𝐌𝐢 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧 𝐉𝐚𝐜𝐤 𝐅𝐫𝐨𝐬𝐭

III. ¿Tienes poderes?

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Capítulo Tres
¿Tienes poderes?
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Desde aquella noche que el guardián había vuelto a visitar a Elsa, la futura reina de Arendelle, ha pasado exactamente un año.

Jack Frost, no se atrevió a entrar a la habitación de la niña esa noche, sino que se fue volando a cumplir su deber de guardián.

Era un día de invierno en el reino de Arendelle, en el pateo trasero del castillo una niña de seis años de edad jugaba alegremente con la nieve.

Lo que ella no sabía era que un joven chico observaba aquella escena con una sonrisa en los labios.

Él sin dudarlo se acercó, esperando que la menor no tuviera una reacción negativa y saliera corriendo.

Ella trataba de hacer un muñeco de nieve cuando la presencia del albino captó su atención, la niña simplemente sonrió mostrando sus pequeños dientes blancos.

—¿Necesitas ayuda?—le preguntó, el guardián.

La rubia asintió, por alguna extraña razón, ella sentía que lo conocía.

El joven se inclinó ayudándole acumular una buena cantidad de nieve para poder armar un muñeco.

—Se llamará Olaf—habló la menor después de un silencio.

El mayor sonrió con diversión.

—Me parece perfecto—comentó.

Sólo fueron minutos para que ambos terminarán de hacer el muñeco de nieve.

—Gracias, señor Jack Frost—habló, la niña poniéndole una nariz de zanahoria al muñeco.

El guardián del invierno, si no fuera un espíritu se hubiera puesto más pálido de lo que ya era, principalmente porque él jamás se había presentado a la niña.

—Mejor dime, Jack—aclaró, el guardián.

No le podía pedir alguna explicación a la menor, así que era mejor llevarse de esa manera.

—Se que eres el guardián del invierno y también que eres él que me visitó la vez pasada—le explicó, la rubia volteando a mirarle.

Y esa era la razón por la que Jack no le pidió una explicación porque sabía que ella le iba a decir todo sin problema.

—Te enseñaré algo, Elsa—la llamó por su nombre.

El chico formo en sus manos una bola de nieve, para arrojarla al cielo. Esta se abrió en mínimos copos de nieve que caían como una ligera nevada.

Los ojos de la niña se sorprendieron encantada por la nieve cayendo sobre su pequeña cuerpo, pero ella también quería demostrarle algo al chico.

—Jack—lo llamó la pequeña.

—Si—contesto, bajando la mirada a ella pues la había subido al cielo.

—Yo también, lo puedo hacer—dijo, un tanto temerosa.

—¿Qué cosa, pequeña?-le preguntó, confundido.

—Esto.

Creo en sus pequeñas manos una esfera de nieve para luego lanzarla al cielo y que esta se abriera dejando caer nieve, había imitado la acción del albino.

Los pequeños copos de nieve, formaron una leve brisa, pero esta era más débil que la del chico.

Jack se encontraba allí con los ojos tan abiertos por la sorpresa y en su boca se apreciaba una perfecta "o" por lo que acababa de ver.

—¿Co-como lo hi-hiciste?—Tartamudeo en pregunta.

—¿Qué?—dijo, la pequeña Elsa sin entender a lo que se refería aquel peliblanco.

—¿Desde cuando puedes hacer nieve con tus manos?—preguntó Jack, un poco confuso con todo esto.

—Desde que nací lo puedo hacer—lo dijo como si fuera lo mas normal del mundo.

_Pero prométeme que no le dirás a nadie—agregó, la pequeña mirando fijamente a Jack.

El guardián soltó una pequeña risa para asentir suavemente con la cabeza.

—Lo prometo.

La niña sonrió mostrando sus dientes por la emoción, esto provoco que él también sonriera.

—Elsa.

La voz provenía desde la entrada que conecta al pateó trasero donde estaba la pequeña.

—Ya debo irme—mencionó, con tristeza.

Elsa se acercó al chico, volteo a ver si había alguien en la puerta pero no había nadie, en eso aprovechó para abrazarlo por las piernas.

El guardián colocó la mano sobre la cabeza de la chica y le dio una suave caricia en está.

—Nos vemos—susurró.

Se alejó para salir corriendo al interior del castillo.

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Holaaa, mis dulzuras aquí les traigo otro capítulo de está historia congelada.

Jack no se esperaba eso ¿ y ustedes?

No se olviden de dejar sus estrellitas y comentarios , espero y les guste.

Besos 😘😘😘