𝕱𝖑𝖔𝖗 𝖉𝖊 𝖒𝖊𝖉𝖎𝖆 𝖓𝖔𝖈𝖍𝖊 🌹

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La tierra es el hogar de las flores, plantas, animales, hasta del aire, ella nos da todo lo que queremos y necesitamos para vivir, pero como seres humanos que habitamos en ella tenemos el deber de agradecer por todo lo que nos regala sin ningún costo o...eso deberíamos hacer ¿no?

La madre tierra quiso darles un regalo que apreciar y valorar, en su mente continuamente se repetía la misma pregunta "¿Es buena o mala decisión?", llevaba varios siglos y décadas viendo el comportamiento de los humanos hacia su primogénito o así sí mismos, pero existía la posibilidad de hacerlos recapacitar.

Tomo varios días decidir si lo haría o no, pero era una oportunidad de que descubriera el mundo, a su gente y descubriera sentimientos, hasta podría ayudar a quienes más lo necesitaran con el tiempo que viviera, ella se tomaría esa dedicación.

Dio un respiro profundo al viento que soplo a su alrededor, tomo asiento en el frío suelo de la noche juntando sus manos en el mismo para comenzar a crear una flor, no cualquiera nacería esa noche. El viento al percatarse que pasaba regocijado de emoción soplo a través de los árboles avisando el evento que se llevaba acabo en esos instantes, el cielo se estremeció apartando las nubes de la noche dejando que la luna iluminara con su ser lo que pronto se aproximaría, los animales no fueron incapaces de percibir aquello, las emociones viajaban por todo el boscoso lugar y solo quedaron a esperar ver lo que la madre tierra les preparaba.

—Espero no haberme equivocado... —clamó viendo a su nueva y hermosa creación removerse en el suelo

Sonrió, deslumbrada por lo que sus ojos veían enfrente suyo y no cabía duda, creo la más hermosa y pura alma que jamás podría volver a igualar. Su piel blanquecina casi como el pomposo color de las nubes al medio día, finos rasgos en su rostro y cuerpo; ojos almendrados con un brillo esplendido que había visto perder en los humanos, decían, llamaban, daban sentimientos puros, orbes grandes pero llamativos y ni hablar de su mirada, seria pero dulce, intrigaría a todo aquel que la admirara; un par de labios ligeramente gruesos y rojos; su sonrisa, el mejor detalle que su persona le pudo obsequiar.

—Al sonreír el lugar vas a iluminar, alivio sentirán aquellos que sean testigos de verla en su fulgor, expresarás tus más hermosas alegrías, apoyo y orgullo a través de ella, tus ojos serán la clave de tu sonrisa, porque estos se harán chiquitos mientras muestras tus hermosos dientes blancos. —susurraba al viento mientras los animales empezaban a aparecer a su alrededor

El aire que le acaricio su cabellera moviéndola un poco para que despertara de su sueño, tenía un cabello único siendo así el color café oscuro de la tierra, sin embargo, la adornaban tonos dorados, rojizos siendo colores de la primavera dándole luz.

Su madre extendió su mano para levantarla y que todos la admiraran mejor, su mirada adorable miro con perpleja curiosidad a los animales, árboles y el cielo intentando ver su más mínimo detalle y conservarlo en sus recuerdos por siempre.

—Mi dulce flor de media noche, has venido a darle vida y luz a las personas...siendo ese tu único deber, y, no olvides serlo tu también. —;

Un lobo aulló de felicidad, los pájaros despertaron de emoción, todos los animales festejaban a la nueva creación de la madre tierra.

—¿Co...cómo sabré a quien debo ayudar? —preguntó dudosa, mientras esperaba una respuesta miro al hermoso y gigante árbol al lado de su madre

—Ya lo verás, solo ten paciencia. —respondió acariciando la mejilla de su flor con cariño

—¿Y si no les caigo bien? ¿Y si me desprecian? ¿¡Y si me marchito!? —varias preguntas inundaron su mente llenándola de temor en ese momento, no quería salir o alejarse de su madre, podría morir si lo hacia.