Capítulo 1: Juntos por siempre

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Isabela:
(7 años)

Mamá estaba preparando una cena a lo grande, y cuando decía grande no exageraba, la mesa estaba repleta de comida para los invitados que vendrían hoy, se la veía muy emocionada porque su amigo de la infancia que vivía en España vuelve a Argentina con su tal hijo Junior, la verdad no me importa mucho ese par, yo solo quiero comer el postre que hizo mamá, casi nunca los hace así que tengo que aprovechar cuando hay un motivo especial, y este definitivamente es uno de ellos.

Justo ahora ella estaba terminando de hacerme unas trenzas, me había comprado un vestido blanco con bordes verdes y esas típicas medias bordadas acompañado de unos zapatos de charol, no me gustaba mucho vestirme así, casi no podía moverme ni correr y eso era algo que odiaba, además que seguro lo ensuciaría en cuestión de minutos, sin embargo ella estaba decidida a que yo me quede así.

El estresante ruido del timbre se hizo presente y eso solo significaba una cosa, que las visitas ya habían llegado, mamá bajo las escaleras dejándome en mi habitación sola, escuchaba su voz junto con la de un hombre, se la oía feliz así que seguro el señor era alguien que transmitía alegría, no podía ser tan malo, aunque no confiaba mucho de Junior, mamá me había dicho que tenía casi mi edad y no solía llevarme mucho con las personas, haría el gran esfuerzo de poder llevarme bien con él.

Y cuando me refería a que pondría mi gran esfuerzo realmente lo haría, obviamente no por el niño, sino por el pastel que había preparado mamá.

Bajé las escaleras con sumo cuidado tratando de no rodar entre estas por el largo y pomposo vestido que no me dejaban ver los escalones, era tan complicado, pero no imposible, llegué al último escalón con éxito y sonreí ante mi victoria, rápidamente mi vista se dirigió a Junior, tenía el pelo despeinado con una mancha de helado en su polo azul, no era justo que él estuviera así de informal y yo parecía que vería a la reina de Inglaterra, Julio tenía unos ojos mieles y estos estaban fijos sobre mí mirándome algo extraño, su cabello castaño estaba despeinado y sus mejillas estaban con un leve color rojizo.

Tenía que ser sincera, Junior se parecía a Elmo el de Plaza Sésamo.

__Hola Junior, yo soy Isabela__le dije tratando de sonar lo más amable posible, aunque en realidad la amabilidad no era lo mío.

__Julio__me dijo nervioso y no podía comprenderlo bien ¿a qué se refería?__soy Julio no Junior.

Mamá me lanzó una mirada no tan agradable que digamos, quería que trate bien al hijo de Fernando pero al parecer lo había hecho sentir mal ¿Acaso no puedo hacer nada bien?

__Lo siento yo no... no era mi intención molestarte solo que pensé que así era tu nombre Julio__estaba nerviosa porque si Julio no me disculpaba mamá no me daría pastel y eso si seria el fin del mundo.

Yo era un alma muy inocente para un mundo tan cruel.

__No te preocupes Isabela__dijo Julio con una cálida sonrisa, era una de esas sonrisas que te transmitía paz y a la vez alegría, pero no me confiaba de esta, era como la de el profesor de matemáticas, sonreía y luego me regañaba, esas sonrisas no eran de confiar.

__Así que tu eres la pequeña Isabela__dijo Fernando, el papá de Julio, tenía mucha energía y tenía una sonrisa parecida a la de él, eran casi idénticos__él es Julio mi hijo, se que le encantaría ser tu amigo.

Julio me caía bien, o sea no lo conocía pero se veía una persona buena y sincera. quizás y podíamos ser unos grandes amigos, aunque él se veía tan nervioso y yo era todo lo contrario, lo miré tratando de encontrar una respuesta y estaba jugando con sus manos, ¿acaso le doy miedo o por qué me mira tan extraño?

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