Situaciones

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"Quiero proteger el mundo en el que tú existes"
—SHINee, Kimi Ga
Iru Sekai—




Xiao Zhan estaba pálido, no negaría que estaba nervioso, miró a través del cristal la cantidad de periodistas y cámaras, sintió unas manos en sus hombros y reconoció el toque de Yibo.

—Sabes que no tienes que hacer esto, no quiero que tengas más estrés amor, puedo salir por ti o contigo...

—Gracias Bo y descuida, con saber que me apoyas y estas cambiando es suficiente por ahora, así que es mi turno de dar la cara.

Haikuan entró a la habitación y miró a los cirujanos.

—¿Listo?

Zhan  asintió y salió seguido de Liu Haikuan

Inmediato salió comenzaron a dispararse los flashes, los del medio de comunicación no se daban a esperar para hacer fotos y  vídeos del doncel.

—Buenos días.—saludó Xiao.—Soy el director del hospital, Xiao Zhan, cirujano general...

Y como de costumbre los paparazzi no se dejaron esperar para abarrotar a Zhan con preguntas.

—¿Cuantos meses tiene de embarazo? ¿Porque conserva su puesto de director si es doncel? ¿No se avergüenza?

—No, no me avergüenzo, vergüenza para mí seria investigar las vidas de los demás sin ver todo lo que han sufrido y luchado para escalar en sus vidas, el tiempo que tengo de embarazo no es de su interés, solo confirmo que soy un doncel que se ha ganado lo que tiene, no he comprado nada como muchas personas lo hacen, no ha sido fácil, especialmente con tantas miradas y dedos señalándome.

—¿Pensabas decir algún día que eras doncel?

—Claro que sí, tarde o temprano tendría mis hijos.—Zhan se acarició el vientre y se miró, sonrió y miró las cámaras con orgullo.—Es una bendición lo que llevo, lo que puedo hacer y lo que he hecho.

El orgullo en la mirada del médico hizo que la mayoría de personas de la rueda de prensa se conmovieran y decidieran apoyar su causa, sin embargo otra parte se rehusaba, seguían viendo a los donceles como lo más bajo que existía en China.

—Felicidades doctor Xiao, es bueno saber que alguien está dando pasos que nadie se atrevió a dar, será inspiración para muchos donceles.—elogió una reportera a Zhan.

—No se dejen llevar por las emociones, Xiao Zhan está ocupando un puesto que un hombre de verdad o en su defecto una mujer podría ocupar, no un doncel.—habló un hombre asqueado.—Apuesto que hacemos votación y todos piden que ese que dice ser doctor  se vaya del hospital, meto la mano al fuego apostando que sedujo al padre de ese bebé, no lo veo por aquí, debe estar avergonzado y tener asco de la clase de persona que ese Xiao Zhan.

Las palabras afectaron a Xiao Zhan, sus manos temblaron, porque a pesar de ver que muchos le defendían, una palabra negativa muchas veces suele  tener más peso que cien positivas, se abrazó así mismo tratando de proteger su vientre.

—Yo...

—Yo soy el padre del bebé de Xiao Zhan, es nuestro hijo y tendrá una familia maravillosa.—Yibo elevó su voz haciendo que los reporteros guardaran silencio.—Y el no me sedujo ¿A caso eso existe? Yo amo a este hombre, es un doncel digno de admirar, es un médico excelente, ha trabajado duro tanto para lo que tiene como para ganarse mi corazón desde hace años.

—¿Cómo podemos saber que es un buen médico? ¿Cómo podemos saber que no es una fachada?.—contraatacó alguien más.

Yibo le asintió a Haikuan, quien abrió una puerta, donde esperaban montones de pacientes que habían sido atendidos y operados por Xiao Zhan , además de sus familiares, llevaban cartulinas con mensajes apoyando al médico.

—¡Oh por Dios!.—exclamó Xiao Zhan cubriendo su boca sorprendido.

—¿Necesitan más pruebas que esas?.—señaló Haikuan  a los pacientes de Xiao.

Sus pacientes se posaron delante de los reporteros, querían proteger a Zhan, porque para ellos el doctor era su héroe.

—No nos importa si el doctor Xiao es un doncel y lleva un hijo en su vientre, gracias a él yo puedo caminar y gracias a eso puedo trabajar y llevar el pan a mi casa, porque el vio una salida en mi cuando todos vieron puertas cerradas.

—Yo igual estaré siempre con el doctor Xiao, porque salvó a mi madre cuando se sumió en depresión por perder sus piernas, porque el doctor Zhan le ayudó a usar sus prótesis y la orientó mientras tuvo vida.

—El mundo necesita más donceles como Xiao, que estén dispuestos a luchar, a hacer las cosas bien, así que si alguien decide pisotearle será sobre nosotros y les aseguramos que habrá más personas que lo apoyan.

Zhan comenzó a llorar lleno de emoción, la noche anterior no durmió bien preocupado por lo que fuera a pasar, pensó en las miradas de sus pacientes y ahora allí estaban apoyándole, devolviendoles todo lo que el hizo.

Yibo y Haikuan palmearon el hombro de Zhan  y lo felicitaron, como pudo Xiao hizo una reverencia, sus lágrimas cayeron en el suelo, se sentía agradecido.

—Levanta la cabeza ZhanZhan.—gritó Lusi desde el público.—Mira lo que lograste amigo mío.

El rubio obedeció y elevó su cabeza, volvió a tomar el micrófono y sonrió, su voz temblaba cuando volvió a hablar.

—¡Gracias! Por tanto, por confiar en mi  y darme su apoyo, esto significa mucho para mí, mi sueño siempre fue ser un médico, hubo veces en los que lo vi lejos, personas que no creyeron en mí.—Yibo bajó su cabeza porque en su momento el fue una de ellas.—Tuve perdidas, soporté hambre, perdí sueños, sufrí acoso, me robaron mi tesis, y hasta perdí un hijo, aún así no me rendí, porque quería salvar vidas, repito, soy un doncel y quiero que cada doncel que quiera luchar y perseguir sus sueños lo haga, porque si yo pude, todos los demás pueden  y sin importar que el mundo se esté cayendo, Dios siempre te manda personas para que estén ahí.

Zhan comenzó a ver a sus amigos en la multitud, a una Lusi orgullosa secando sus lágrimas, a Yuchen y a Xuan Lu abrazados con su mirada de orgullo, a Zuocheng con sus manos unidas asintiendole y a Haikuan a su lado y del otro lado el hombre que amaba, Wang Yibo.

Después de ver el apoyo que el doncel  recibía nadie más lo cuestionó, el médico había ganado, y aunque sabía que tenía personas señalandolo, también tenía quien cuidar su espalda, nunca se sabe quien quisiera hacerle daño.

Y no pasó mucho para que intentaran celebrar y que sus planes no se dieran, porque tuvieron un llamado de emergencia, iban de camino al hospital unos pacientes que acaban de accidentarse.

Yibo y Zhan esperaban afuera junto a otros especialistas, sin embargo no esperaban que la situación fuera tan grave, que los accidentados fueran unos reos que se habían escapado de prisión, por eso cuando la ambulancia se detuvo estuvo a punto de atropellar a Xiao, al igual que quienes salieron del vehículo no fueron los paramédicos, sino parte de los que se habían escapado y que querían pronta atención para sus compañeros.

Y no les importó disparar a uno de los médicos para sembrar el terror, ni mucho menos apuntar las cabezas de Xiao Zhan y Yibo para obligarlos a darles atenciones sin llamar la policía.

—Es-está bien, le-le atenderemos.—habló Zhan entrando en pánico.

Yibo obedeció a los reos esperando que Zhan fuera fuerte, poruq elo sacaría de esa situación, debía de protegerlo aunque le costara su vida.





CONTINUARÁ...

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