capítulo 49

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Lú 💫

Los días estaban pasando bastante rápido.

Desde aquel día en que había pasado un susto de muerte, Sebastián no se había alejado de mí hacia todo lo que estaba en sus manos para estar junto a nosotros, llegaba temprano y se iba tarde, esto me estaba trayendo problemas con Aitor, muchos problemas.

estaba más consentidor que antes, pendiente al extremo pero era algo que me llenaba el corazón, me hacía muy feliz tenerlo a mi lado como desde un inicio lo había soñado.

Los medios...todo había explotado. Mis redes estaban inundadas de preguntas de: "si estaba embarazada" y sobre todo "es de Sebastian" días posteriores a lo de Laura había sido todo un reto salir de Bogotá, toda la atención estaba sobre Sebastián y mucho más sobre mi, ninguno de los dos habíamos salido aclarar o hablar al respecto por decisión mía. Pero ahora me encontraba prácticamente encerrada en mi casa de Miami para evitar que alguien me fotografiara, estaba siendo verdaderamente cansona toda esta situación.

Alzo la mirada para ver a Aitor que se acababa de sentar al frente, le sonrió pero el no. Y ahí, otros de mis problemas. ¿Mis días de tranquilidad se habían acabado?

Estaba tomando el sol mañanero y pensando en las decisiones que escogería.
Llevo a mi boca la vitamina que muy juiciosa debía tomar durante mi embarazo.

– por fin solos. — lo vuelvo a mirar al escucharlo, y aunque sé por que lo dice prefiero hacer de la desentendida.

– no estamos solos...toda mi familia está aquí.— ellas estaban cuidándome y acompañándome para que no me sintiera tan "encerrada"

– sabes a lo que me refiero.— endurece su mirada– Sebastián. — suspiró. Aquí vamos de nuevo.

desvió mi mirada al paisaje de mi alrededor evitó rodar los ojos.

– es el padre de mi hijo— hago círculos imaginarios sobre mi vientre– te guste o no...— todo estaría bien si se llevaran bien, pero cuando se cruzaban era demasiado estresante. La rivalidad entre ellos era existente en todo instante.

– ¡no lo necesitas! No lo necesitan —se altera y yo lucho por mantenerme tranquila– estuve durante 4 meses y nunca les faltó nada. O dime ¿les faltó algo?— si. Sus ojos verdes no se esperan por respuesta– te lo dije tantas veces — niega varias veces, como si no lo entendiera– te dije, que no le dijeras nada que yo estaba más que dispuesto a ser el padre de ese bebé.

Habíamos tenido cantidad de veces conversaciones que llegaban a ese punto, pero yo nunca consideré no decirle a Sebastián. Lo cierto es, que siempre esperé su regreso, así antes no lo hubiera querido admitir.

– mi hijo ya tiene un padre, y me gusta el que tiene —en su mirada hay dolor. Pero no había una forma bonita de decírselo – Aitor creo que debemos hablar muy seriamente. Y ahora es el momento.

Pone sus manos sobre las mias ahora me sonríe, pero sé que trata de desviar.

– ya tendremos tiempo para eso. Ahora tenia otros planes amor.

– no. Es ahora o nunca. Y yo en verdad necesito decirte lo que pienso.— sus ojazos verdes me miran preocupados y me lo hacen más difícil– te quiero pedir perdón antes que nada

–no tienes... —poso mi dedo índice sobre sus labios para que me deje seguir

– si tengo que pedirte perdón. Aitor tu estuviste en ese momento tan difícil cuando se fue Sebastián, hiciste de padre cuando no te correspondía, nunca me reprochaste nada, y te lo agradezco muchísimo. estaré toda mi vida agradecida contigo —le sonrío y el también – pero te pido que me perdones por no poder corresponder a tu amor de tu misma forma y permitir llegar hasta este punto, el no haberte hablado claro desde el principio.— agarro sus manos sintiendo algunas lágrimas roda por mis mejillas.

LO IMPOSIBLE,¿ES POSIBLE?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora