Día 7: "Día libre"

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Narra Willy:

—¿Seguro que esto será suficiente Fargan?— pregunto el de boina verde viendo el resultado.

—¡Claro! ¿Qué más romántico que pedirle matrimonio donde le propusimos ser pareja los tres?— pregunta retoricamente con una sonrisa.

Aún recuerdo ese día.

≫Hace más de un mes que Fargan y yo nos enteramos que Luzu también es nuestra alma gemela, es un poco extraño pero en estas citas que hemos tenido tiene sentido, Fargan es sumamente infantil y pervertido, yo sé tomar la iniciativa y me gustan las bromas, y Luzu es responsable pero a la vez depresivo... ¡Somos el trío perfecto!

—Dime rata, ¿Qué opinas de pedirle a Luzu que sea nuestro novio?— suelto serenamente.

—Luzu... yo también lo había pensado, es nuestra alma gemela después de todo, pero... ¿crees que acepte?— susurra lo ultimo bajando la mirada —Le hemos hecho muchas putadas e incluso le robamos a Manolo.

—Él no sabe que fuimos nosotros— me encojo de hombros —aparte seguro le atraemos ¿quién se puede resistir a mí?— bromeo para hacerlo reír.

—Vegetta quien te dejó— sonríe.

—Yo no te recuerdo a Alex, rata— lo fulmino con la mirada.

Él se acerca para besarme, es un beso en el que peleamos por tomar el control, en esto se decide quien gana la discusión anterior.

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Camino por el pueblo, Fargan tiene que trabajar y yo debo buscar material para las lapidas, en la tienda me encuentro con ese par de ojos, uno azul y otro rojo que fue causado por un efecto secundario de tener trato con los dioses oscuros. Le sonrío cuando él me ve, sin embargo me preocupa su mirada fría y perdida.

—¿Estás bien Luzu?—.

—¿Eh?... sí... solo no he dormido bien...— miente, lo sé porque no me mira a los ojos.

—¿Estás ocupado? me vendría bien algo de compañía en el trabajo... bueno, compañía viva— río.

—Joder tío... muy mal chiste— ríe bajo.

—¿Y por qué ríes? emo— cuestiono.

—Por lastima— asegura con una sonrisa.

Dan ganas de plantarle un beso en esos labios rosas que tiene. desvío la mirada y agarro su mano para jalarlo. Toda la tarde nos la pasamos creado nuevos posos en el cementerio y limpiando las lapidas. Eso ayuda a que él se sienta mejor, lo noto en el brillo de sus ojos. Al terminar el día llega Fargan con el uniforme desabrochado.

—Willy, Lusuuu... estoy cansado y muero de hambre, háganme algo de comer— pide,

—¿Algo más su alteza?— interroga Luzu sarcásticamente.

—Si me cargan a casa no me quejo— se encoje de hombros.

—No te creas tan afortunado— le advierto.

Él ríe para después pasar su brazo entre Luzu y yo, ambos ayudamos hasta llegar a mi casa, ahí Luzu es quien cocina y lo hace de maravilla.

—Wow... me encantaría comer tu comida todos los día— declaro después de tragar.

—No me molestaría cocinar para ustedes, es algo que disfruto— sonríe.

Willuzugan WeekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora