Capítulo 60: Pervertida (+18)

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Holis.

Bienvenidos, al final del capítulo tendremos una misa.

¡Primer capítulo narrado por Mikhail! Y un +18 😏

Disfrútenlo.

.....

Mikhail.

Hace media hora acabamos de cenar, y después de jugar un rato y charlar, ambos estamos en el sofá.

— Quiero tener el control yo —susurra de manera confidente.

Estamos ambos acostados en el sofá sin hacer nada, ella está sobre mí.

Frunzo el ceño y abro los ojos.

— ¿El control en qué?

Alza la cabeza para mirarme con coquetería, siento mi sangre calentarse cuando ella se sienta sobre mi regazo. Se muerde el labio, luciendo completamente seductora.

No sé en qué momento Natalie comenzó a ser toda una pervertida, en serio no miento cuando digo que es la diosa del sexo.

La primera vez que estuvimos juntos entendí su timidez, era obvia, terrenos inexplorados y nuevos para ella, tenía miedo y lo entendía. La segunda vez, estaba algo insegura de igual forma, pero logró soltarse mucho más obteniendo varios orgasmos, las siguientes veces dejó la timidez a un lado y la sustituyó por curiosidad. Nuevas posiciones, nuevas técnicas en el sexo y muchas cosas más.

No me molesta para nada que me pregunte, ni que quiera experimentarlo conmigo, me encanta la nueva faceta que ella está descubriendo de sí misma. Amo cada aspecto de ella, cuando está feliz o triste, afligida o excitada, es perfecta.

— ¿Qué haces? —me siento sobre el sofá sin bajarla de mi regazo. Partes de mi cuerpo están comenzando a reaccionar.

— Nada —dice de manera inocente, sin darse cuenta del efecto que está causando en mí.

— Estás jugando con fuego —le advierto, acercándome para besarla pero ella se niega.

— Lo sé, y por eso yo llevaré el control —me hace saber.

No me niego, me gusta cuando intenta cosas nuevas.

— Bien, comienza —la animo, sintiendo mi sangre calentarse a un nivel máximo y mi piel sofocarse.

La verdad es que he estado sufriendo toda la noche por no devorarla desde el primer instante que la vi. El negro sin dudas es su color.

Natalie coloca sus manos en mis hombros, acomodándose sobre mí, su intimidad sobre la erección que comienza a aparecer. La miro directo a los ojos como ella lo hace conmigo. Tiene la mirada profunda, brillosa, llena de excitación y coqueteo. Me encanta. Simplemente me encanta su manera de ser, su manera de hacerme sentir.

Comienza su juego moviendo las caderas. Cierro los ojos al sentir como se presiona contra mí como si estuviésemos teniendo sexo. Suspiro para abrir los ojos, sonríe con suficiencia sabiendo que está logrando su cometido. Se mueve de adelante hacia atrás, también de forma circular. No se ha quitado el vestido aún, pero lo tiene suficientemente levantado haciendo que sus bragas de encaje negro se noten.

Siento como mi erección se vuelve más dura y las ganas de tocarla y ayudarla con el movimiento crecen. Se inclina hacia mí, presionándose con más fuerza, sin dejar de moverse me busca los labios. Atrapo los suyos con una desesperación inmensa, mis manos se van a su pequeña cintura mientras le exploro toda la boca.

— Pregúntame si puedes hacerlo. Recuerda que yo llevo el control —se separa, sonriendo con arrogancia y vuelve a la tortura con sus caderas. Me muerdo el labio al verla moverse tan malditamente bien sobre mí. Nunca antes lo había hecho—. ¿Te gusta?

Estrella fugaz (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora