Obsesión

Capitulo 1:

Actualidad:

- ¿Listo para continuar?

- Si.

- Nuestros padres nunca nos ocultaron que éramos adoptados, pero no fue hasta que cumplimos quince que nos contaron de donde procedíamos – coloco mi copa de vino sobre la mesa de centro – Resulta que nuestra madre biológica era Catalina Petranovk una asesina en serie famosa por matar a sus víctimas durante el sexo enterrando un puñal en sus corazones – la mirada de Carson mostraba desconcierto por mis palabras – Y nuestro padre una de sus veinticinco víctimas – él quería hacer preguntas, lo veía en sus ojos pero aun así se mantuvo en silencio – Para ser específicos fue la numero diecinueve, cuando la atraparon llevaba cuatro meses de embarazo y fue sentenciada a muerte.

- Pero entonces ustedes…

- La única condición que pusieron para cumplir su sentencia fue que hubiera dado a luz – lo interrumpo sabiendo lo que pensaba preguntar – También contaron que habían sido parte del jurado, la condena ya había sido decidida, pero fueron ellos los que sugirieron esperar a que naciéramos.

-Increíble – fue todo lo que él pudo expresar.

- Pero eso es otra historia -  me inclino hacia delante para alcanzar mi copa y tomar un poco de vino – Un año después ellos se divorciaron, Dom quería encerrar a mi hermano en una clínica mental, decía que había algo mal en él, pero Charlotte se reusó – niego con la cabeza – Dom debió enviarlo ahí, tal vez eso pudo haber evitado tanto dolor.

- ¿Por qué estás tan segura? – fue todo cuanto pregunto.

- Porque si había algo mal en él, aún recuerdo la primera vez que lo vi con mis propios ojos.

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Pasado:

-Lo siento mucho Nadia – trato de consolar a mi hermana por su pequeño roedor muerto – Mr. Peg está ahora en el cielo de los hámsteres siendo muy feliz.

- No quiero – habla por fin dejando salir un hipo tierno por tanto llorar – Gato malo.

- Lo sé, gato malo – me da una pequeña sonrisa y luego entierra su rostro en mi cuello – Ahora vamos preciosa hay que enterrar a Mr. Peg en el jardín antes de que mama te lleve a la guardería.

- Si – la aguanto a ella contra mi cuerpo con una mano y con la otra tomo la pequeña caja donde guarde el cuerpo del hámster.

- Clara tienes quince minutos para subir al auto o me voy sin ti – me grita Tomas antes de salir de casa, pero es su mirada de molestia hacia Nadia lo que me causa escalofríos. 

- Muy bien pequeña hay que apurarse – me dirijo a la pequeña en mis brazos dándole un beso en la coronilla.