Capitulo 1

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           LA VERDAD OCULTA

—¡vamos papi mas!, ¡dame mas, quiero más!— gritaba la mujer mientras cabalgaba a mi marido.

—¿asi le gusta a mi zorrita?—le pregunto exitado el.

—¡si mi potro!—,respondió Jadeando—sabes muy bien que me gusta, quiero que me rompas todo solo como tu lo sabes mover, celebremos que por fin dejaras a la estúpida de tu esposa.

—si nena, por fin la dejare, ya me tiene harto esa loca, hoy celebraremos a lo grande—le aseguró mientras la seguía embistiendo una y otra ves sin notar la presencia de su mujer que yacía detrás la puerta escondida y sin hacerse notar.

Valery llevaba mas de media hora parada detrás de la puerta de su habitación que compartía con su marido, llevaba escuchando como su esposo, al que creía  el amor de su vida estaba con otra mujer, y no solo eso, si no que mientras se cogía a la otra, a ella le lanzaba maldiciones e insultos, quería entrar y gritarle, incluso pegarle en el rostro, pero no era capaz, despues de diez años en el trabajo era la primera vez que llegaba a casa temprano. Por cuestiones del trabajo llego a casa a buscar unos papeles de la oficina que se le habían olvidado. Mas nunca sospecho nada de lo que ella había sido testigo, a su marido con otra mujer.

Ella pensaba que su matrimonio era un cuento de princesas, en donde todas las princesas tienen el "feliz por siempre".

En donde sin importar los hijos, ellos iban a ser felices como lombrices, o eso esperaba, mas sin embargo a pesar de haberlo visto con otra,  no queria que esa mujer la viera llorando, y menos su marido, ella tenía que actuar con la cabeza fría y pensar como actuaría, asi como estaba era capaz de matar al hombre que decía llamarse su esposo, por ese motivo salió corriendo de su casa sin hacer ningún ruido.

Tenía que vengarse de ellos dos, o al menos hacerles sufrir lo que ella sintió al verlos juntos.

     DOLOR Y SUFRIMIENTO.

—¡por dios mujer!—exclamó su compañera de trabajo que la miro llegar con el rimel todo corrido y los ojos tan rojos he hinchados, era notorio que habia llorado todo el camino.

¿puedes decirme qué te paso Valery? —le pregunto angustiada al verla en ese estado.

—no te preocupes Mona, estoy bien— intento engañarla tratando de sonreír—lo que pasa es que este producto del ojo es nuevo, y creo que soy alérgica, por eso tengo los ojos asi—dijo mintiendo, y aguantando las ganas de llorar nuevamente, pues todo el camino regreso al trabajo lo habia estado haciendo.

—Muy bien amiga—  contesto Mona algo insegura, estaba un tanto molesta ya que sabía que Valery no le decía la verdad, pero tarde o temprano le sacaría la verdad a como de lugar ella siempre terminaba contandole sus secretos.

La hora del almuerzo había llegado y todas las ganas de comer de ella se habían marchado, su teléfono vibro mostrando un mensaje de su esposo, en el cual el le decía que la amaba y la esperaba con ansias a casa, antes; ese mensaje era todo para que su corazón se acelerara, ahora ese mensaje era solo un motivo para odiarlo aun mas, era un descarado, mentiroso, e idiota. Su cuerpo se sintió pesado, el estomago se le revolvió, inmediatamente se levanto de su escritorio, corrió al baño empujando a todos a su paso, vomito su desayuno, incluso el  yogurt que habia ingerido antes de llegar a su casa y ver la escena.

se encerró y se puso a llorar como si su alma buscara consuelo, esperaba que el dolor pasara o desapareciera.

—amiga se que estas ahí, ábreme la puerta por favor —Mona intentaba ayudarla ya que afuera del cúbiculo donde ella estaba encerrada se escuchaba su llanto y no quería que los demas compañeros la escucharan e hicieran chismes, asi que como la amiga que era, cerro la puerta del baño desde adentro para que nadie mas pudiera entrar asi solo ella y Valery  quedarían allí. Insistiría hasta que ella le abriera la puerta no de daría por vencida.

La manzana de la discordiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora