venció, dijo algo de una genkai kekkai, luego estaba ese chico que cuido un tiempo y con el que mantiene contacto a pesar de que es de Tsunagakure, hace estas cosas extrañas, pero es un buen chico, amable, como no he visto antes, de verdad nadie había atrapado al gato con solo estirar la mano, es decir, siempre salen huyendo lo que hace un entrenamiento mejor, además de unir al equipo, y como son criaturas pequeñas, flexibles y rápidas...
- Gai-kun al punto por favor - el Hokage suspiro mentalmente antes de seguir - no ha intentado nada extraño, ¿crees que es honesto con sus intenciones?
- lo creo, Shiro-kun es un joven con... - al ver la mirada que el hombre le estaba dando pensó en una respuesta mejor - mucha...capacidad...? - medio termino preguntando.
- tal vez, deba darle una oportunidad - dijo más para si que para el otro el viejo
- ¿es qué acaso llegó muy tarde y el niño a sido adoptado por una maravillosa y amable familia de Konoha? - Gai estaba preocupado, luego de todo el largo viaje del joven ahora no poder estar con su familiar y luego de que le habia dicho que solo eran los dos...
- si esta dispuesto a pasar unas pruebas y exámenes entonces creo que podría considerarlo entonces, y no el niño no ha sido adoptado, puedes ir ahora.
Sabiendo que no era buena idea contradecir al viejo se puso de pie, y le hizo su pose de victoria y añadió.
- Shiro-kun será un buen hermano para cualquier niño.
~ * ~ Fin Flashback ~ * ~
Ahora entraba a la habitación donde Shiro lo esperaba con cara de enfado junto a un doctor que no tenía mejor mirada que el joven de pelo negro.
- al fin llega Maito-san, no sabe lo testarudo que es este jovencito - dijo el doctor dando un suspiro de exasperación.
- ya le dije, que no se meta donde no le llaman, eso es todo lo que necesita saber - Shiro echaba chispas por los ojos igual que el médico, era como un concurso de miradas y no se podría haber cortado la tensión con nada en ese momento, claro que ellos estaban en presencia de alguien muy especial.
- Shiro-kun antes de que lo olvide, Hokage-sama quiere verte luego para hablar de tu primo - la expresión del chico cambio a una de alegría pura, al fin las cosas mejoraban.
- entonces que esperamos - se levantó de la camilla y fue devuelto a ella con una rapidez y fuerza que no aparentaba el médicao de unos veinte de aspecto delgado y bajito, pero al tratar con ninjas se aprende a manejar personas díficiles.
- no sales de aquí hasta que quede claro esto - le señalo unas hojas de su portafolio.
- ¿qué pasa? - preguntó el tipo de verde. fue ignorado por ambos contendientes.
- necesito saber como fue hecha esa cicatriz, no es normal - dijo el médico
- y ya le dije que no es de su incumbencia - respondió cruzandose de brazos el mago
- ¿hace cuánto la tienes? fue hecha con un jutsu muy extraño, y con tus niveles de chakra a pesar de que eres civil es obvio que esos niveles están al menos al nivel de un chunin por lo que una herida de ese tamaño debería haber sanado sin problemas y sin dejar esa marca - el joven doctor estaba que comenzaba a gritar, cuando estudio para convertirse en médico lo único que quería era salvar vidas, en sus planes no estaba el hecho de tener que enfrentar a personas obstinadas a diario.
- la tengo desde que tenía 15 meses de edad, la hizo el asesino de mis padres ¿contento ahora? - le respondió al fin enfadado - esto pasa siempre, solo necesitaba descansar un rato pero aquí ya fue suficiente, ahora me voy, ya estoy bien.
- ...bien...si vuelve a suceder quiero que regreses, creo que podría haber una manera de retirar el chakra del asesino de la herida y esos dolores de cabeza deberían desaparecer, te quiero aquí el lunes de la próxima semana a las tres de la tarde y no llegues tarde - con eso el médico enfadado salió de la habitación, ahora era el quien tenía un dolor de cabeza.
- bueno entonces Maito-san, vamos con el Hokage
- te tengo un regalo - le tendió el paquete
- ¿qué es? ¿porqué? - el hombre le desconcertaba, pero tenerle un regalo, era aún más extraño, ya le permitía querdarse en su casa, entonces que más.
Shiro con desconfianza abrió el paquete para encontrar un traje verde, un mono verde elasticado como el del personaje que estaba frente a él, aunque no se veía sabía que en su cara había una expresión de horror pura.
- combina con tu ojos...y tu ardiente espiritu juvenil!
Eso fue todo, sin importar nada hechizo al tipo, había tenido suficiente por una mañana.
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Durante todo el trayecto a la torre Shiro corrió riendose mientras Gai lo seguía, por suerte la Torre del Hokage era fácil de ubicar, no podía dejar de reír de los gritos del hombre que lo seguía y como intentaba inutilmente de atraparlo, porque a pesar de que Gai era un gran shinobi, correr con esos pantalones de cuero apretados era algo complicado.
- ¡vamos Maito-san! como era...ah, si, ¡Con el poder de tu juventud! - los otros shinobis que los veían no podian evitar sonreír, los civiles estaban teniendo un buen rato también, el joven civil que corría adelante de la bestia verde de Konoha era increíble, nadie había tenido al hombre de esa manera y muchos había querido hacerle algo después de escuchar sus discursos o haber tenido la suerte de tener su ayuda con alguna cosa.
Después de ver el fantástico regalo no pudo evitar trasnfigurar la ropa del hombre, ya que andaba con esas ropas verdes raras, quizás ropa de cuero apretada con cadenas y tachas no le quedaría mal, y Dios sabe que era mejor que ver un payaso con el cabello naranja y parado en puntas.
- Maito-san, vamos, vamos - Shiro corría adelante aún riendo. Gai no entendía que pasaba, no era un genjutsu, y no podía quitarse esas cosas, pero Shiro reía, eso era bueno no?
La voz corrió veloz en el pueblo pronto todos sabían del nuevo estilo de Maito Gai, jamás nunca nadie pensó que el hombre usaría un color diferente del verde, pero allí estaba, vestido en cuero negro. Apretado cuero negro, tenían que agregar, no es que hubiera mucha diferencia con su traje verde, pero este no dejaba nada a la imaginación.
Cuando llegaron a la Torre al fin, los ninjas que estaban dentro estallaron en carcajadas.
Hatake Kakashi acababa de entregar un informe en la segunda planta cuando escuchó el estallido de risa en el piso inferior, le preguntó a uno de los que venía subiendo la escalera que pasaba y simplemente dijo "Gai" y luego volvió a reír.
Gimiendo internamente el ninja copia tomó su libro y se puso a leer, pensaba que podía escapar del hombre con el simple hecho de hacer como que no lo habia visto y estaba concentrado en su lectura, pero por ir distraído por pensar, no vio al joven con el que chocó.
- lo siento - dijo una voz risueña, y Hatake Kakashi cometió un error, miró al joven y la abominación que había tras él.
No lo creía...
No podía ser real...
Su amado y adorado libro pervertido cayó al suelo con un ruido sordo...
Gai palideció, el ojo visible de Kakashi se abrió de una manera casi antinatural.
- ups - dijo Shiro al notar que el tipo de cabello plateado estaba en estado de shock. Con un ligero movimiento de su brazo donde tenía escondida su varita el joven mago devolvió a Gai a su estado normal, traje verde y cabello negro.
- Gai... - si bien Kakashi tenía muchas cosas que le hubiera gustado decir en el momento no salieron más palabras de su boca.
- Kakashi... - le respondió el otro lentamente.
Todos en la habitación esperaban el desarrollo de la escena, el silencio era ahora más profundo que antes, nadie se movía, era lo más extraño que habían presenciado en los últimos tiempos y querían saber de primera mano el desenlace del asunto.
- lo siento...? - agregó Shiro viendo que todos se habían detenido en el lugar. El hombre con la máscara y el cabello plateado lo miro como si no lo hubiese notado hasta ahora, y Gai sonrió con su pose guay de nuevo.
- bueno, joven amigo, vamos con Hokage-sama, solo llevas aquí un día y ya has sido citado a ver a Hokage-sama dos veces, has terminado por accidente una misión genin, y has estado en el hospital ganando una contienda con un gran médico terco, sin duda las llamas de tu juventud nos llevaran por grandes aventuras en lo que queda del día! - ignorando a todos a su paso Gai tiró del brazo de Shiro hacia la oficina del líder del pueblo.
La vida se estaba tornando muy extraña en Konoha, y esto solo estaba comenzando.
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Un pequeño niño rubio corría por las calles sin nada que hacer, miraba a los otros niños jugar en el parque pero el sabía que los padres lo apartarían de sus hijos si se acercaba, tampoco podía realmente pasear por el pueblo porque las personas le miraban con desprecio y algunos llegaban a ser agresivos en ocaciones, el no sabía por que y eso era lo que más le molestaba...Decidió ir con una de las pocas personas que le tenín un poco de paciencia quizás tendría algo de tiempo para pasar un tiempo con él y si no siempre podía gastarle una broma para pasar el rato.
Con su nuevo destino decidido el niño se gue con una sonrisa pequeña por su camino ignorando al resto de las personas que le rodeaban.
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- Gai-kun espere afuera por favor - El Hokage tenía que aclarar todo antes de presentar a Shiro con Naruto si es que esa posibilidad se llegaba a presentar, a pesar de todo no podía simplemente confiar en un extraño asi nada más, menos aún cuando dicho sujeto ha demostrado habilidades únicas y extrañas, el jinchuriki no puede quedar en manos de cualquier persona.
- bueno Shiro-kun, he comprobado las cartas, ciertamente fueron enviadas por Kushina-san y la última por mi - el hombre lo miró con firmeza - ¿porqué ahora viene a bucarlo?
- con todo el debido respeto - comenzó igual de firme Shiro de pie frente al escritorio del líder de Konoha - no voy a entrar en un círculo de preguntas sin sentido, he aprendido que un "porque" siempre lleva a otro y no tengo tiempo ni ganas para eso, además soy yo quien requiere hoy unas respuestas y creo que tengo el derecho de saber ciertas cosas que me parecen muy extrañas, creáme que de sus respuestas consideraré la estadía de mi primo en este lugar...
- ¿cree que siendo un civil podría llevarse a uno de los niños de Konoha sin problemas? - preguntó el viejo divertido mirando al jovencito frente a él.
- tendríamos que ver - Shiro también le sonrío - nunca es bueno subestimar al enemigo, y si se da el caso... - dejo la frase sin terminar para dar a entender al viejo que aunque estaba en la aldea en paz en cualquier momento haría lo necesario para alcanzar sus objetivos, que por desgracia para el anciano era mejores que los de él - ¿quiero saber si mi primo sabe quienes son su padres?
- no, por su protección al niño se le ha ocultado la identidad de sus padres, cuando sea mayor se le informará como corresponde...
- tiene 8 años y no sabe quienes son sus padres, dejeme adivinas ¿es odiado por el pueblo por causa del demonio? o me equivoco - si Shiro tenía razón, su primo era como Ra-chan, como él, teniendo una vida que no pidió y manejado por su entorno sin poder oponerse hasta que fuera demasiado tarde.
- los aldeanos tienen claras las leyes de silencio contra el Kyubi - el viejo se estaba enfadando el niño creía que sabía de lo que hablaba cuando no tenía idea.
- sé lo que piensa, que soy muy joven y como "civil" como le denominan ustedes no sé lo que digo ¿digame cuantos años cree que tengo?
Luego de un minuto de silencio, el viejo se dio cuenta que el chico de verdad esperaba una respuesta.
- 12 o 13
- lamento decepcionarlo, tengo 14 la próxima semana cumplire 15
Los ojos del hombre se ampliaron ligeramente al notar bien al chico, era pequeño, delgado, y una que otra cicatriz cruzaban sus brazos además de la obvia en la frente...
Los dos ANBU que permanecían en las sombras de la oficina del Hokage notaron las implicancias detrás de las palabras del chico.
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Naruto se escabulló por la torre hasta llegar sin ser visto hasta la oficina del Hokage, el viejo siempre parecía estar ocupado, pero él le daría una sorpresa.
Se apoyó en la puerta escuchando, si había alguien hablando con el viejo tendría que esperar no quería otro regaño por interrumpir al viejo en sus trabajos, después de 53 veces había aprendido.
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Uno de los ANBU salió de su lugar y con una señal de la mano señalo la puerta, el Hokge suspiró y asintió con la cabeza, mientras Shiro miraba.
Con un rápido movimiento el shinobi abrió la puerta y a traves de ella cayó un pequeño bulto con un ruido sordo seguido de un gemido.
Shiro miró al bulto ahora reconocido como un niño con indomable cabello rubio, se notaba algo desnutrido y obviamente mal cuidado, su mirada era de enfado y dsafiante, pero Shiro reconoció la misma tristeza que el tenía de niño, era casi tan profuna como la de Ra-chan, ¿qué demonios pasaba en este lugar con los niños?
- arriba - le dijo Shiro tendiendole una mano para ayudarle, el niño miró receloso y se puso de pie por su cuenta ignorando la mano extendida hacia él - sabes que es bueno aceptar la ayuda, no es muestra de debilidad, ten - le tendió un pañuelo de su bolsillo - limpiate las manos y la cara.
El niño miró aun con desconfianza pero obedeció, no sabía porque el extraño era amable.
- ahora dame eso - le quito el pañuelo sucio de las manos y le puso en ella unos cuantos dulces - creo que quieres hablar con alguien de esta habitación pero como verás estabamos ocupados, espera afuera un rato, trataré de no tardar - le revolvió los cabellos rubios y con un suave empujoncito lo sacó de la habitación cerrando la puerta.
- wow - susurró un ANBU - no dejó al mounstro decir una palabra - recibió una mirada de muerte de parte de Shiro
- nunca llames a un niño de esa manera otra vez - la voz era susurrante pero fría y una mirada que casi hizo al ANBU dar un paso atrás - ¿quién era? - preguntó al Hokage
El viejo suspiró cansado antes de responder.
- Uzumaki Naruto...

Viviendo extrañezas!{finalizado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora