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después de ese primer beso juntos no se detuvieron. en la habitación de jisung solo se oían los leves suspiros de ambos cuando se separaban para lograr respirar. era como si hubieran encontrado aquello que llevaban buscando por tanto tiempo en los
labios del contrario.

cuando notaron que ya era suficiente decidieron separarse, ambos tenían las mejillas sonrojadas, jisung tal vez un poco más, y sus corazones latían con fuerza, tanto que cualquiera que entrara a la habitación podría darse cuenta. ma mirada de minho cambió  de una ilusionada a otra algo preocupada.

—l-lo siento.— soltó de repente el pelinaranja.

—¿eh?— jisung lo miraba confundido, ¿por qué se disculpaba?

—yo n-no deb-

—chicos, no quieren... wow, cuanta tensión.

minho se levantó de inmediato dejando a jisung aún consternado en el suelo.

—con permiso señora han, debo irme, ya es tarde.— eran recién las seis, pero de todos modos le hizo una torpe reverencia a la mujer y luego miró a jisung.— g-gracias por ayudarme a estudiar, nos vemos.

y sin decir algo más, salió como una bala de la habitación.

—¿qué sucedió?

—me gustaría saber lo mismo.

jisung pasó el resto de su tarde sin recibir ningún mensaje del mayor, era preocupante que después de haber compartido un momento tan hermoso minho se haya ido así como si nada.

ahora el peliazul se encontraba triste y desanimado, ni tomar de su leche de vainilla estaba ayudando, si minho no le escribía al menos un mensaje definitivamente el día no sería bueno, aunque ya eran las 9 de la noche. sin nada más que hacer se fue a dormir para olvidar su tristeza, unas pequeñas lágrimas brotaron de sus ojos, el no quería llorar, le parecía tonto, pero estaba doliendo demasiado.

minho llegó a su casa totalmente exaltado y con el corazón latiendo con fuerza.

¿realmente había besado a jisung?

sí, lo hizo.

¿realmente le dijo que lo sentía?

también, aunque realmente no se arrepentía de nada, pero no quería asustar a jisung.

todas esas dudas lo atormentaron hasta la madrugada, dónde por fin consiguió dormir.

el peliazul se levantó decidido la mañana del domingo, no servía de nada quedarse llorando por algo que podía ser solucionado fácilmente.

eran las 10 de la mañana y jisung abrió de golpe la puerta de la habitación de su madre.

—¡mamá, vamos a la peluquería!

—¡¿que haces despierto a ésta hora un día domingo?!

a pesar de los incontables regaños que recibió por parte de su madre ésta cumplió lo que su hijo pedía, aún si lo hizo mientras lo fulminaba con la mirada.

—¿para que quieres ir a la peluquería? tu cabello no está largo.

—necesito un cambio mamá.

por primera vez ambos estaban desayunando a las 10:30 de la mañana un día domingo, todo a causa de los extraños caprichos del menor.

salieron de su hogar luego de unos minutos, jisung parecía muy emocionado. al llegar la señora han volvió a preguntarle que planeaba y jisung por fin decidió decirle.

—cambiaré mi color de cabello.— su madre lo miró sorprendida.

—¿tu cabello? pero el peliazul te queda bien.

vainilla boy || minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora