Sofía's pov
Mi corazón se aceleró mientras caminaba por el pasillo, que conducía a la oficina de mi padre, mis pasos eran pesados y ruidosos para hacerle saber que venía hacia él.
Lentamente puse mi mano en la perilla de la puerta y la giré lentamente, dudando de entrar. Pero lo hice de todos modos.
Me paré confiadamente frente a mi padre decidido a no dejar que él viera mi miedo. -¿Sí padre?--, Le pregunté enérgicamente, de pie frente a su escritorio de madera que llenaba la mitad de la habitación. Tenía papeles que estaban mojados por haber derramado previamente su botella de cerveza, que también había reunido en una pequeña pila en su habitación. La habitación estaba en penumbra y sus cortinas estaban cerradas, sin dejar pasar la luz del sol.
La intimidación se estaba escapando de él, sin embargo, estaba de espaldas a mí mientras hablaba.
-Eres mi hija menor y mi única hija- declaró con un tono descuidado pero exigente. -Te vas a casar con Demián Hernández- mi padre apagó su cigarrillo mientras giraba su silla para ver mi reacción. Mi corazón se congeló con solo escuchar el nombre. Demián Hernandez como el Demián Hernandez.
-Son dueños de uno de los mayores padres de la mafia-, respondí con miedo en mi voz. No quería casarme con alguien por su poder, quería casarme con alguien a quien amaba y en quien confiaba. Alguien que me respete y se preocupe por mí.
-Exacto, lo conocerás en una semana, darás una buena impresión o de lo contrario serás castigada, entiendes-, siseó mi padre con exigencia, apretando los dientes con rabia.
El hedor a alcohol llenó la habitación. Estaba borracho como de costumbre, no debería sorprenderme.
-Y ... sí padre- Contuve mis lágrimas, tratando de que no viera mi debilidad.
-Sé una buena chica y deja a tu padre en paz- refunfuñó alejando su silla de mí. Una lágrima rodó por mi mejilla mientras cerraba la puerta en silencio.
Rápidamente me sequé las lágrimas mientras caminaba por el pasillo.
Me dirigí directamente a mi habitación, cerrando la puerta detrás de mí. Me acosté en mi cama, sintiéndome abrumada por la desesperanza y la conmoción. Tenía emociones encontradas; No conocía a este hombre. Demián podía ser abusivo, agresivo, violento, ruidoso e incluso peor, un borracho como mi propio padre. Sin mencionar que Demián no tiene la mejor reputación en la mafia. Podría quedarme atrapada con un hombre que es exactamente como mi padre y no podría hacer nada al respecto.
Perdida en mis pensamientos, escuché un ligero golpe en mi puerta. -Sofia-, pronunció mi madre en voz baja antes de entrar a mi habitación.
-Mamá- respondí con tristeza mientras fruncía el ceño, finalmente dejando que la tristeza me consumiera. Mi mamá me rodeó con sus brazos, tratando de consolarme lo mejor que podía.
Frotó mi espalda con dulzura mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. -Tu padre me dijo hoy lo que planeaba princesa, no lo habría dejado, si lo hubiera sabido antes- trató de contener la emoción en su voz.
-Lo sé- suspiré, abrazando a mi mamá con más fuerza que antes.
-Tus hermanos no van a estar felices por esto, especialmente Raúl-Mi mamá negó con la cabeza con decepción, sin poder hacer contacto visual conmigo.
Raúl era mi hermano mayor y sorprendentemente me llevo mejor con él. Tengo otros 4 hermanos, así que 5 hermanos en total. Raúl, Marco, Stefano, Javi y el menor Diego. Estábamos todos separados por un año. Yo tengo 17, Diego 18, Javi 19, Stefano 20, Marco 21 y Raúl 22 encabeza la lista y es el heredero de nuestro imperio mafioso.
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Demián
Teen Fiction-Demián Hernandez, el Rey de la Mafia, conocido como el Diablo. -Sofia Diaz, conocida como ángel. Los dos están dispuestos a casarse, obligados por sus padres, a unirse a la mafia. Pero Sofía finalmente aprende que incluso el diablo fue un ánge...