Ley Matrimonial Mágica: "Siempre Fuiste Tú". [TERMINADA]

V- SELLANDO EL COMPROMISO 2/3

            19-23 DE FEBRERO DEL 2000

─ Vuelvo y te repito madre: ¡No iré a ese cuchitril! ─Draco caminaba de un lado al otro molesto pues Narcissa no para de recordarle sobre la fecha límite para sellar el compromiso con Ginny Weasley.

─ ¡Draco Lucius Malfoy Black! ¡Iremos a la Madriguera en este momento, y no hay peros que valgan!

Narcissa se puso en pie no sin antes encarar a su hijo, quién no paraba de resoplar como el expreso de Hogwarts, ella posó su mano en su mejilla con ternura─. Hijo, ya lo hemos discutido. Tú no irás a Azkaban, eso no lo permitiré ─besó su frente pálida como cuando era un niño, haciendo que el corazón de Draco se conmoviera solo un poco─. Hablé con nuestro abogado, y preparó un extenso contrato el cual contiene algunas cláusulas con respecto a la unión ─Draco la miró mostrando una sonrisa ladina y enarcando una ceja. La señora Malfoy le dedicó la misma sonrisa─. No quiero que vayas a Azkaban, pero tampoco permitiré que una Weasley termine de entenebrecer el apellido Malfoy.

  Luego de que su madre lo dejara solo en el despacho, se sirvió un vaso de Whisky de Fuego hasta terminar la botella, para ese momento ya estaba algo mareado pero lúcido; tenía buen temple para el alcohol.

  Ginny se encontraba en su habitación arreglándose con los ánimos por el suelo. Esa mañana había recibido una carta de parte de la señora Malfoy informándole que para ese día en la tarde iría con su hijo para sellar el compromiso y hablar algunos asuntos, cosa que le daba un mal presentimiento, después de todo se trataba de la familia Malfoy.

  Alguien tocó la puerta y con un adelante de parte de la pelirroja, Harry entró con el pequeño Teddy en brazos, quién casi se lanzó a sus brazos al verla.

  ─ ¡Pequeñín! ─le dio un beso sonoro en su rechoncha mejilla, Teddy rió─. ¡Estás gigante! ¿No lo crees Harry?

  El azabache los miraba sonriente desde la puerta. Terminó de entrar e imitó a Ginny, pero esta vez a la que besaron en la mejilla fue a ella, provocándole un leve sonrojo.

  ─ Gin, ayer viste a Teddy y dijiste lo mismo ─se quejó al recibir un golpe juguetón en el brazo de parte de Ginny: Al pequeño le divertía ver las muecas de dolor que a veces exageraba su padrino─ ¡Auch! ¡Esto es maltrato intrafamiliar! ¡Te demandaré, Ginevra Weasley!

  Ginny lo miró burlón─ ¿A sí? ─Harry afirmó con seriedad─. Teddy, ¿qué tal si le enseñamos a padrino que no debe meterse con una pelirroja, y menos si es una Weasley?

  El pequeño Teddy asintió cruzando sus bracitos sobre su pecho con las cejas fruncidas y su cabello se tornó a un color cobrizo como el de Ginny; era todo una ternurita, más Harry conocía muy bien a ese pequeño y a pesar de tener casi dos años de edad era de temer, y sumado al carácter de su ayudante pelirroja, literal, eran pólvoras andante.

  Harry abrió los ojos asustado y para cuando quiso correr fue inmovilizado cayendo al suelo de la habitación de Ginny, solo sus ojos verdes se movían de aquí para allá. Teddy rió sentándose a la espalda del pelinegro dando salticos y si Harry no estuviese inmovilizado se estuviesen escuchando quejidos de su parte. Ginny se arrodilló con una sonrisa maliciosa que asustó más al azabache, sacó una poción de su chaqueta y en ella se podía leer con letra cursiva y negra « Alopecia instantánea “No permanente”. Creado por: Sortilegios Weasley. »

  Draco se dio un largo baño de agua tibia, lo necesitaba para relajar su malhumor y ansiedad. Se vistió con un traje negro elegante y sobre este su túnica familiar, tomó de su escritorio el anillo de los Malfoy, y viéndolo por largos minutos suspiró con pesadez colocándolo en su dedo. Para cuando bajó, ya su madre lo esperaba al lado de la chimenea, se irían por red flu a la Madriguera; Narcissa vestía elegante y esbelta en su vestido, como toda una Malfoy-Black, al verlo le dedicó una leve sonrisa. El rubio la conocía tan bien como para saber que al verlo veía a Lucius, su padre, y aunque eso no era del todo de su agrado no podía hacer otra cosa que aceptar los halagos de Narcissa.