Iηтяσ: Sєєѕαω

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Noah's POV:

Monotonía, a eso podía resumirse mi vida después de ese verano, trabajaba hasta altas horas de la noche, llegaba cansada a casa y solo caía en la cama luego de tomar una ducha.

Muchos se sorprendían de mi esfuerzo, otros, en silencio, comprendían la razón.

Si estás dormida u ocupada, nada duele, nada puede hacerte daño, y por algunas horas, puedes incluso ser feliz nuevamente. 

Esa mañana no iba a ser diferente, debía ser como cada Lunes, levantarme, desayunar, ir a trabajar y luego tomar mis clases, y todo hubiera ido genial si en primer lugar no perdía el bus para ir a mi trabajo.

No la hubiera visto de no haber tenido que caminar las casi veinte cuadras que separaban mi casa de la miserable oficina donde servía de secretaria. La vi sonreír y me quede completamente helada, estaba sentada en un café, junto a otras personas, tomada de la mano con su perfecto e inteligente novio.

Verla me rompió de tantas formas distintas, que me fue casi imposible no llorar. Para mejorar mi suerte, debía pasar a su lado, era el único camino posible, maldije en mil idiomas y me arme de valor para caminar.

Ajusté mi coleta y acomode mi vestido, tome una gran bocanada de aire y mantuve mi paso lo más firme posible. 

Ella apenas movió sus ojos hacia mí y volví a estremecerme, de repente, su mirada se ensombreció y por un momento trastabille, ella me reconoció, aunque no era difícil verme, llevaba mi cabello rojo en una coleta alta, y el vestido negro resaltaba mi delgado y pálido cuerpo.

Continúe mi camino, con el corazón roto y acelerado, deseando solo olvidar todo lo que acababa de ver.
Si ella me había reconocido, estaba en un gran problema, luego de casi seis meses de haber desaparecido, volverla a ver arruinaba mi posibilidad de estar en paz.

Charlie's POV:

Estaba harta de las reuniones sociales para poder enseñarle al resto que según el eramos una pareja que uno envidiaría. 

Nos llevábamos pésimo, discutíamos por todo y el sexo era fatal.

Solo eramos apariencias vacías por dentro, y ese circo comenzaba a cansarme. 

Llevábamos algo así varios meses, la verdad me importaba poco y nada, ya que mi cabeza y corazón seguían siendo ocupados por la pequeña chica de cabello llamativo y ojos curiosos.

Estábamos desayunando junto a compañeros de trabajo de Chris cuando algo entre la multitud de gente que se aglomeraba en el centro de la ciudad capto mi atención. Un cabello desordenado a pesar de estar amarrado me alertó, su color me hizo sonreír y me acomodé para ver mejor. Los mismos ojos verdes y llenos de alegría estaban mirándome fijamente, casi sin creerlo, sentí unas ganas enormes de levantarme y correr hacía ella, pero me quedé helada, las imagenes de aquella noche a la orilla del rio invadió mi mente hicieron que me detenga, después de tanto tiempo, sentía que solo era una mala pasada de mi cabeza, aún así, mi mirada la siguió mientras cruzaba casi a mi lado, algo que no le gustó para nada a mi compañero, quien no dudo en montar una escena frente a todos.

-Si vas a estar ignorándome y mirando a otros muchachos en mis narices por favor, ten algo de dignidad y al menos vete de aquí- su voz sonó desafiante, suspire, en otra ocación hubiera optado por pedir disculpas o excusarme con alguna mentira, pero en ese momento, y con esas palabras, me puse de pie desafiandolo.

-Pues claro que me largo. Estoy harta de estar contigo, harta de fingir que somos perfectos cuando lo único perfecto aquí son las mentiras que les dices a todo el mundo sobre nosotros.- mire a sus compañeros, que no entendían nada.- Nos odiamos desde hace tiempo, para el solo soy un trofeo, solo importan el y su ombligo en todo. Es la peor persona que conocí, y ¿Saben que? Estoy y estuve enamorada de una chica de cabello rojo y sonrisa de niña pequeña, no de un infeliz que ni siquiera sabe utilizar un puto condón.

Me despedí y me marché, buscando por todos lados un rastro de la chica que me había inspirado a soltar lo que llevaba guardando mucho tiempo, no tenía la seguridad que fuera ellá, después de todo, la policía había terminado por decirnos que ella había muerto ahogada, pero no pudieron darme un cuerpo, porque nunca lo encontraron, así que al ver a la muchacha, mis esperanzas habían sido renovadas.




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Noah había intentado ahogar su pasado, pero fue en el momento en el que ambas miradas chocaron, que algo en ella la hizo entender que no iba a ser tan sencillo como huír, debía enfrentar el problema y resolverlo.
Y por primera vez en años, no buscaba correr para refugiarse de la tormenta que se había desatado al ver a la pelinegra pues tampoco había donde correr y decidió caminar bajo la lluvia, empapandose de agua salada.
A la mitad del camino, se detuvo y observó detrás, soltando el aire que llevaba aguantando desde hacía tiempo e inhalando nuevamente, sonrió y se replanteo tantas cosas, apretando los puños continuó su camino, tomando el atajo hasta la oficina.
Mirando su reflejo en una tienda, sonrío porque empezaba a notar como surgía de sus cenizas nuevamente, un poco mas segura de que la unica que podía controlar su vida era ella misma, y un poco mas decidida a que si se daba la ocación, no huiría, esta vez no lo haría.

ᵀᵒᵏʸᵒ™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora