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Estaba somnoliento y sus ojos se cerraban por cuenta propia. Aún así, se quedó una hora más sentado en su cuarto leyendo un libro no porque quisiera, sino por una necesidad.

¿Por qué?

Bueno, porque el mayor de temor de Jeon Jungkook era dormir y soñar. Habían muy pocas cosas que lograban asustarlo de verdad, y una de ellas era el estar atrapado en los rincones más profundos de su subconsciente. Muchos podrían decir que se trataban de sueños premonitorios pero él no creía eso, le gustaba pensar que eran pesadillas, porque de otra forma sería peor para él pensar que en algún momento ello podría llegar a pasar. Además, la brujería estaba mal vista y tener sueños premonitorios era considerado como ello. Jungkook no podía darse el lujo de ser acusado de hechicería.

—¡Jungkook!

Volteó rápido al escuchar que alguien gritaba su nombre, pero allí no había nadie. Salió arrastrando su bata de seda por el suelo hasta al jardín, y se sorprendió al ver que la fuente y el árbol de naranjo ya no estaban. Todo a su alrededor era fuego y parecía como si hubiera entrado en un campo de batalla.

—¡Jungkook no veas! —Esta vez pudo reconocer la voz que le hablaba, era Kim Taehyung—. ¡Vete!

Retrocedió un paso al escuchar la voz aproximarse. Jadeó de dolor y bajó la mirada a sus pies. Sangre. Había sangre por todos lados, por su ropa y pies. Fue entonces cuando se dio cuenta de que estaba caminando sobre cristales rotos.

Taehyung apareció frente a él, le estaba dando la espalda. Se encontraba malherido y sus ojos brillaban en un rojo brillante que se confundía con la sangre salpicada en su rostro. Parecía como si intentara protegerlo, pero ¿de qué?

Agudizó su vista pero no pudo ver nada más que humo, llamas y niebla.

—¡Ni pienses en acercarte! —gritó Taehyung a la nada, extendiendo un brazo hacia él—. ¡Esto no tiene nada que ver con él, es entre tú y yo!

—Taehyung —murmuró temeroso, aferrándose a la espalda ajena. Parpadeó confundido, no era capaz de reconocer su propia voz—. No, por favor.

—Jungkook, vete por favor. Volveré a ti, ¿de acuerdo? Solo vete.

Lucía desesperado, angustiado y Jungkook podía olfatear su temor. Los sentimientos eran tan fuertes que incluso él los pudo sentir como si fueran propios, como si estuvieran conectados de alguna manera.

Lanzó un grito cuando un gran lobo gris se abalanzó sobre Taehyung, tirándolo al suelo. No entendía nada, solo podía oír el crepitar de las llamas y los gruñidos del animal.

—¡Taehyung!

Frío.

A pesar de estar rodeado de llamas, eso era todo lo que sentía. Se llevó una mano al pecho al sentir como una punzada de dolor se clavaba en su corazón y se expandía como hielo, le quemaba por dentro.

Entonces despertó.

Agitado, miró hacia ambos lados y un suspiro de alivio se escapó de sus labios temblorosos al darse cuenta de que había sido solo un sueño. Se recostó sobre la cama, aún con la fría sensación en su pecho, la cual casi se había desvanecido por completo. Con una mano sobre su pecho susurró:

—Tranquilo, fue solo un sueño.

¿Lo había sido, verdad?


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¡Oye! Sí, tú, la persona que está leyendo esto. 

Pásate por mis otras historias, le pongo mucho corazón a ellas y me harías feliz si pudieras leerlas. 

¡Gracias!

Empires |Taekook OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora