Capitulo 4:

0 3 0
                                    


Actualidad:

- Específicamente ¿Qué venimos a hacer aquí? – es lo primero que pregunta una vez la cámara está encendida.

- Hemos venido a visitar a mi familia – le aseguro mientras le muestro las rosas rojas que llevo en las manos – La última vez que hable con mi madre ella me dijo que quería que cada mes le llevara flores cuando hubiera muerto.

- Interesante.

- Por donde nos quede ayer – hablo a la cámara que nos ha estado acompañando todo a lo largo de mi historia.

- Cuando abrió la puerta – me responde.

- El hecho estaba, en que a pesar de que sabía lo que ocurría dentro o al menos lo que podría ocurrir – le doy un último vistazo antes de continuar caminando – Nada, pero absolutamente nada podría haberme preparado para lo que sucedió aquel día.

~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~♡~

Pasado:

Entro lentamente en casa intentando hacer el menor ruido posible, no sé lo que me espera aquí dentro, pero lo que si estoy segura es que Tomas esta fuera de control y eso más que asustarme me causa terror.

-No no no – tapo mi boca para evitar soltar un sollozo hay un rastro de sangre en el suelo que baja desde las escaleras y se pierde en el pasillo – Por favor no.

Mi cuerpo no desea moverse, pero aun así avanzan porque, aunque mi corazón no desea sufrir más mi celebro me dice que es lo correcto y en momentos como estos hay que dejar de lados los sentimientos para guiarse por la razón.

Me asomo por el pasillo y continúo siguiendo el rastro hasta la habitación de mama, temo lo que pueda ver una vez entre.

- Hay mucha sangre – susurro al teléfono – No sé quién está herido, si mama o Tomas, pero creo que es mama.

- Solo sal de ahí – me ordena la operadora – Las patrullas ya están de camino, debes salir de ahí y ponerte a salvo.

- ¿Cuánto tiempo tardaran en llegar? – pregunto.

- Unos minutos – me responde.

- No me vengas con lo de unos minutos y puede que no te conozca, pero tú tampoco a mí – le reto alzando un poco la voz – esta es mi familia, buena o mala, pero es mía así que te exijo que me digas cuantos malditos minutos faltan para que llegue la patrulla.

- Quince minutos – se sincera – Pero debes salir de ahí ya.

- Ese es el problema – le aclaro – Que yo no sé si mi familia tiene quince minutos que me estas pidiendo.
Sabia de sobra que no podía seguir perdiendo el tiempo así que con la poca valentía que pude reunir me adentré en aquel lugar.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora