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Al día siguiente de la pelea entre Diana y su tía. Era mas que obvio que el arribó de los Hanbridger pasaría en cualquier momento del día; eso sin duda era mas bien una piedra en el zapato. No por soportar a Andrew, quién para ojos de Diana; no era mas que un "muchachito que debía ser recatado y manso ante los arrebatos de su padre". Aunque no debería juzgar tanto ya que el solo era un aprendiz de la sucesión de su padre, un reflejó de ella, una contra parte siendo sincera con ella misma.
Una pena que no se tome en cuenta el talento de un posible pianista que podría tocar en París, Londres, Viena, Berlín, Varsovia, Chicago o Nueva York. Pero por el otro lado, la castrante y pedante forma de ser del padre de Andrew era para tener cuidado. Luna Nova es su mira y el ver que sentiría una satisfacción muy grande de tan sólo cerrar la escuela era algo que no se podia permitir. Si pudiera convencer a la maestra Croix de llevar el progresó; le haría callar la boca. Aunque esa gente nunca está satisfecha con nada, aunque la idea del progresó para Luna Nova y evitar las tensiones del partido que se avecina ya es ganar algo grande. Pero por ahora, la rubia platinada estaba mas enfocada en encontrar algo muy interesante. Una posible revelación que se encontraba muy bien escondida en una comoda de la habitación de Diana en forma de fotografía.
Para eso Diana, tuvo que dar vuelta a la mansión, ya que en la parte de atrás había algo que su padre le había dejado. Aunque era que debia guardarse en completo secreto a su tía Daryl; las palabras de la nota su padre dejada en aquella fotografía de Diana junto a su madre eran claras:

Querida Diana

Si encontraste esta carta en la condición que sea, es importante que vayas a la parte de atrás de la mansión y busques una puerta falsa; dentro esta un almacén mío.
Tengo algo muy importante para ti, y por nada del mundo le digas a tú tía Daryl de esto.

Te quiere papá.

Escondido entre la piedra labrada que se empezaba a cuartear, las enredaderas, arbustos y ramas muertas; se encontraba una entrada a un almacén o eso se suponía. Si bién para Diana no seria difícil buscar eso en una situación normal, la situación era completamente diferente, debido presión del tiempo. La rubia platinada estaría más que tranquila, ya que su tía saldría a algún lugar junto a sus primas y tardarían un largo rato en regresar; pero el saber que los Hanbridger llegarían en cualquier momento no le tranquilizaba.
Para Diana pisar tierra humeda mientras busca la "entrada secreta" era mas fácil que tratar con los Hanbridger, pero la intriga de saber de lo que se trataba era mas persistente. El quitar las ramas que estorbaban el lugar seria algo difícil de hacer sin que llame la atención, asi que era mejor usar la magia de manera moderada y el el mejor de los casos que la rubia platinada usara su fuerza fisica y sus manos para mover las ramas. Al cabo de un rato, las ramas ya no serían un gran problema; aun así encontrar la entrada no seria fácil. La piedra que en algún momento estaba finamente labrada, ahora se encontraba cuarteada y se volveria aun mas difícil encontrar una diferencia si la hubiera. Mas aún es el saber en donde se estaría escondido. La parte de atras era un lugar muy grande sin duda alguna, pero si pensaba en algún lugar en específico, si se tomará en cuenta el interior del lugar; lo mas probable es que el lugar este cerca de los cimientos del torreon trasero, tal vez cerca de ahí, ya era la opción mas posible.
Tomo un tiempo buscar entre toda esa pared tan maltratada y tan cuarteada, pero una ves encontrado el lugar que buscaba, la nueva tarea seria el poder entrar.
Ha simplemente vista se confundiria con la pared, pero dando unos pasos hacia atras se notaba una diferencia de contrastes, entre lo gris que se habia vuelto la piedra por el descuido, y el gris tierra de una mezcla de lodo con arena; la entrada que buscaba la bruja Cavendish se encontraba hecha de piedras de río pegadas con lodo, perfectamente estilizadas para perderse en la vista.
Sin meditarlo, ahora Diana debia de tirar esas piedras que cubrían la entrada. Es bueno que este alejado el lugar asi que no habra mucho ruido. Piedra, tras piedra, tras piedra, fue callendo con el esfuerzo; al principio era con las manos, pero al ver que eso no funcionaba; Diana uso una rama.
"Para ser solo lodo esta muy bien pegado"
Se dijo asi misma la rubia platinada. Cuándo terminó de tirar todas las piedras que estorbaban, notó que la puerta estaba cubierta por mas lodo endurecido, aunque con solo limpiar un poco no habrá problema.
Del otro lado de aquella puerta enegresida por el lodo y medianamente despostillada por el tiempo; se encontraba lo que ocultaba su ya añorado y difunto padre.
Sin mucho esfuerzo la puerta fue forzada, la tierra juntó con el polvo se levantaron en una pequeña nube. Una vez que se bajará todo ese polvo, Diana entró a aquel lugar.
Era una bodega con un relativamente conciderable, llena de cajas y muebles cubiertos por sabanas enpolvadas, telarañas en el techo, sorprende que este escondido en los cimientos pero; claramente este lugar deberia ser limpiado.
-¿Qué estoy buscando?-
Se preguntó Diana quién entraba lentamente a la bodega. Paseando entre los huecos que habían entre mueble y mueble; Diana alzó una sabana.
Al alzar la sabana encontró un pequeño mueble que guardaba tubos de ensayó, al fijarse a su derecha; alzó otra sábana encontró una caja llena de vinos antiguos, buscando un poco más se dirigió a la parte más profunda y escondida de la bodega, se dirigió hacia la esquina del lugar dónde una forma peculiar llamaba la atención.
Diana lentamente levantó la cobertura y al ver que era; decidió regresar a la puerta, cerrarla y sacrificar algo de la magia que le quedaba por acomodar todas las piedras y cerrar aquel acceso, a excepción de una muy pequeña entrada dónde pasaría un ratón.

Las últimas almas (Diakko)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora