"Tómate 20 minutos para ti, sea en tu cama un domingo por la mañana, sea gozando del placer que te provoca un baño caliente o sea, simplemente, relajada en tu sofá. Lee un relato a la vez, sin prisa, disfrútalo. Lo que quiero con mi libro es provoca...
Pronto me di cuenta de que tenías los ojos cerradosy que tu respiración se aceleraba más con cada beso y roce que te daba.
La pielde tu nuca era suave, el perfume de tu pelo invadía mi nariz.
Mientras terozaba suavemente la nuca con mis labios, la camisa entreabierta hacía que mipecho tocara tu espalda, mi pene abultado, aún comprimido por los pantalones,se acercaba a tu trasero de ensueño sin tocarlo.
Cuando rocé tu nuca con lapunta de mi lengua, gemiste. Tu gemido fueintenso, me pareció que un escalofrío invadiera tu cuerpo y juntara tu nucadirectamente a tu sexo.
Entretanto comencé a dibujar con mi dedo índice unoscírculos alrededor de tu ombligo y, unos instantes después, comencé a mover midedo hacia arriba, pasé entre tus senos, aún cubiertos por el sujetador, rocé tugarganta y me dirigí hacia tu boca.
Acaricié tus labios, tú abriste la boca ycomenzaste a chuparme el dedo con avidez.
Yo, entretanto, te besaba el cuello yseguía inebriado por el perfume de tu cabello. Mi pecho ya estaba pegado a tuespalda y mi pene duro a tus nalgas desnudas.
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