Obsesión

Capitulo 2:

Actualidad:

- ¿No lo entiendo? ¿Qué tiene de importante ese recuerdo en todo esto? – me pregunta Carson sin entender.

-La respuesta a esa pregunta es sencilla – le aseguro – Solo hay que fijarse en los detalles importantes.

- ¿La forma en que miro a vuestra hermana? – trato de adivinar.

- Incorrecto, todos se fijan en el odio que demostro Tomas por Nadia, pero todos olvidan un pequeño detalle, que es tal vez, el mas importante, el hámster muerto – no quedaba mucho en mi copa así que me levante de mi asiento para rellenarla.

- ¿El hámster?

-Todos olvidan al roedor – mi respuesta más que una afirmación era una verdad – No hubo ningún gato, solo recuerdo haber escuchado un ruido en medio de la noche, venia de la habitación de tomas, abrí un poco la puerta y lo vi dando patadas a una caja cuando le pregunte solo respondió “Era una rata, ya está muerta vuelve a dormir” – dejo salir una sonrisa sin gracia – Cuando desperté la mañana siguiente solo vi al hámster de Nadia hecho polvo, solo había que encajar cabos para saber que había sido él, me di cuenta que debía ser cuidadosa.

- ¿En aquel entonces le dijiste a alguien lo que descubriste? – su pregunta fue cautelosa.

- Le dije a nuestra madre, aquello sin duda me había asustado y la manera en que comenzaba a mirar a Nadia más seguido me causaba terror, no quería que él estuviera a solas con ella y le hiciera daño así que la convencí de llevar a nuestra hermana unos días con padre además de intentar convencerla que llevarlo a un psiquiátrico era lo mejor pero no me escucho.

- ¿Qué crees que lo motivo a hacer aquello al roedor?

- Algunas veces pienso que fue un ataque de ira, a él no le gustaba tener que competir por mi atención, cada vez había más personas queriendo tenerla y supongo que… – dejo salir un suspiro cansado - Que el chico que me gustaba me había invitado a salir no fue nada bueno.

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Pasado:

- Hola – me sobresalto.

- Hola – lo saludo de vuelta mientas tomo mis libros.

- Sal conmigo – más que una pregunta parecía una orden.

- Prueba siendo amable – cierro mi casillero – Tal vez te dé una respuesta.
Que el chico que me gustaba me invitara salir me tenía eufórica, pero eso no quitaba que había sido mal educado y eso sí que no me gustaba nada.

-Lo siento, es que estoy nervioso – baja el rostro avergonzado – ¿Te gustaría salir conmigo?

- No – habla Tomas antes de que pudiera decir algo.

- Tomas – lo reprendo antes de volver a girarme hacia Malecón – Si me gustaría salir contigo.

- Bien, entonces el sábado.

- El sábado estaría bien – una vez dije la última palabra salió corriendo perdiéndose entre la multitud del instituto – No puedes hacer eso Tomas.

- Claro que puedo – me da una pequeña sonrisa.

- No, no puedes – le aseguro haciendo que su ceño se frunza – Tienes que entender que no estaremos juntos por siempre, algún día nos tendremos que separar.

- Nunca nos vamos a separar – el me asegura – Yo te amo más que a nada.

- Y yo a ti – estiro la mano para acariciar su rostro – Tampoco quisiera que nos separemos, pero algún día sucederá.

- No, no sucederá – son sus últimas palabras antes de marcharse.