toque

121 11 4
                                    

Finalmente llegamos a la mansión .

–¿Están tu mamá y tu papá en casa?–  Pregunté preocupada, mientras la sangre goteaba de mi boca. 

–No ... afortunadamente–, murmuró Demian la última parte en voz baja, pero lo escuché tanto como el alivio en su voz.  Me pregunto por qué odia tanto a sus padres.  Su madre parece muy cariñosa, y sí, su padre me amenazó, pero eso no significa que haya lastimado a Demian.

–Siéntate aquí–, señaló el mostrador y salté.  Demian regresó 5 minutos después con un paño, líquido antiséptico y un botiquín de primeros auxilios.

–¿Sabés coser?–, Pregunté con dolor. 

–Sí, lo aprendí cuando tenía 10 años. Mi mamá pensó que podría necesitarlo cuando fuera mayor– Demian frunció el ceño estresado mientras enhebraba la aguja. 

–¡¿No hay adormecimiento ?!– Chillé preocupada.  Vi la más mínima sonrisa aparecer en su rostro pero se desvaneció rápidamente. 

–No, probablemente te desmayes– bromeó con una cara seria. 

–Eso no es gracioso– le fruncí el ceño al ver que su ceño habitual era más suave de lo normal.

–Ok– suspiró sosteniendo la aguja y empapándola en el líquido. 

–Voy a morir virgen–, grité con miedo antes de arrepentirme rápidamente de lo que acababa de decir.  –Quiero decir, lo digo mucho como una broma cuando estoy con Olivia, yo ...– Me reí torpemente mientras Demian me parpadeaba un par de veces.

–No morirás–pronunció rompiendo el incómodo silencio.  Podría calentarme las mejillas por la vergüenza;  Soy tan estúpida.

–Toma, agarra mi hombro si necesitas algo a lo que agarrarte– ofreció Demian mientras revisaba la herida en mi boca.  Puse mi mano sobre su hombro y me preparé para el dolor.  Cerré los ojos con fuerza. –No me muerdas los dedos, de lo contrario no te ayudaré–, suspiró Demian en advertencia.  Asenti .  –Ok, voy a empezar–.

Hice una mueca de dolor cuando me agarré a su hombro.  Demian continuó con mucha vacilación.  Finalmente terminó de coserme la mejilla.  Una lágrima corrió por mi mejilla.  Estaba mirando mi mano que todavía estaba apretada sobre su hombro.  Tomó la tela y secó mi lágrima mientras me miraba a los ojos.  Sus grandes ojos azules estaban llenos de curiosidad.

–¿Por qué estabas en la escuela?–  Hablé en voz baja mientras mi mirada regresaba al suelo. 

–Cambié de opinión acerca de que irías a la escuela hoy, no pensé que fuera lo más seguro, así que te habría sugerido que te tomaras unos días libres, pero cuando terminé de firmar tu salida, fui a ver cuál era la conmoción.  y luego te vi – explicó con un tono suave como si se hubiera calmado por completo. 

–Oh, está bien– Asentí.

Lentamente me incliné hacia él, exhausta por el dolor mientras descansaba mi cabeza contra su hombro.  Demian no me abrazó, pero no me apartó la cabeza.  En cambio, levantó lentamente su brazo hacia mi espalda.  Levanté lentamente la cabeza antes de fruncir el ceño con curiosidad. 

–¿Alguna vez te han abrazado?– Le abrí los ojos en broma. 

–No–respondió rápidamente, con cierta vulnerabilidad en su voz. 

–¿Hablas en serio?– Jadeé en completo estado de shock.

–Siempre hablo en serio–, respondió.  Bueno, eso no es mentira. 

–Oh, Dios mío– murmuré tristemente mientras me tapaba la boca con la mano para lograr un efecto dramático, ya que realmente no podía abrirla.  –¿Por qué nunca te han abrazado?–  Me pregunté mientras miraba su camisa que se había puesto, momentos antes.

–Mi familia no es la más cariñosa–, explicó como si fuera obvio y para ser justos, lo era.  Tiró la camiseta que estaba empapada en sangre en la lavadora. 

–Bueno, hoy recibirás tu primer abrazo, te guste o no–murmuré, sonriendo suavemente, tratando de no abrir demasiado la boca.

–No– retrocedió. 

–Demian, deja de ser un gato asustado– Lo miré burlonamente, dándome cuenta de que el dolor en mi boca estaba empeorando lentamente. 

–No– exigió casi con miedo.  Le puse los ojos en blanco, tratando de no hablar.

Me lanzó una mirada enojado.  –¿Me acabas de poner los ojos en blanco?–  Él lo fulminó con la mirada, molesto. 

–Noooooo– murmuré sarcásticamente, mirando mis manos mientras jugaba con ellas nerviosamente. 

–Deja de jugar con tus manos, es molesto– gruñó frustrado, agarrando mis manos con las suyas.

Sentí un escalofrío sobre mi columna vertebral cuando sus manos agarraban las mías. Sé que lo sentía también. Quité mis ojos de mis manos y lo miré. Su rostro se relajó en el calor de mi toque; Sus manos se estaban congelando.

–Eres tan frío ...– Prácticamente susurré.

El timbre sonó repetidamente.

–Soy el diablo, nunca estoy frío–, me guiñó un ojo mientras levantaba las cejas y se alejaba de mi toque. Cuando sus manos salieron de la mía, me sentí. vacía casi Nada me dio la misma carrera que sus dedos contra mi piel.

Me di cuenta de que mi visión de él está cambiando lentamente mientras vivo aquí.  No es emocional, rara vez muestra alguna emoción excepto ira, pero puedo decir que quiere hacerlo.  Quiere sonreír y reír, quiere ser feliz, pero cuando estás en la mafia eso puede desaparecer bastante rápido;  Desde tus amigos hasta tu familia, cualquiera puede morir.

No creo que sea el diablo, todavía no.  No muestra ninguna emoción, pero eso no lo convierte en el diablo.

Podía escuchar voces apagadas en el pasillo.

–¡No, no lo hagas!–  Escuché la voz de Demian exigir.

Vi una cabeza apuntarse hacia mí desde la vuelta de la esquina.  Yo Llevaba una sudadera con capucha de gran tamaño, pantalones cortos y mi cabello estaba en un moño desordenado.

–Hermano, ella está muy caliente–, escuché decir a la persona. 

–Fuera–, gruñó Demian viscosa. 

–Esa no es forma de hablar con tu mejor amigo– escuché al chico reír. 

–Vete a la mierda– gruñó.

Un chico muy guapo, alto, de cabello oscuro con ojos marrones y una buena mandíbula entró. Sin embargo, su piel estaba bastante pálida.  –¿Quién eres tú?– Preguntó el chico con curiosidad. 

–¿Quién eres tú?–Le pregunté con curiosidad. 

–Soy Kaylo–, sonrió mientras alargaba su mano para estrechar la mía. 

–Soy Sof- Demian me interrumpió agarrando y arrojando a su amigo a la habitación de al lado.  Demian cerró las puertas de inmediato.

–Sube a tu habitación–Demian me espetó y asentí obedientemente, sin atreverme a hacer ninguna pregunta.  –No vuelvas a bajar, te llevaré con tus hermanos en un rato, iré a buscarte– me advirtió Demian.  Realmente no quería que bajara.

–Está bien– Asentí mientras subía rápidamente las escaleras.

DemiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora