Capitulo 5:

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Actualidad:

- ¿Qué sentiste al ver tanta sangre? ¿Qué fue lo primero que paso por tu mente?

- Tal vez si hubiera sido otra persona habría tenido miedo, pero lo cierto es que no sentí nada, absolutamente nada – acaricio la lápida de mama para luego acomodar las rosas – ¿Quieres saber algo gracioso?

- Claro.
- Después de que todo aquello sucedió la fiscalía me acuso de cómplice por haber ido a llevarle flores a mi humano.

- ¿Que? – su cara era de completa incredibilidad.

- Es gracioso no, porque fui yo la que me mantuve en contacto con la operadora desde antes de poner un pie dentro de casa y ella estuvo escuchando a cada paso que daba.

- ¿Qué sucedió entonces? - se notaba a legua que sus preguntas eran ya más por curiosidad que por trabajo.

- Los medios se burlaron de ellos – le aclaro – Pero aun así lograron meterme en una clínica de salud mental para “asegurarse” que yo no terminara siguiendo la tradición familiar.

- ¿Cuánto tiempo estuviste ahí?

- Seis meses – le respondo sin rodeos – Intentaron mantenerme dentro por más tiempo, pero no pudieron, la psiquiatra que me atendía dejo bien en claro que los instintos humanos ante situaciones extremas se presentan de diferentes maneras y que mi forma de actuar o sentir fueron completamente naturales – le miro a los ojos – Además aclaro que lo único en mi lo único que se necesitaba tratar era un trastorno depresivo.

- ¿Qué paso cuando entraste a la habitación de tu madre?

- Algo por lo que nunca quisiera tener que volver a pasar.

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Pasado:

- Ahhh – el grito de mi madre es todo cuanto necesito para aventurarme hacia la habitación.

- NO – es todo cuanto soy capaz de decir, la escena que se desarrolla frente a mi es tan irreal – Detente, ya basta detente – más que una orden todo lo que salía de mi boca en esos instantes era una súplica, pero lo que realmente importaba es que había surgido efecto en él.

- Clara – se voltea hacia mí y se quita de la cabeza la capucha que lo cubría, su rostro estaba cubierto por la sangre que le había salpicado – No se suponía que estuvieras aquí – noto en sus ojos que ha perdido la razón – No deberías haber visto esto.

- Tomas – le hablo intentando ser cautelosa, este no es mi Tomas, no mi hermano esta solo es una persona que esta fuera de si - ¿Por qué estás haciendo esto?

- ¿Qué no es obvio? – se levanta de encima del cuerpo de mama tendido en la alfombra – Lo hago por nosotros para estar juntos por siempre – mi mirada se desvía de su rostro hacia el cuerpo inerte – Nadie nunca podrá separarnos – ante esas palabras de vuelo mi vista a sus ojos, pero lo único que veo es locura, a una persona desquiciada.

- Nadie iba a separarnos Tomas – le aseguro tratando de ser fuerte sin embargo mi voz se rompe en medio de la frase - ¿Qué te hizo pensar que nos separarían? ¿Por qué has hecho esto a mama?

- Si lo iban a hacer, ella pensaba hacerlo – señala a mama – Yo la escuche, la escuche al teléfono, le dijo a Dom que tenía razón, que lo mejor era separarnos – niega frenéticamente
– Dijo que estoy obsesionado contigo, pero no es así, yo solo te amo – me asegura – Te amo más que a mi vida y si no te tengo prefiero morir.

- ¿Y qué hay de Nadia? ¿Nadia es nuestra hermanita? – tal vez no halla mucho que pueda hacer en estos instantes, pero si logro ganar tiempo tal vez todo salga bien - ¿Por qué quieres hacerle daño a Nadia, Tomas?

- Es que no lo vez – se pasa las manos por el cabello como hace cada vez que esta frustrado – Ese pequeño demonio no hace más que acapararte, ella quiere toda tu atención – a cada instante que pasa me parece que se encuentra más delirante – Todas las personas quieren tu atención, pero si se las das que parara conmigo, yo necesito más, mucho más – se queda callado durante unos instantes como si su ahora retorcidamente estuviera maquinando algo – Mas – eso es todo lo que sale se sus labios como si acabara de descubrir algo importante.

- Tomas – mi voz tiembla.

- Eso es – su mirada sobre mí se vuelve penetrante – No importa a cuantos saques del camino siempre vendrán más – no me gusta nada el rumbo que está tomando la conversación – Solo tengo que asegurarme que nadie más te pueda tener y listo.

- No – un susurro de terror sale de entre mis labios y mis pes retroceden poco a poco al darme cuenta a lo que se refiere conque nadie, nunca más lograra tenerme más que él.

- Solo debo asesinarte a ti – me señala con sus dedos sangrientos – Y luego suicidarme – se señala a sí mismo – Así estaremos juntos por siempre – una sonrisa aterradora sale forma en su rostro.

Parece que había un cambio de planes y estaba sola en esto, darme cuenta de eso es más duro de lo que pensaba y sin poder evitarlo lagrimas no paraban de correr por mi rostro.
Me encuentro frente a mi verdugo, pero aun así es la imagen de nuestra madre la que no abandona mi mente y tenerla ahí, a unos pocos pasos de mí, sin vida.

/ Lo siento tanto mama, no pude hacer nada por ti, no pude salvarte /

Ese pensamiento hace que se me remuevan las entrañas con un sentimiento desconocido.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora