𝒖𝒏𝒐

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Hace diez años que decidí seguir y salir adelante, por mí, por papá y sobre todo por mamá. Desde que se fue todo empezó a ser un caos, papá llegaba todos las noches ebrio y desde mi habitación podía escuchar como lamentaba que ella ya no estuviera. Mamá fue diagnosticada con cáncer de páncreas, bastaron solo dos meses para que partiera. No hubo una sola noche en la que no la extrañara hasta por un momento llegue a pensar en quitarme la vida pero no pude, ella me quería ver triunfar.

Después de unos meses de llantos y lamentos decidí que ya era hora de hacer algo por papá, no podía perderlo a él también. Un noche mientras lloraba entré a su habitación y le dije que no podía seguir así que no podía dejarme sola, acordamos en que iría a un centro de rehabilitación.
Antes de partir recuerdo que me hizo una promesa

"pondré todo mi esfuerzo para volver a casa lo antes posible y darme una mejor vida hija."

Y esa noche lloré, pero era un llanto de felicidad al saber que quizás pronto todo vuelva a ser normal.

Pero no, los problemas siempre están. Los gastos de la casa se hicieron cada vez más grandes, el centro donde papá estaba se llevaba todo el dinero que salía de uno de mis trabajos. Por la mañana me encontraba en una panadería, por la noche en un bar. Mi cuerpo ya no daba más, pero tenía que ser fuerte cada vez faltaba menos para que todo esto terminara.

Tenía solo 18 años, muchos tal vez recién comenzaban a vivir la vida, a saber lo que esta te traía. Yo a esa edad ya sabía toda la mierda que esta puede ocasionar.

Faltaba un mes para que papá salira, ya no tenía dinero para comprarme prendas y a veces ni para comer. Ya llegaba el verano por lo que una noche luego del trabajo decidí ir al viejo cuarto de mamá.

Su cuarto de costura.

Tantos recuerdos vienieron a mi mente, nos veía sentadas a las dos tarareando una canción mientras yo la admiraba al coser

"Cuánta falta me haces mamá" dije soltando un suspiro y un par de lágrimas.

Saqué su vieja máquina de coser y empecé a hacerme mis propios vestuarios. Había crecido viendo a mi madre hacerlo, me había enseñado cada cosa que ella sabía así que no me resultó tan difícil. Con una sonrisa recordé cuando apenas y tenía 5 años le prometí ser la mejor diseñadora.

"Perdón mamá, creo que te fallé" pensé en ese momento.

Creo que fue una noche de verano saliendo del trabajo cuando una chica me paró, me preguntó donde había comprado mi vestido, recuerdo la sorpresa que tuve cuándo le dije que yo misma lo había diseñado y ella muy emocionada me pidió si podía diseñarle uno igual.

Esa noche no pude dormir, tantos pensamientos se vieron a mi mente, no estaba segura de hacerlo tenía demasiado miedo. Cuándo logré cerrar mis ojos la vi, tan libre, tan feliz, me susuro que no tengo miedo que yo podía con eso y más. Que triunfe que no baje los brazos, que lo haga por las dos.
Esa misma mañana, me puse a crear el vestido, y así como ese fueron cinco más y después cientos y cientos de accesorios se vendían.

En poco tiempo me había convertido en lo que siempre soñé.

Hoy ya no soy esa pequeña niña, han pasado 10 años desde aquel entonces, tengo mi propia línea de ropa, mi propia empresa y por si fuera poco hace un par de años que decidí llegar un poco más lejos.

Corea del Sur, más específicos Seúl.

Mi próximo destino.

Y vaya que será un cambio.

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Hola! Espero les guste y se diviertan! Agradecería sus votos y comentarios para saber que están leyendo mis ocurrencias. Sin más que decir, muchas gracias!! Que tengan un hermoso día y a cuidarse mucho!!

ᴍʏ ʟɪғᴇ ᴡɪᴛʜ ʏᴏᴜ • Park Seo-joon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora