Uno

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1.

Selecciones y nuevos amigos.

La plataforma 9 3/4 estaba realmente llena, familias mágicas, semi-mágicas y no mágicas despedían a sus hijos, todos ellos estaban entusiasmados de ir otro año (o al primero) en Hogwarts.
Los Malfoy estaban ahí, Astoria Greengrass y Draco Malfoy, con sus mellizos, Scorpius y Cassiopeia.

Cassiopeia Narcissa Malfoy tenía un largo y ondulado cabello rojo, los ojos grises heredados de su padre y la piel pálida, junto a los enmarcados hoyuelos en las mejillas que heredó de su madre; era astuta, valiente, impertinente, fuerte, extrovertida y sarcástica a su corta edad de once años.
Scorpius Hyperion Malfoy era tan contrario a ella como el agua y el aceite, con el cabello rubio platinado, los mismos ojos grises de su padre y la piel pálida; tenía la personalidad de Astoria, sin embargo, tímido, curioso, astuto y observador.
Su padre tomó a cada uno de un hombro, mientras miraba al otro lado de la plataforma, donde estaban un hombre y una mujer pelirrojos, un hombre con el cabello azabache y una mujer castaña.

-Ahí están los Potter y los Malfoy, mi padre me había dicho tantas cosas malas de ellos, pero, ¿saben? -Decía su padre, sonriendo-. Son de las mejores personas que conocí, ellos salvaron mi vida una vez, del fuego maldito.

-¡Yo vi a ese niño en el Callejón Diagon en el verano, papá! -Exclamó la pelirroja, al ver al niño de ojos verdes y cabello azabache, que se escondió detrás de su padre.

-Lo sé, yo me encontré con su padre, Harry Potter -Mencionó Draco-. De todos modos, no creo que deban juntarse mucho con ellos, ya saben por su abuelo, no estaría contento nunca.

El silbato del maravilloso tren escarlata sonó, así que la familia Malfoy se despidió al fin y los dos niños subieron, con las jaulas de sus respectivas lechuzas.

-No puedo creer que estamos a punto de ir a Hogwarts -Exclamó la emocionada Cassiopeia.

-Es tu sueño desde siempre, lo sé y al fin lo cumplirás -Dijo el calmado y sonriente Scorpius.

-¡Tengo ganas de bailar! -Se levantó de un salto, sobresaltando a Mercurio (el Dios romano, mensajero de los dioses) la lechuza de Scor, y a Oreo (las galletas muggles favoritas de Cass), lechuza de la pelirroja.

Comenzó a hacer un baile raro moviendo los brazos y las caderas, el educado Scorpius solo chocó su mano en la frente, divertido.

Fuera de aquel compartimiento se encontraban dos primos, una pelirroja y un azabache, decidiendo si entrar o no.

-Pero ahí entraron los Malfoy, papá me dijo que son malos y presumidos -Terció Rose Weasley a su primo.

-Si, pero mi padre dijo que no había que juzgarlos demasiado pronto -Insistió Albus Severus Potter-. Solo intentémoslo.

La chica se resignó y abrió la puerta, encontrándose una cómica situación, Cassiopeia estaba bailando como lo haría un gracioso chimpancé mientras que Scorpius se reía de ella, comiendo unas grageas y un chocolate, los niños se detuvieron al notar que no estaban solos.

-Disculpen, ¿les importaría que nos sentemos aquí? -Preguntó Rose.

-Tienes voz de mandona, me agrada -Dice Cass-. Claro entren, esperen, ¿ustedes son Potter y Weasley?

-Si, yo soy Albus Severus Potter y mi prima es...

-Me puedo presentar -Dijo con la típica voz mandona, que su madre alguna vez tuvo-. Soy Rose Weasley, sé que tú eres Cassiopeia Narcissa Malfoy, ¿y tú eres?

-Soy Scorpius Hyperion Malfoy -Dice con la boca llena, traga avergonzado, sus mejillas se ponen rosa pálido.

-Yo te recuerdo Cassiopeia, estabas comprando una túnica cuando yo llegué a Madame Malkin -Dice Albus.

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