Calma

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Me desperté con un gemido por culpa de los rayos de sol que se entrometían por la ventana. Odiaba despertarme de esa forma pero la noche anterior no había tenido fuerza ninguna para nada más que llegar a mi habitación y descansar.

Me giré a la derecha para encontrar a un Steve desnudo y todavía dormido a mi lado. Bueno, puede que sí hubiera tenido fuerzas para hacer algo más, pero no me juzguéis, estaba estresado, necesitaba consuelo y mi novio simplemente estaba alucinante ya con las heridas de la cara con mucho mejor aspecto.

Pero no tuve mucho tiempo para disfrutar de las asombrosas vistas antes de que todo lo ocurrido volviera a mí. Tenía demasiados frentes abiertos, por una parte estaba Tony habiendo descubierto lo nuestro, por otra Natasha revelándole al mundo mi identidad, luego teníamos a Hydra intentando dominar el mundo y el Salón Rojo y a saber cuántas organizaciones más de aliados, cada día más cerca de conseguir la fórmula de los viajes en el tiempo.

Mi vida era estresante.

No iba a volver al instituto en lo que quedaba de semana, eso ya lo había decidido la noche anterior, Steve llamaría y les contaría la situación, pero solo iba a ser esa semana para apaciguar un poco las aguas. Haríamos una rueda de prensa que organizaría Pepper para que la entrada de mi centro se vaciara lo más posible de periodistas, y después de eso con toda la vigilancia y todos los agentes posibles tanto para mí, como para mi tía, como para mis amigos, intentaría hacer una vida normal de chico adolescente en el último año de instituto. O todo lo normal que podía ser siendo Spiderman.

Ese era mi plan y me daba lo mismo que toda la sede estuviera en contra. Era mi vida y la iba a vivir como yo quisiera, eso lo tenía muy claro.

Luego el tema de Hydra seguíamos en un bucle sin fin, en el que ellos parecía que no hacían ningún movimiento significativo y nosotros tampoco. Intentábamos desde hacía tiempo buscar la sede y cortar el problema de raíz, pero estaba muy bien escondida, o eso parecía porque ni los mejores rastreadores del Gobierno habían conseguido dar con ella. Podríamos haber intentado sacar más información de la aparente charla con la Viuda Negra del día anterior, pero por lo que Steve me había contado, ella no parecía muy dispuesta a hablar, así que estaban preparando todo tipo de armas y dispositivos rastreadores para un posible segundo asalto.

El resumen era que no teníamos nada.

Y por último estaba el Sr. Stark. O Tony. Ya no sabía ni cómo llamarle, solo sabía que parecía que en esos momentos me odiaba, o por lo menos que no me quería cerca, y dolía... realmente dolía mucho, ¿pero cómo le podía hacer entender que eso no era una competición entre Steve y él? No se trataba de elegir a uno o a otro, se trataba de entender que a pesar de haberme enamorado de su peor amigo y mejor enemigo, no me iba a alejar de él de ninguna de las formas, ¿cómo lo iba a hacer si cuando estaba con él, Pepper y Morgan sentía que volvía a tener una familia normal?

Y no es que hiciera de menos a mi tía, la quería más que a nada y por ella daría mi vida, pero hacía tiempo que a los dos nos hacía falta algo más para sentirnos cálidos en familia. Solo esperaba que a ella Happy le pudiera aportar esa calidez.

Volví a girar para ver a un Steve todavía dormido, y a ello se le juntaba que yo estaba muy aburrido y no quería seguir pensando, así que me acerqué a él con cuidado de no despertarle de sopetón. Estaba tumbado boca abajo, con solo una fina sábana cubriéndole desde la cadera hasta los pies dejando muy poco a la imaginación. Y es que el jodido tenía un culo perfecto.

Me senté con cuidado a horcajadas encima suya y me incliné para repartir besos por su nuca y hombros. Estaba muy cálido, y su piel era sorprendentemente lisa gracias a su habilidad de curación, ya que conseguía que se le quedaran muy pocas cicatrices.

QueensDonde viven las historias. Descúbrelo ahora