CAPÍTULO V

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Hace años, el mundo era caos y destrucción, constantemente éramos objeto de burla de los humanos, no pude hacer nada para salvarlos, me obligaron a ver y escuchar cómo torturaban a mis padres, hermanos, a cada uno que perteneciera a nuestra raza.

De mi familia, solo quedo Eminet, hice de todo para detenerlos y al final, decidieron que me suicidaría enfrente de él o cortarían cada una de sus extremidades y lo lanzarían al fondo del mar

Sin pensarlo dos veces les grite "moriré si hace falta", me lanzaron la misma daga con la que asesinaron a mi familia y cuando estaba a punto de apuñalarme en el corazón, una mano detuvo la afilada daga y asesino a los humanos que me arrebataron mi felicidad.

Me sorprendí cuando vi al humano interferir con mi muerte, conmocionada por lo sucedido, Eminet se acerca a mí, protegiéndome de quién me salvo

"¿Por qué me salvaste?"

"De todas aquellas cosas que hagas en la vida, sólo serán memorables las que hiciste con el corazón"

No sé porque lo pregunté, pero ahora que lo pienso, no había dejado atrás mis ganas de vivir. Ahora que la historia se ha repetido, estoy agradecida con él humano de haberme salvado, ya que no es diferente del pasado, sacrificarme para que mi gente sobreviva un día más, en lo único de lo que me arrepiento es no haberme despedido de mi hermano mayor, perdóname Eminet.

Despierto con un fuerte dolor en mi aleta y ahora que lo pienso, es patético que los humanos hayan recurrido a un barco de madera para cazarme

- Despierta bella durmiente. – dice el humano al quitar la mordaza de ella

Lo observo y miro como un cerdo se siente glorioso de haberme cazado

- Hare pedazos ese orgullo tuyo. – dice mientras corta mi aleta

- Gorer, detente. – dice golpeando su rostro

- Guman, ¡No te metas en mis asuntos! – dice furioso

- ¡Vuelve a dañar a mi mercancía y te mataré! – dice con mirada amenazante

- ¡Darim! Trata las heridas de esta zorra. – dice Gorer desafiándolo con la mirada

- Si, hermano. – dice nervioso

- Ten cuidado de no lastimarte. – dice Guman con una pequeña sonrisa

- Lo tendré. – dice sonriendo

Al abandonar la habitación, veo como el humano se desploma y llora al verme

- Por favor, no mueras. – dice triste

- No necesito tu lástima, humano. – dice molesta

- ¿Por qué? – dice mientras se acerca

- ¿Acaso no sabes quién soy?

- Eres la criatura más hermosa que he visto. – dice con una radiante sonrisa

- Yo soy Yemanya, la madre de estas aguas y no necesito la ayuda de un patético humano. – dice con ojos fríos

- Entonces ¿Tengo que ignorar tus lágrimas? – dice limpiando sus mejillas

No lo entiendo, me sacrifiqué para salvar a Veion, mi familia ¿Por qué? ¿Por qué estoy llorando? ¡Todo es culpa de él! – ¡¿Por qué me salvaste?! – dice alterada

El humano levanta mi mentón y me mira a los ojos detenidamente

- Sabes, de todas las cosas que hagas en la vida, solo serán memorables las que hagas de corazón. – dice con una triste sonrisa

- ¡Te odio! – dice con lágrimas en los ojos

- Si eso hace que vuelvan tus ganas de vivir, hazlo. – dice con una pequeña sonrisa

Después de eso, perdí el conocimiento. He vivido más que cualquiera y en las numerosas veces que he intentado suicidarme para salvar a mi gente, ha habido humanos que me han devuelto las ganas de vivir y los que no. ¿Por qué la desgracia me persigue? ¿Por qué los humanos deciden cuando y donde morir?

Paso semanas junto a él y en todo ese tiempo, me doy cuenta que no todos los humanos son cerdos ignorantes

- Yemanya ¿Sientes dolor en tu aleta? – dice Darim

- Sí, pero no es para tanto

- Lo es, la mínima infección puede hacer que no vuelvas a nadar. – dice Preocupado

Aún me resulta extraño tener este tipo de conversación con un humano, pero por alguna razón, me siento cómoda hablando con él

- ¿Sabes porque soy diferente a las demás sirenas? – dice con una pequeña sonrisa

- Si, por tu hermosa sonrisa. – dice sonriendo

- No. – dice golpeando un poco en el pecho

- Entonces ¿Por qué?

- Puedo convertirme en humana. – dice sonriendo

- ¿En serio?

No sé si sea buena idea, pero transformo mi aleta y su reacción me sorprende

- Eres más hermosa de lo que pensaba. – dice sorprendido

- Exageras. – dice sonriendo

- Noto que tus heridas han mejorado, eso es bueno.

- Tienes razón

- Necesito ver tu aleta para una última revisión

Desearía que el tiempo se detuviera, es extraño que lo piense, porque cada vez estoy más cerca de mi muerte, pero Darim hace que no sea tan malo ese sentimiento y aunque sea imposible, hubiera deseado que él fuera como yo

- Me tengo que ir. – dice al terminar de vendar la aleta

- Gracias. – dice sonriendo

Todo lo bueno, tiene que terminar, eso es lo que me enseñó la vida. Cuando Darim se va, entra Gorer con una afilada espada

- ¿Qué es lo que quieres? – dice Yemanya molesta

- Solo vengo de visita. – dice acercando la espada

- Ya me viste, ahora lárgate

- Te advierto que dejes de mentirle a Darim. – dice molesto

- ¿De qué hablas?

- Desde que te cuida, ha cambiado en su manera de pensar

¿En qué sentido ha cambiado? – Ese no es mi problema.

- ¿Crees que él te salvara de la muerte? – dice golpeándola en la cara

- ¡Qué te importa, cerdo! – dice escupiéndole en la cara

- ¡Zorra! – dice molesto

Como si lo hubiera previsto, lo golpeo con mi aleta antes de que pudiera atacarme y el desgraciado corta mi aleta en dos como si fueran un par de piernas

- Ve y pídele ayuda. – dice mientras se ríe

- Desgraciado

- Muere de una vez, bestia. – dice acercando el cuchillo a su abdomen

- Inténtalo, si puedes. – dice con una sonrisa

Veo como impulsa el afilado cuchillo y como Darim se interpone ante mi muerte.

LOS 8 MARES; YEMANYADonde viven las historias. Descúbrelo ahora