Esa mañana la noticia se había esparcido como la pólvora y todos en la corte murmuraban acerca del rey quien se había marchado antes del alba a combatir por su nación. Yoongi era de los primeros en conocer está noticia pues la noche anterior Hoseok había llegado con el mensaje de su padre diciendo que quería verlo antes de partir, lo sorprendente para él fue el hecho de que su padre se fue mucho antes de lo acordado y por lo mismo no pudo encontrarse para hablar con él. Según su guardia el rey se había marchado antes debido a un contratiempo, sin embargo había dejado una carta para él ¿el problema? No sabía dónde estaba dicha carta y tenía en su cabeza miles de opciones de donde pudiese estar, además al ser algo tan confidencial no podía poner a otro a buscarla por él, por lo que aquella tediosa labor le competía única y exclusivamente a él.
Ahora se hallaba cual perdido dando vueltas por la mayoría de la habitaciones del palacio removiendo las cosas con cuidado de no llamar la atención de nadie, cosa que le era casi imposible.
—Su majestad ¿Tiene un momento?
Yoongi se dio la vuelta sorprendido pues no esperaba que su tío le llamase así.
—Estoy algo ocupado ahora, pero me gustaría saber que necesita.
—No es nada en particular, solo me gustaría dialogar con usted, como la última vez, pero no quiero ser inoportuno, volveré en otra ocasión.
—Está bien, también me gustaría, pero tendrá que ser en otra ocasión.
—Muy bien, nos vemos entonces, tenga un buen día.
Dicho esto el moreno siguió su camino hacía su estudio. Su cabeza aún estaba reflexiva frente al futuro de sus decisiones, pues ningún reporte había llegado a su escritorio hasta ahora y por lo que sabía su hermano el rey ya se había marchado a una guerra en la que lo más probable seria que muriera incluso el rey lo sabía pues muy claro lo decía aquella carta que guardaba entre la tela de su hanbok.
Ciertamente su hermano no era tonto, sabía bien que los del consejo y opositores planeaban conspirar en su contra por lo que prefirió morir en la guerra que decapitado por los rebeldes; muy inteligente. Incluso dejar al pobre Yoongi a la cabeza, era una verdadera broma pues pese a su título y apariencia nadie a diferencia de sus lame botas y sirvientes creían que realmente tenía carácter para ser el próximo rey. No lo culpaba, solo era un niño que había crecido a la deriva sin mucha instrucción ni amor de sus padres, todo parecía más fácil en la época en que este era solo un niño y gustaba de escuchar las historias que él le contaba además de seguir al pie de la letra los estudios que le dictaba, incluso llegando a sentirlo como su propio hijo hasta que su hermano sintió que lo estaba traicionando y le obligo a alejarse de su sobrino, ahora con los años el puente entre ambos se hacía cada vez más y más largo.
Pese a ello aún en su corazón le veía como su sobrino y no quería que cayera a manos de los opositores quienes realmente querían cortar su cabeza, al contrario deseaba recuperar su cercanía y de ser posible convertirlo en un buen rey, pero esa era sin duda la idea más utópica que su mente pudiese concebir, por lo tanto no tenía otra opción que tomarse el país en sus manos y sacar a su sobrino de la ecuación.
La razón por la que buscaba hablar con él no era más que un sondeo de sus pensamientos frente a la situación y cuál era su postura política en caso de que se convirtiera en rey, sin embargo le había rechazado por buscar esa simple carta de su padre ¿Qué caso tenia? Si al fin y al cabo el viejo jamás había demostrado si tenía sentimientos por él.
[...]
Tras varios intentos fallidos de encontrar la carta enojado y exhausto regreso a su habitación con ganas de golpear a alguien en ese momento, su cabeza iba a explotar de solo recordar las vocecillas susurrando sus "opiniones" sobre qué destino le acontecería al reino y a su padre tras morir, algo que se había planteado pero no a profundidad hasta ese momento. Todos le veían como un inútil, consentido, e infantil príncipe incapaz de tomar su lugar como heredero ¿Cómo es posible que todos le vieran así? Hacían que sus horas de estudio y entrenamiento en los diversos asuntos valieran nada, todos sus esfuerzos, heridas y noches sin dormir no eran absolutamente nada frente a sus ojos, ni siquiera de quienes llegaron a verlo por si mismos ¿por qué? Se sentía ridículo, no debía dejarse afectar por simples comentarios, pues de cualquier modo sería el rey, pero por alguna razón se sentía traicionado pues todas aquellas personas a las que hasta el momento había pensado en ayudar hoy le pagaban de esa manera, un golpe bastante bajo a decir verdad.
Hoseok entro a la habitación viendo algo que no creería volver a ver en su vida y eso era al príncipe echo un ovillo sobre el suelo, solo abrazando sus rodillas mientras observaba hacia la nada en un punto fijo. ¿Qué había sido tan malo para poner a alguien como el en ese estado? Sus pasos se fueron acercando y en cuanto este lo notó le miro con una mirada de odio empañada por la decepción. Rápidamente levanto el torso y tomando una taza que estaba a su lado la arrojo a un lado de Hoseok sorprendiéndole un poco.
—¡¿QUÉ HACES AQUÍ?! LARGO – Gritó señalando la puerta
Hoseok obedeció en silencio y salió cerrando las puertas tras él.
En el interior el frágil corazón del príncipe término por romperse y sin darse cuenta comenzó a llorar aunque era lo que menos deseaba, no quería verse débil ante nadie y menos ahora que sabía la verdad, pero pese a eso sentía que la carga que llevaba era grande y solo quería explotar dejando que todo fluyera a través de sus cristalinas lágrimas.
En el exterior, tras la puerta el castaño se había sentado a un lado escuchando el débil sonido de los lamentos ajenos mientras su corazón se arrugaba queriendo hacerle llorar también; odiaba la barrera que el rubio había creado entre ambos con el paso de los años, cada vez haciéndose más serio y frío con todos incluyéndolo a él. Ahí se preguntaba a donde se habían ido los buenos recuerdos y el estima que se tenían desde hacía años, porque ahora le era tan difícil acercarse si quiera para consolarlo ¿tan difícil de entender era? Él nunca había estado solo como creía o como todos le habían hecho creer...
Minutos más tarde el llanto se había calmado y el joven príncipe estaba listo para ponerse de pie y continuar con sus labores, con su vida, por lo que al intuir esto gracias al silencio Hoseok se colocó de pie a tiempo para cuando el rubio abrió la puerta mirándole con cierto remordimiento en la mirada, casi como un niño pequeño luego de discutir con sus padres. El solo verlo le enterneció el corazón.
—Ya es hora ¿verdad?
Hoseok asintió y procedió a escoltar al joven hasta la fortaleza real donde debía dar la lección de hoy.
Después de todo ver a Taehyung podría animarlo aunque fuese un poco.
ESTÁS LEYENDO
Who are you? | YoonTae - TaeGi
Fiksi PenggemarKim Taehyung y Min Yoongi eran viejos amigos desde la infancia, hasta que un día pierden contacto. Años más tarde Taehyung se une al ejercito y descubre que Min Yoongi es el mismísimo heredero al trono, sin embargo ya no es el joven encantador que a...