Tang Fan estaba acostado en la cama, abrigado con el edredón, sus ojos se apretaron al sentir que alguien acariciaba el lóbulo de su oreja.
—Ya no puedo más, déjame dormir —pidió sin abrir los ojos.
Sui Zhou susurró en su oído —La comida está preparada, solo debes calentarla. Me iré a trabajar, descansa.
—Regresa pronto —dijo Tang Fan y se acomodó en la cama para seguir durmiendo.
Después de eso, despertó cuatro horas después. Y cuando lo hizo, a pesar que se sintió descansado, su cuerpo dolía de forma miserable. Sui Zhou regresó la noche anterior después de haber salido a un viaje de negocios por un mes. Y a pesar de que hizo un viaje largo su energía parecía no haber disminuido.
Cuando llegó, cenó con Tang Fan y se pusieron al día en las cosas de su vida. Y justo cuando Tang Fan pensó que no harían nada más que dormir, Sui Zhou le demostró lo equivocado que estaba. La noche anterior había sido una marcha a galope.
Y ahora, estaba realmente cansado, todo su cuerpo dolía y sus músculos estaban resentidos.
Se puso de pie, se bañó y calentó la comida que Sui Zhou había dejado preparada. Se quedó en el estudio escribiendo un poco y después pasó a la casa de su hermana. Tang Yu no estaba, había salido y solo se encontró con A-Dong, que estaba sirviendo el almuerzo.
—Hermano, que bueno verte —dijo mientras lo recibía— Ven y almorcemos juntos.
Tang Fan sonrió y ocupó su lugar en la mesa. Justo cuando A-Dong había terminado de colocar los platos, la puerta de entrada se abrió y Sui Zhou apareció.
—¡Hermano Sui! Llegaste justo a tiempo. Ven y siéntate con nosotros.
A-Dong se apresuró a buscar otra bandeja. Sui Zhou le entregó comida que había comprado en el camino. Los tres estaban sentados comiendo cuando A-Dong finalmente habló.
—Hermano, ¿no dormiste bien ayer? Te ves muy cansado.
Tang Fan estaba concentrado en la comida así que explicó de forma distraída —No dormí bien por culpa de Guangchuan y ahora me duele todo el cuerpo.
A-Dong miró a Tang Fan y luego a Sui Zhou. Justo en el momento en que las palabras terminaron de salir de su boca, Tang Fan se dio cuenta lo que había dicho.
—Yo en realidad no...
—Ya sé —interrumpió A-Dong con un gesto de seguridad—, estuviste entrenando con el hermano Sui durante la noche.
Tang Fan sintió que esto no tenía nada de sentido, pero en la mente de la niña parecía tenerlo así que no podía contradecirla. Tang Fan miró a Sui Zhou pero este solo comía ignorando la situación.
—No te sientas mal hermano. Es normal que no puedas seguir el ritmo del hermano Sui, después de todo, tus habilidades no son del todo buenas.
Tang Fan parpadeó varias veces, ahora Sui Zhou lo estaba mirando.
¿Qué significaba eso?
¿Acaso él creía que en verdad no podía seguirle el ritmo?
Tang Fan se sintió ofendido.
A-Dong continuó —Cuando entrené con el hermano Sui, supe que era muy exigente. Incluso a pesar de que era bueno conmigo por ser mujer, fue difícil seguir el ritmo. Es normal que con tus habilidades tan pobres no logres ser lo suficientemente bueno para llenar las expectativas del hermano Sui. ¿No es así, hermano?
Sui Zhou dijo —Humm —y bebió té.
Tang Fan estaba de mal humor. Sabía que las palabras de su hermano no eran con malicia, pero Sui Zhou y él sabían qué cosas habían estado haciendo anoche y el otro lo miraba como si las palabras de la pequeña niña fueran ciertas.