Lejos

91 4 1
                                    

Más allá de la guerra, todavía quedaban rusos que rechazaban la locura de Makarov; hombres dispuestos a ir contracorriente.

-John Price

Habían pasado cuarentena y siete días desde su milagroso escape de la india

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Habían pasado cuarentena y siete días desde su milagroso escape de la india.

Soap, Yuri, Price y Nikolai, quien dirigía el bote, navegaban hacia su destino en un barco de pesca corto y ancho que habían elegido para ingresar de manera encubierta a Sierra Leona. De lo contrario, sería imposible llegar a los envíos de Makarov, cuyo contenido aún era un misterio.

La noche ayudó mucho a su desplazamiento, evitando varios puestos de vigilancia y adelantándose a varios soldados en dichos puestos, acabando con cada uno.

Nijolai levó el bote hacia una zona segura y al asegurar la costa todos desembarcaron excepto él, quien se fue algo más lejos para ir en busca de un helicóptero de evacuación escondido.

Los tres que quedaron encontraron varias cajas a la vista que estaban cubiertas en plásticos y atados con varias sogas. Todo esto dejado por los hombres de Nikolai.

Con mucha prisa, debido al frío de la noche, empezaron a desatarlas y a abrirlas, encontrándose con el equipo necesario para la misión.

-Usaremos estas cajas para descansar toda la noche-. Ordenó, Price.-Ademas, podremos cuidar el equipo por si pasa algo.

Soap y Yuri se miraron y asintieron.

-Almenos es mejor que el oxidado metal que Nikolai ofrece.- Bromeó Soap.

-Espero que estés hablando de el Little bird(*), porque ahora mismo Nikolai esta descansando bien cómodo en su Pave Low(**)-.Respondió, Yuri ya en su respectiva caja.

-Tch-. Resopló Soap metiéndose a su caja también.

(...)

08:15:25 A.M.

A la mañana siguiente el olor del océano penetró en lo profundo de sus fosas nasales de Soap haciéndolo despertar.

Salió de su caja, ya acostumbrado al olor del mar, respiro hondo y se quedo de pie examinando el vasto mar. Habían pasado cuarenta y ocho días desde recuperándose de sus heridas, y ya quería probarse a si mismo.

A Soap se le ocurrió una idea y decidió acercarse donde estaba Yuri.-Buen dia, Yuri-. Intentó despertarlo.-De pie.

Yuri gruñó, parándose fuera de su propia caja y saludando a Soap con la cabeza.-¿Qué necesitas?

-Vamos a entrenar-. Respondió Soap, dejando a un lado su equipo y camiseta, dejando a la vista la mitad de su cuerpo. Luego se acerco al bote en el cual ambos entrenarían.

ALEX MERCER: UN NUEVO COMIENZODonde viven las historias. Descúbrelo ahora