Capítulo tres

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— Ustedes, ¿saben las razones de su presencia en este lugar?un pálido cambia formas examinaba a cada licántropo, de pies a cabeza, verificando que (por el momento) no porten armas ni ningún objeto que los podría ayudar con su supervivencia. Además, verificaba que sus heridas no fuesen lo suficientemente graves como para impedirles participar, de ser ese caso debería asesinarlos allí mismo. Por suerte no fue el caso de nadie.

— Para ser asesinados, ¿no? Somos los simples juguetes de esos estúpidos alphas que se creen mejor que nosotros, ¡Maldita sea! —gritó al borde del llanto un joven beta. Se sentía tan impotente que la rabia logró arrancarle lágrimas, y así como él existían más.

— En efecto. —confirmó el pálido sin el mínimo interés, terminando de examinar al último cambia formas, un joven adorable de cabello dorado y mejillas rochonchas que no dejaba de llorar. Sin embargo, a pesar de verlo en ese estado deplorable, no sintió empatía.

— ¡Cínico! ¡No estás en nuestro lugar, por eso no te importa! —gritó una mujer. Él regresó a verla y enseguida camino a ella, clavando su gélida mirado en sus ojos cafés.

Jennie, de la manada del jefe Kim, intentaste sobrepasar a tu hermano y a tu padre; terminaste desterrada y siendo elegida para este juego. ¿Irónico, no? —una sonrisa difusa pintó sus labios unos segundos, después regresó a su lugar en frente de todos. La mujer quedó sorprendida y sin habla, y nadie pensó siquiera en hablar por temor a que sus peores errores fueran revelados.

— Mi nombre es Min YoonGi, por el momento soy el encargado de hacerles conocer su función en el juego. No deben intentar enfrentarse a mí, ni un segundo, ya que inmediatamente serán asesinados. No deben contradecir mi palabra. Y sobretodo, cualquier cosa que les diga en este lugar, deben grabarla con fuego en sus cabecitas, así será un poco más fácil su sobrevivencia en el juego.

— ¿Eres algún tipo de alpha de rango bajo?, ¿por qué estás aquí en lugar de convivir con el resto de psicópatas? —la voz profunda de algún presente resonó en sus oídos.

  YoonGi negó con la cabeza mientras soltaba una risa irónica— ¿Alpha de rango bajo? ¿Yo? —dirigió su mirada al locutor de preguntas estúpidas y le regaló una sonrisa ladina— TaeHyung, omega considerado inútil en su manada por no poder tener crías —rió nuevamente—. Parece que no me conocen, así que se los diré con mucho gusto. Soy Min YoonGi, el omega más fértil de la manada del Gran jefe, por lo que obviamente soy su pareja destinada y mando sobre todos ustedes, inútiles.

  Todos quedaron sorprendidos y sin la más intención de hablar. YoonGi comenzó con su explicación, sin importar si le prestaban atención o no, él solo quería largarse a casa para descansar plácidamente en su nueva cama.

  Desde lejos, unos brillantes ojos azules vigilaban a un pelirrojo arrimado en una pared derramando lágrimas, hasta que finalmente tuvo valor y se acercó cuidadosamente al sujeto.

Soy Jimin —dijo de la nada cuando llegó a su lado. El chico levantó la mirada y se encontró con esa adorable persona— y yo tampoco puedo tener crías, por eso el jefe Kim me envió aquí —susurró con un puchero que no le duró mucho ya que realizó un eye-smile que enterneció al más alto—. Se que probablemente muramos antes de volver a vernos, pero no importa, es un placer conocerte.

Cacería || Omegaverse → VKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora