Capítulo 9: ¡Capitán, todos a bordo!

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—Recordar no será fácil, estaremos mandándoles cartas para decirles algún progreso, —exclamó Sanemi despidiéndolos con las manos para adentrarse en el cuarto de Yuichiro.

—Tendrán qué hacer mucho por recuperar la memoria de Muichiro, mucha suerte. —Tanjirou acarició los cabellos del más joven.

Por otro lado Zenitsu estaba con Yuichiro en la sala real, el más pequeño parecía agarrar un cofre de madera con seguridad y anhelo. El príncipe estaba sintiendo la presión de saber un poco más cada vez. Lo vio sacar un papel algo maltratado y de un color amarillento.

—Este el mapa para ir a por el diario, lo único que puedo decirte de la vez que lo husmeaba...

—¿Lo husmeaste? —Yuichiro evadió los ojos del rubio.

—B-bueno, era en parte necesario. Como decía, es que es un mapa de Inglaterra.

—¿Inglaterra? Tanjirou me contó que el circo igual era originario de ahí.

—Averigua cuál es la relación, quizás eso les ayude a saber la verdad. Siento que todo está muy relacionado.

—Yo igual creo que están relacionados, hay algo muy raro aquí. —Zenitsu guardó el papel en un bolso que le había dado el rey. —Nos iremos, muchas gracias por el hospedaje y todo. —Yuichiro lo tomó de la manga.

—Ten cuidado con Inglaterra. Hace mucho tiempo que no tenemos noticias de su gobernante, es un completo misterio.

—¿El gobernante de Inglaterra?

—Hay algo muy extraño en esa tierra. Teníamos relaciones estrechas pero... todo cambió cuando nuestro padre murió, por lo que me contaron nuestros educadores políticos. —Zenitsu asintió retirándose del lugar.

Tanjirou se había adentrado al cuarto de Muichiro jugando con el cabello del más joven, se encontraba trenzando las hebras con un ambiente muy armonioso. Muichiro estaba agradecido de haber conocido al Kamado por todo lo que le había traído su presencia, se habían desecho del flautista, incluso se volvió informante de la familia real, y también habían hecho que el frío corazón de Yuichiro se abriera lo suficiente para mantener la libertad en el reino. Ahora podría salir cuando quisiera junto a Sanemi en busca de sus propias aventuras.

—Estoy muy triste de que se tengan qué ir.

—Es un deber muy importante. —Tanjirou le obsequió una sonrisa gentil, Muichiro se sonrojó al gesto y agachó la mirada.

—Yo sé pero... Podrían quedarse más tiempo.

—Me temo que eso no será posible, pequeño Mui. Hay algo qué debo descubrir de mi. —La cabeza del azabache volvió a subir, para ladear la cabeza con confusión.

—¿De ti? ¿Qué es eso que debes descubrir?

Tanjirou se mantuvo callado unos momentos.

—Quiero saber lo que soy. Nunca tuve familia, más que una adoptiva que ahora voy a tener qué enfrentar.

—¿El circo? —El pelirrojo asintió.

—Era un buen lugar, pero hace mucho murió el que nos protegía a todos. Los demás huyeron a Inglaterra.

—Debió ser duro. —Tanjirou le dedicó una amable sonrisa.

—Lo fue, pero siempre salimos adelante. —Muichiro ladeó la cabeza. —Tú también debes esforzarte para recordar.

—Haré todo por recuperar mi memoria y poder ayudarles, —dijo con tono decidido.

—Seguro que si.

Hubo una vez hace mucho tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora