VII

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Dos años después, la detective era la única que visitaba a Michael. Villa Altagracia completo se sentía en condición de juzgarlo aunque la mayoría cometía los mismos errores que él solo que aún no habían matado a nadie.

-Buenas noticias, Michael- Dijo Asia, su abogada, entrando a la sala donde se reunían- Mañana mismo sales de aquí. Por tu buen comportamiento, el juez aceptó tu libertad condicional, supuestamente encontraron más evidencias que no pueden enfocar hacia ti y han tenido que desviar un poco el caso, aunque sigues siendo sospechoso pero ya cumpliste tu condena por el estupro.  No te había dicho antes porque quería estar segura de todo y hacer el papeleo.

Al día siguiente, luego de dos oscuros años, Michael Maers conoció nuevamente la libertad. En la salida de la prisión donde había cumplido condena, se encontró con la detective Miranda, la única que confió en el siempre y que, luego de salir lo invito a un café para celebrar pero aún seguía una pregunta sin respuesta ¿Quien mató a Acacia?

Pasó por su casa a darse un baño, su casa a la que tenía años sin entrar y que ya no se sentía suya, su ropa ya no le quedaba igual que antes, había perdido peso en prisión pero aún podía ponérsela así que se vistió y salió a encontrarse con la detective.

En la calle la gente lo miraba y susurraba, las madres  llamaban a sus hijas para que él no se acerque a ellas y nadie lo saludaba, eso no le sorprendió pero tampoco era demasiado gratificante.

Llegó al café y si no hubiera sido por Miranda, no le permiten entrar, lo malo de los pueblos pequeños es que no permiten errores, aunque él nunca catalogaría su relación con Acacia como un error.

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2020 ⏰

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