capítulo 34

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En cuanto las el grupo que acaba de llegar se hubo arreglado y recompuesto un poco de su entrada 'poco ortodoxa' como dijo Hermione luego, comenzaron las preguntas y las explicaciones que todos a estas alturas necesitaban.

- ¡Shiro-nii! – Shiro acababa de ponerse de pie firme con Ra en sus brazos cuando Naruto se lanzó sobre él y abrazándolo como podía - ¿Por qué tardaste tanto? ¿Ra-chan esta bien? /¿Por qué hay tantas personas en la casa?/ ¡estas sangrando! ¿Qué te paso? Ita...

- Naru, ¿puedes hacerme un favor? – el rubio lo estaba llenando de preguntas y todos veían divertidos en diferentes grados la interacción de los hermanos, daba la impresión de que el pequeño rubio daba la impresión de que no necesitaba ni respirar para poder hablar tanto de corrido con un acento extraño y mezclando las preguntas con otro idioma.

- /¡HAI!/ - Naruto notó que era una situación…diferente, y tenía que ayudar.

- ahora regreso – les dijo a todos indicándole con ello que se quedaran todos los demás allí. Una mirada a Hermione y los Weasley que ellos respondieron inmediatamente señalándole con ello que se harían cargo de las cosas en el lugar hasta que regresara.

Una vez fuera del salón, Shiro llevó a Naruto hasta el recibidor, se las arreglo para hacer los sellos y aparecer un bunshin que tomo a un inconsciente Ra de los brazos del mago.

- /llévalo a su habitación y espérenme allí, todo estará bien, lo difícil ya paso, pero quiero que si Ra-chan despierta vea a alguien conocido cerca, confió en ti Naru-chan ne?/

- /hai, Shiro-nii, ten cuidado/

- /lo haré Naruto, ahora ve/ - Shiro dio un pequeño empujoncito a su hermano para enviarlo a la siguiente planta.

Naruto se fue con el bunshin de su hermano que cargaba a Ra por las escaleras hasta la habitación de Shiro, a fin de cuentas era donde los tres habían pasado la noche o al menos la mayor parte de ella, no que los más pequeños supieran pero aún así era lo más conocido que tenían para que Ra despertara por el momento.

Con suspiró el mago volvió sobre sus pasos y se armo de valor antes de entrar a la sala en donde ahora estaban todos esperando por él.

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Albus Dumbledore tenía un dolor de cabeza horrible, el castillo estaba lleno de la gente del pueblo, eso no era problema en realidad, los alumnos se habían adaptado a tener más personas rápidamente dadas las circunstancias, el problema eran los gritos de Dolores Umbridge, faltaban alumnos, supuestamente Harry Potter había estado en el pueblo durante el ataque, habían aparecido mortifagos, no solo en Hogsmead también en varios otros puntos importantes habitados por magos, ataques simultáneos dejando la marca tenebrosa luego de hacer el mayor daño posible, pero lo más importante era el demonio que había hecho acto de presencia en el lugar, ese era un demonio muy diferente, el sabía que había escuchado de él en algún lugar pero ahora mismo no podía pensar con claridad, debía recuperar a los alumnos perdidos o tendría que hacer frente a los padres y al ministerio y la lista seguía y seguía…

- malditos mocosos – el viejo mira por la ventana de su oficina y piensa o más bien trata de averiguar lo que sea que harán ahora sus más grandes dolores de cabeza Tom Riddle y Harry Potter.

Por otro lado tenía de perdidos a Remus Lupin y Sirius Black, el último había dejado la casa llena de trampas, órdenes al maldito elfo que nunca le hizo caso antes de ahora de mantener a todos lejos de su casa y a quien lograra entrar no le esperaba nada, absolutamente nada que quisiera recordar, esto le estaba dando muchos problemas pero él sabía que era el único que podía detener las cosas y llevarlas por el camino correcto, los demás más jóvenes solo tenían que seguirle después de todo el con su experiencia los podía guiar, lástima que los niños no lo veían de esa manera y él tuviera que actuar en consecuencia.

Viviendo extrañezas!{finalizado}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora