•~Capitulo II~•

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•~Narra Andrew~•

No podía creer lo que se encontraba frente a mis ojos; de un momento a otro todo mi mundo desapareció y no pude hacer nada para evitarlo.

Nos encontrábamos comiendo todos juntos, mi melliza riendo junto con Matt y Michelle mientras yo solo les dedicaba una pequeña sonrisa pero sin perder aquel aspecto serio. Esa mañana había despertado con un mal presagio y esa era la causa de que mi humor fuese algo peor de lo que acostumbraba.

Pero no pensaba que algo así pararía, un fuerte estruendo se escuchó en la cafetería y una gran viga cayó, esa maldita viga atravesó su cuerpo.

Pero ¿Por qué solo el de ella? ¿Por qué ella era la única grave?.

Todos los demás solo teníamos heridas leves, algunos raspones o vidrios rotos según lo que lograba ver. Mire a mi alrededor antes de recobrar la compostura y al hacerlo me levanté de lo más rápido para ir a auxiliar a Sophia pero mis intentos fueron detenidos por Matt. —No muevas nada Andrew, a meno que quieras que esto termine peor —Recomendó mientras ejercía un poco de fuerza en su agarre lo cual no fue de mucha ayuda ya que el estaba lastimado a lo cual Michelle lo ayudó.

¿Qué esperaban que hiciera? ¿Que viera como mi mejor amiga se desangraba frente a mis ojos?

Eso es algo que no podía soportar —¡¡¡SOPHIE!!!— Exclamó mientras siento como las lagrimas empezaban a salir de mis ojos e intentado soltarme del agarre de ellos dos —abre los ojos por favor— empecé a suplicar sin parar cuando el sonido emitidos por los camiones de bomberos y la ambulancia se hicieron presente.

Lo último que recuerdo fue cómo un hombre con traje de bombero intentaba hacer que guardara la calma y no hiciera algo indebido que empeora se la situación actual.

("El primogénito morirá")

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("El primogénito morirá")

Esas palabras se empezaron a repetir en mi cabeza una y otra vez "—Es solo un mito familiar—"  Gran parte de mi se niega a creer que eso sea verdad, no tiene sentido alguno, mientras que otra, una diminuta parte decía "—Puede ser—" A pesar de todo no lograba encontrar manera alguna de abrir mis ojos y correr hacia mi melliza, reír con ella, llorar con ella.

El tiempo empezó a pasar y aunque no abriera mis ojos podía escuchar a la gente hablando al rededor mío diciendo cosas como "—Lo lamento Andrew—"  Eso solo hacia que el peor escenario posible se hiciera presente en mi cabeza mientras rogaba que mis ojos se abrieran y con un gran esfuerzo más lo logre; al lograr acostumbrarme a la luz y abrir por completo mis ojos pude notar que estaba en la habitación de un hospital con algunas cosas conectadas a mi cuerpo, no sabía como llegue a este punto, lo último que pasaba por mi cabeza era Sophia, su cuerpo lleno de sangre u una viga atravesando su cuerpo haciendo.

Ante lo último me levanté de manera rápido de aquella camilla mientras intentaba arrancar de mi aquellos cables que me mantenían conectados a esas máquinas. —Andrew, respira tranquilo— pude ver como Matt se encontraba en la camilla del lado con un brazo vendado y una mirada llena de preocupación.

—¿Dónde está Sophia?— pregunté, es más que obvio que ella me preocupara más que mi propia vida— ¿Dónde está?— Exigía que me dieran respuesta pero el solo me miraba con la mirada baja mientras decía entre murmullos "—perdón—"  volví a caer sobre esa camilla mientras por mi mente resonaba aquel maldito relato del libro.

"—¿podrá ser eso? y si aquella maldición mencionada con aquel libro antiguo fuera cierta, me niego a creerlo—"

Repetía una y otra ves eso "me niego a creerlo"  Por el simple echo que si todo lo que se a escrito con el pasar de los años en ese libro fuera verdad, la destrucción llegaría y Sophie tendría que morir.

Al pensar eso tome mi hombro izquierdo en el cual aquella marca se encontraba y empecé a apretarlo con algo de fuerza.

Estaba tan hundido en mis pensamientos que no me di cuenta cuando aquella enfermera se encontraba llamándome para saber si ya estaba todo bien, al ver que no respondía ella llego junto con el doctor para así poder revisar me. —¿Cómo esta Sophia?— pregunte a aquel hombre con bata blanca— ¿Mis padre han llegado?

El hombre de piel morena se encontraba viéndome como si tuviera un gran pésame. —Joven, la situación en la que encuentra su hermana es algo complicada— empezó a hablar —es un milagro que aún respire, pero hicimos lo posible.

Cada palabra la sentía como si de un balde de agua se tratase, una simple palabra podría derrumbar mi mundo "Coma" mi hermana se encontraba en coma mientra en eso estaba agonizando y era mejor desconectar la y dejarla ir. Si no lo habían echo aún es por que mis padres aun no habían dado señal de vida alguna.

Pase un día más en el hospital ya que mis lesiones no eran graves, una que otra costilla rota y algunas puntadas. A Matt y a mi nos dieron de alta al mismo tiempo y al terminar de arreglar nuestras ropas decidimos ir juntos donde se encontraba mi hermana.

"—Destruirá tu alma—"

Tal y como dice el mito, el ver a mi hermana completamente vendada y con el montón de tubos conectados en su cuerpo hacia que mi alma de destruyera lentamente y la lagrimas salían sin control de mis ojos a lo cual Matt me abrazó por los hombros y luego Michelle siguió la acción, la verdad no se de donde salió ella, pero eso era lo de menos.

Habían pasado tres semanas desde el accidente en la cafetería donde la única víctima fatal fue Sophia Monteith, mi hermana mayor

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Habían pasado tres semanas desde el accidente en la cafetería donde la única víctima fatal fue Sophia Monteith, mi hermana mayor. Desde aquel día no he podido dormir tranquilo, todas las noches soñaba con lo mismo; un hombre matando a una bella mujer de cabellos castaños y la luna llena de fondo la cual se pintaba de un color carmín y luego el cuerpo de mi melliza cubierto de sangre mientras moría lentamente en mis brazos y de su boca salía "—El caos descenderá—".

Esas palabras rondaban por mi mente y aquel sueño era la causa de mi desvelo.

Mientras Sophia seguía hospitalizada a mi ya me habían dado se alta y en esos momentos me encontraba preparándome para ir a visitarla y estar con ella hasta que pudiera ver ese hermoso color cielo en sus ojos. Cuando el timbre sonó.

Al abrir la puerta vi a una pareja con traje de expedición entrar a la casa de golpe mientras tiraban la cosas por la sala. —Andrew, hijo— hablo aquella mujer de cabellos rojizos mientras besaba mi cara.

—Madre— murmure mientras mi mirada se hacía más fría de lo que era —Hasta ahora piensan aparecer— comente alejando a aquella mujer de mi.

—Andrew, nosotros hicimos lo posible para evitar esto— Comento mi padre mientras lanzaba un libro hacia mi— Ahora es tu turno de hacer algo y salvar a tu hermana.

•~Continuara~•


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