II

22 10 17
                                    

Después de mi comilona, fui a casa, minutos más tarde Dakota me llama preguntándome porqué no la esperé y yo, o sea niña, te estabas comiendo con tu novio, que incómodo.

Además, me dijo que llegaría un poco tarde porque saldría con Cam al cine, yo creo que debe ordenar sus prioridades, tiene atrasadas como 20 tareas y 10 informes, pero ese no es mi problema, ya se lo he repetido miles de veces como grabadora y no hace caso.

Como tengo tiempo libre, no sé si deba salir a dar un paseo o quedarme en casa; mientras estoy decidiendo que película ver en la televisión (sí, decidí quedarme en casa), vuelve a sonar mi celular, pero esta vez es el detective quien me llama y sugiere que deberíamos buscar alguna libreta o diario de mis padres que nos puedan aportar algunas pistas acerca del misterioso número de teléfono, al cual ya llamamos por cierto y nadie contesto.

Así que, ahora me encuentro en un taxi con dirección a la casa de mis padres; en la puerta, me encuentro con el arruinador de tardes libres, digo el detective.

El susodicho dice que entremos y nos dividamos dentro del despacho de mi papá, me recuesto en el asiento de cuero negro que aún mantiene su aroma e inspecciono el escritorio de madera fina y oscura, trato de abrir el cajón principal y se queda atascado (sí, solo a mí me pasan estas cosas), le pido ayuda al detective, el cual me mira con aire de desaprobación mientras ríe, me está comenzando a caer mal.
Jala fuerte el cajón y tampoco logra abrirlo, me dice que va ir a buscar una herramienta para poder abrirlo y se va.

Mientras lo espero, doy vueltas en la silla giratoria en la que estoy sentada, para no a morir del aburrimiento. En el momento exacto, en el que el asiento deja de dar vueltas y para bruscamente, recibo un golpe en la cabeza que provoca que caiga hacia un lado, quedando inconsciente en el acto, lo último que escuché fue un sonido fuerte y estruendoso, como un balazo, quizás lo era.

Me despierto con un gran dolor en la cabeza, mientras el querido detective trataba de ayudar a levantarme y me explica la situación.

-Bueno, Heaven, sucede que, cuando regresé a la habitación, vi a unos tipos frente al ventanal, como yo estaba en la puerta no se dieron cuenta de que yo estaba ahí. Ellos planeaban matarte, (eso creo), estaban con armas, apuntándote, y mi mejor solución fue tirarte algún objeto en la cabeza para que caigas al otro lado, sin que noten mi presencia.- dijo apenado.

-Espera un ratito, ¡¿Me estás diciendo que tu mejor solución era romperme la cabeza con un florero?!, Creo que el que quiere matarme eres tú.- le respondí, mientras intentaba no reírme ni quejarme por el dolor.

-¿Lo siento?.- dice el despiadado intento de asesino al ver que tengo la cabeza cortada y con mucha sangre saliendo a chorros debido a algunos trozos del jarrón roto. Alguien se va a ganar un descuento, nomás digo.

Analizo mi herida frente a un pequeño espejo que hay cerca del despacho, el detective se acerca y dice que me tiene que limpiar la herida, me siento en un banco que encuentro por ahí.

El detective se acerca a mí, extiende su brazo con un paño húmedo en la mano para poder desinfectar el corte, mientras voy anotando mentalmente los beneficios de que él limpie la desastroza herida: uno, le tengo fobia a la sangre; dos, el muchacho huele a rosas (literal); tres, puedo apreciar su rostro de cerca, tiene ojos grises, facciones suaves y para ser sinceros, no está nada mal.

N/A: *a quién engaño, está bien bueno, me derrito amigos*

Y ahí viene la pregunta del siglo que hace explotar mi reducido cerebro y alborota mis hormonas:

¿Por qué diablos nunca me di cuenta del modelo de play boy que tengo en frente?

Bueno, está bien que sea distraída pero no es como para  no darme cuenta de tremendo semental 7w7
Adivinen quién va decir lo menos adecuado para este momento, sí yo xd

-Quita, invades mi espacio personal.- digo botandolo con mi brazo, él se aleja confundido, me tiende el paño lleno de dangre y sonríe. Me desmayo y no es literal, de verdad me desmayo, quisiera creer que fue por la sangre perdida y no solo porque me sonrió.

-Entonces, ¿Quieres que te limpie la herida?.- pregunta burlón, esto no es nada gracioso, pero su risa es muy cautivadora, tanto que hasta estoy considerando reírme yo también, en vez de eso, me levanto y me voy, con la sangre todavía chorreando por mi cara.

El detective va detrás mío, rogando a Diosito que no lo despida, implorando a los ángeles y arcángeles que se apiaden de su pobre alma.

Me hago la que estoy pensando cuanto descontarle, contando con los dedos de las manos, cada vez que bajo un dedo, el ingenuo suelta un suspiro, hasta que da vuelta atrás porque se da cuenta que su amada empleadora sólo se estaba burlando de él.

Y si amigos, lo disfruté, no me arrepiento de nada.😂👌

_______________________________________________________

Holaaa, soy yo de nuevo :3
Bueno este es el segundo capítulo, espero les haya gustado. Take care.

Psdt: Quizás este un poco ocupada.
💙⚡

HeavenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora