ᴏɴᴇ ꜱʜᴏᴛꜱ | ᴅʀᴇᴀᴍᴄᴀᴛᴄʜᴇʀ

The Android II | Jiyoo

Siyeon abrió la boca dispuesta a decir algo, pero inmediatamente la volvió a cerrar, como estuvo haciendo los últimos cinco minutos desde que entró.

Masajeé mi sien cansada. - ¿Vas a curarla o no?

Pegó un salto y asintió, acercándose a Yoohyeon bruscamente. Sin embargo, frenó en seco cuando observó a la androide sobresaltarse, y esta vez, con mas cautela y una enorme sonrisa, levantó una mano para presentarse.

-¡Hola! No sé si Minji te haya hablado de mí. Yo soy Siyeon, soy la doctora aquí y, permíteme decirlo, la única con sentido del humor.

Los hombros de Yoohyeon se relajaron, soltó una risa y levantó la mano de igual manera. - ¡Hola, Siyeon! Yo soy Yoohyeon, encantada de conocerte. - su sonrisa característica volvió a instalarse en su rostro. Al parecer ya había olvidado el dolor.

-Un gusto, Yoohyeon. Ahora voy a curarte, ¿Está bien?

La androide asintió y giró la cabeza para que Siyeon tenga mejor acceso.

Observé con atención todo el proceso. Su piel y herida eran iguales a las de un humano.

Cuando Siyeon terminó se retiró para analizar las muestras.

Dirigí mi atención a Yoohyeon, quién me miraba fijo. Dudé sobre qué debería hacer, hasta que finalmente opté por investigar al respecto. Tomé mis guantes de látex y me acerqué a ella.

Me miró con intriga. - ¿Puedo revisar tu boca?

Asintió, aún con curiosidad.

Con una mano sostuve su mejilla derecha, y con la otra abrí lentamente su boca. Tanteé sus dientes y lengua, tratando de descubrir si pertenecían a un humano. Cuando toqué su paladar ella arrugó su nariz y soltó una risa nasal que me hizo retroceder inmediatamente. Ella sentía cosquillas.

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-Es sangre de humano.

El silencio se apoderó de la habitación, siendo testigo de las reacciones que Dami y yo compartíamos.

- ¿Es... Estas segura? - Dije con esperanza de que no sea cierto.

Ella rodó los ojos. - Minji, llevo siete años haciendo esto, creo que eso me da la suficiente experiencia como para saber identificar la sangre humana. Me ofende que no me creas.

- Mierda. - Dami se pasó una mano por el pelo.

Me froté la cara con las dos manos. Esto era tan complicado. ¿Qué significaba?

-¿Dónde está ella ahora? - Ambas me miraron con atención.

-La llevé a casa. No hay manera de que la pueda dejar aquí. Eunha va a mantener la boca cerrada porque sabe que puedo acusarla por hurgar en mi laboratorio, pero si alguien más la descubre y nota algo raro en ella, querrán destruirla inmediatamente.

Asintieron de acuerdo. - ¿Y qué vas a hacer? - Dami parecía ser la más interesada en el tema.

- Por ahora voy a investigar y mantenerla en secreto. Tengo que descubrir quién o qué es ella.