La idea de Alexander me había encantado, pasar tiempo con él sin que nadie nos molestara era realmente increíble. Así que simplemente asentí contenta, me beso al aceptar y salí de su oficina para preparar todas las cosas para poder irnos juntos. Compré los tiquetes, cuando tuve que hacer la reserva en el hotel, estaba por colocar una sola habitación con una cama doble, pero me arrepentí, Alexander y yo aun no habíamos estado juntos y seria raro dormir juntos, así que opte por dos habitaciones, solo esperaba que no se molestara.
― ¡¿Es en serio?! ― Verónica entro a mi oficina gritando y muy alterada.
― ¿Qué te sucede? ― La observe algo alterada.
― ¿Es en serio? ― Suspire
― ¿Qué cosa? ― Inquirí, sin saber de que estaba hablando esta mujer.
― Maximiliano Mills acaba de llamar y decir que estará la otra semana. ― Parpadee sin entender el punto de Verónica.
― Si, Alexander no estará la otra semana y por ende Maximiliano tendrá que estar aquí, no le encuentro algún problema a eso. ― Verónica se adentro más a mi oficina y con sus manos golpeo mi escritorio muy enojada. ― Eso no es lo importante.
― ¡Dios! ― Resople algo molestas. ― Verónica tengo mucho trabajo. ― Era cierto tenia que cambiar toda la agenda de Alexander. ― No puedo estar prestándote tanta atención.
― ¡Tú vas a ir! ― Grito histérica.
― Si ¿Qué con eso? ― Su mirada no se apartaba de la mía, se notaba que no le gustaba para nada que tuviera que pasar tiempo con Alexander.
― No te metas con él. ― Arqueé una ceja.
― Es mi jefe. ―Dije intentando volver a trabajar, Verónica cerro mi laptop reaccioné rápido para que mis dedos no quedaran atrapados.
― Eso ya lo sé, también es mi jefe, pero yo llevo mucho más tiempo trabajando aquí y ese hombre siempre me ha interesado mucho y no porque una niñita que lleva solo un par de meses trabajando para él me lo va a quitar, tu amiga Brenda se nota que no te lo advirtió.
― Mira Verónica. ― Me levante ya muy enojada quedamos a la misma altura. ― Estoy aquí para trabajar, tú deberías hacer lo mismo. ― Una parte de mi empezó a pensar si en algún momento Alexander y yo habíamos dado alguna señal de que estábamos juntos.
― ¿Me crees estúpida? ― «Si»
― No.
― Eres la primera asistente con la que sale a almorzar, siempre lo hace una sola vez, y están casi el 100% del día juntos, me voy a casa y ustedes siguen aquí disque. ― hizo unas comillas en el aire. ―" Trabajando" ― Esta situación me estaba comenzando a molestar más.
― ¿Crees que me como el cuento de que no te estas revolcando con el jefe?
― ¿Disculpa? Yo no he hecho nada con Alexander. ― No había estado con él eso si era verdad.
― ¡Ay por favor Lauren! ― Se cruzo de brazos, su ceño estaba muy fruncido y se cruzo de brazos.
― Tú quieres tener un aumento o alguna mierda, no te culpo estar con Alexander Mills es un sueño, pero no te voy a permitir que sigas revolcándote con él para tu beneficio, me voy a encargar de que te saquen de aquí.
― ¡Señorita Heard! ― Alexander grito demasiado fuerte que sentí un escalofrió por mi espalda, estaba furioso. Verónica se puso pálida como un papel; se giro lentamente y miro a Alexander. Él estaba rojo de la rabia que lo estaba consumiendo.
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Desastrosamente Enamorados
Teen FictionAlexander y Lauren destrozadas por el amor, incapaces de dejar sus pasados de lado se niegan lo que sienten el uno por el otro causando solo sufrimiento entre ellos, ninguno es capaz de decir lo que siente realmente, ocultarlo es la mejor solución...