Capítulo 10 "Tokio"

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Lo que hice con Lauren no estuvo para nada bien, por mi cabeza aun me preguntaba porque había hecho eso; en ningún momento debí invitarla a desayunar, mucho menos ir con ella al cementerio, pero lo peor fue sostener su mano y abrazarla. Pero aun así no estaba seguro porque hice esas cosas. Quizás el hecho de que Lauren llevara tiempo trabajando para mí, me estaba dando la sensación de tener confianza con ella, llevaba mucho tiempo sin sentir esa sensación en el pecho y sentirme tan a gusto hablando con alguien.

— ¿Bambi tu crees que me gusta Lauren? — Mi pequeña mascota ladeo su cabeza de un lado a otro, ahora estaba perdieron la cordura hablándole a mi perro si me gustaba mi asistente. Aunque no podía negar que era una mujer muy hermosa, cuando la vi ayudar a Brenda me pareció encantadora, pero después de que la sugerido como mi asistente y verla sentí algo no podía engañarme.

— Lauren es demasiado dulce, cuando se ríe se le hacen unas arruguitas aquí en la nariz. — Me señale el rostro mostrándole a Apolo me miro un segundo y se acostó a dormir otra vez. — No es muy fácil hablar contigo. — Suspire. Cada vez que Lauren estaba conmigo, detallaba cada cosa que hacía, hoy no iría a trabajar, estos días podría pensar cómo sacarme esa idea tonta de que me gustaba, ella es mi empleada.

Los dos días que Lauren se tomo libre, fue la peor idea que le había dado, estar sin ella mi trabajo se estaba volvió un caos, había cosas que no estaba muy seguro si las estaba haciendo bien, al verla el miércoles dentro de mi oficina con mi café quería abrazarla, pero me controlé, ese día me sentí demasiado feliz porque ella estaba conmigo.

La siguiente semana fue caótica en la oficina nuevos contratos, juntas, archivos, y miles de cosas que tenia que hacer, agradecía al cielo tener a Lauren para ayudarme, pero la verdad era complicado concentrarme a veces; más cuando la miraba tomando nota, cada vez que lo hacía mordía su labio como si se estuviera concentrado, por el excesivo trabajo nos quedamos varias noches trabajando tan tarde pero valía la pena para estar un poco más con ella.

— Voy a ir almorzar. — Los ojos de Lauren se fijaron en los míos, tenia sus mejillas rojas y solo asintió. Salí de mi oficina como si mi vida dependiera de ello, no podía ser que mi asistente me estuviera causando este tipo de cosas, eso tenía que cambiar y debería ser profesional, no era el momento y tampoco es que tuviera mucho tiempo para ello.

Al regresar a la oficina debería ser firme con Lauren y tratar de fraternizar lo menos posible; hablar con ella solo cuando sea justamente necesario, no decir nada fuera de contexto y solo dedicarnos a trabajar, ella es mi empleada y yo soy su jefe, estaba determinado hacer lo que acaba de hacer era lo mejor para ambos.

— Buenas tardes señor Mills.

— Buenas tarde Will. — Salude a uno de los porteros mientras entrada, estaba revisando mi celular cuando alce la vista y lo que vi no me gusto para nada, primero «¿Por qué Andrew está aquí? Y no menos importante ¿Por qué esta hablando con Lauren?»

Me quede mirándolos sin apartar un segundo la vista, Lauren estaba siendo como siempre, dulce y cortes con ese sujeto y Andrew sin necesidad de verlo a la cara, debía estar pavoneándose y coqueteando con ella, Lauren entro al ascensor seguida por él.

— ¡Maldita sea! — Grité muy fuerte, volví en si y pude notar que todos mis empleados y los visitantes me observaban sin decir una sola palabra, estaba furioso; di media vuelta y salí del edifico enojado, «¿Por qué estoy así?» me pregunte al ver cómo había reaccionado no era característico que hiciera eso, necesitaba despejar un momento mi mente al ver a Lauren con Andrew me había molestado demasiado, camine una calle lejos del edificio, para intentar relajarme un poco. Entre a una pequeña tienda y compre un chocolate, quizás eso me ayudaría no estaba muy seguro, pero igual me gustaba.

Desastrosamente EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora