Siete: Primer paso

260 39 4
                                    

Como de costumbre en los últimos días de la vida de Taehyung y Jungkook, habían llegado puntual y con emoción a la panadería.

Uno de ellos con los nervios a flor de piel por entregarle la carta que con tanta dedicación y trabajo escribió la noche anterior, mientras que el otro esperaba ansioso ese acercamiento y respuesta.

Y para su suerte, aquel día frío de trabajo se había hecho mas ameno para ambos jóvenes al descubrir que no era necesario intercambiar palabras para poder entretenerse.

Porque las miradas podían expresar mucho mas que unas simples palabras.

O simplemente la razón era el tener la consciencia tranquila de que al finalizar la jornada, iban a poder conversar un poco con el otro.

Quizás hasta podrían quedarse un rato disfrutando de la noche.

La vida de ambos jovencitos ahora se basaba en suposiciones y más suposiciones.

Pero a pesar de la tranquilidad que invadía sus cuerpos, los dos jóvenes inexpertos estaban ansiosos. Taehyung por la propuesta de salir al día siguiente a pasear, y Jungkook por la intriga de la respuesta del castaño.

La tarde se pasó rápido, intercambiaban miradas y se sonreían con timidez cada tanto, siempre cuidando su trabajo puesto que no querían que la masa quedara demasiado salada o el pan se tostara de más.

En unas cuantas ocasiones ambos tuvieron que aguantar las ganas de hablar con el otro, en ese caso perdiendo Taehyung al ser un autentico parlanchín.

El castaño podía pasar horas y horas hablando sin cansarse. Era realmente increíble la capacidad de sacar con facilidad un tema interesante del cual conversar.

Lástima que muchas personas no lo sabían apreciar y sólo se guiaban solo por la apariencia y vibras que el chico emanaba.

Muy niñita, muy infantil.

Sin embargo, esta vez ambos fueron astutos y trataron de mantener el orden lo más posible. Sabian que cada minuto contaba, cada segundo fuera de la panadería conversando con el otro lo valía. Porque sus corazones asi lo querían y a pesar de comenzar a interactuar hace solo unos días, la compañía del otro los hacia sentir completos y dichosos.

Descubrieron que sí durante la jornada laboral desordenaban lo menos posible, luego esos quince minutos diarios que se tardaban en limpiar y ordenar el lugar, podrían reducirse a cinco.

Dejándoles diez minutos para charlar e indagar en la vida del contrario, que si bien se pasaban volando y deseaban que el tiempo se detuviera, estaban contentos porque les comenzaba a gustar aquella rutina.

Finalmente, la hora de salida llegó y ambos sonrieron contentos con sus manos ya cansadas de amasar. Los jóvenes terminaron de ordenar todo, se sacaron el uniforme como era costumbre y se prepararon para irse. El pelinegro, inconscientemente haciéndolo mas lento para poder salir al mismo tiempo que Taehyung.

El menor de ambos carraspeó nervioso cuando salieron de la tienda. Sacó de su bolsillo la carta con su respuesta y Jungkook lo miró curioso sintiendo su interior revolotear de nervios.

—Toma. —Murmuró el castaño mirando sus pies y Jungkook agarró la carta, provocando que sus dedos se toquen.

Taehyung levantó la mirada en cuanto sintió el calor ajeno rozarlo y apartó rápido su mano avergonzado.

Joder, las extremidades del contrario se habían sentido suaves y una estúpida corriente recorrió cada una de sus vértebras.

El castaño se sentía... descolocado.

Turn Back Time [Taekook] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora