Capítulo 2

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Su mirada era terrorífica. Recuerdo haberla visto en algún lugar, en algún lado, pero esos recuerdos se fueron borrando de mi mente hasta convertirse en simples visiones. Visiones de las que sólo podía distinguir su cara, su gorro. Nada más. No era como si me asustara, es simplemente que no me acostumbro a que la gente me mire de tal manera. ¿Por qué lo hacía? Era la única pregunta que se me vanía a la cabeza en aquél momento.

Después de que Gramiel, mi amigo, se haya ido, yo me quedé un momento más en ese lugar, sólo quería estar un momento sola. No es que me pase algo malo, o algo así, pero cuando estoy sola me siento más relajada y con más seguridad, creo que es algo que fue pasando a través de los años hasta entonces.

Su mirada me impactaba demasiado, esos ojos que de lejos se veían como negros, pero seguramente eran cafés. Ese gorro... ¿Dónde los había visto? ¿Dónde vi su cara? No lo lograba recordar. Desvié mi mirada hasta estar completamente segura de que ya no me veía, pero no era así, ella me seguía mirando sin importar qué. Llgeué a un punto que sudé frío.

-Mesero.-Escuché aquellas palabras que no creía que salieran de mi boca.

El mesero vino inmediatamente.

-¿Desea algo, señorita?

-Hmm, un café...por favor.

-Enseguida se lo traigo.

-Gracias.

Anotó mi pedido en su tableta y se fue para traer mi pedido. Mientras hacía eso heché una mirada rápida, y no me di cuenta de lo rápido que pasó. Ella ya no estaba allí, y no sé cómo desapareció. Miré alrededor rápidamente teniendo la esperanza de ver ese gorro de nuevo, de verla a ella de nuevo. Pero sólo veía personas que no conocía. Miré por el vidrio a mi lado, y entonces la vi, yendo con un policía a su lado.

¿Debería seguirla?-me pregunté.

Pero de inmediato me respondí:

Pero no la conozco, ¿por qué la seguiría?

Veía cómo se alejaba tan rápido, pero tan tranquila. No sabía qué hacer, no sabía si valía la pena hacerlo. ¿Y si no era nada? ¿Pero que tal si sí?

Puse los ojos en blanco.

-Me las va a pagar...

Mientras susurraba esto agarré las cosas y traté de irme lo más rápido posible, sin tener alejada mi mirada de ese gorro. Me parecía mal haber dejado sin pagar la cuenta, pero... soy demasiado curiosa.

Seguí el gorro hacia su punto de destino... o eso parecía. Un edificio enorme, como de cuarenta pisos, cubierto de acero lo cual hacía ver el reflejo claro del cielo, las nubes. Miré hacia arriba asombrada por lo alto que era mientras daba un gran aliento. Luego de eso no vi al gorro nunca más, sólo entrando a ese gran edificio, el cual tenía guardias de seguridad en la entrada... con pistolas.

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