my professor

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Lo que tenías de dulce lo tenías de inteligente, eras considerada una de las mejores profesoras de la escuela secundaria en la que trabajabas. Eras reconocida por la empatía que solías tener con los estudiantes, creando un lazo profesora-alumno tan reconfortante y estimulante que a los adolescentes, aunque estuvieran en su fase de rebelión, irresponsabilidad y pereza, les agradaba estar en tu clase y poner atención a lo que explicabas, cosa que no pasaba con otros profesores. Eras profesora de historia en la escuela y te habías recibido hace poco de historiadora, por lo tanto, se podría decir que lo que enseñabas era tu pasión y durante las clases explicabas los temas con tanto entusiasmo y facilidad que era imposible no aprender algo contigo. Habías sido elogiada reiteradas veces por esto, y es que una profesora joven con tanto conocimiento en su poder no era algo que se veía todos los días.

Y tu alumno Jeon Jungkook lo sabía muy bien. Un chico de 18 años que estaba en el último año, era el más grande de la clase. Rebelde, desobediente y holgazán cuando se lo proponía, pero dentro de todo un buen muchacho. Lo haz tenido que regañar varias veces por estar molestando y distrayendo a sus compañeros mientras tú dabas la clase, pero entendías que era un comportamiento típico de adolescente y no podías enfadarte con él, no tenías de punto* a ningún alumno. 

Lo que tú no sabías era que detrás de todo eso que hacía, había un llamado de atención, específicamente para ti. Al principio, para Jungkook sólo eras una profesora bonita que había llegado para cagarle la existencia con una materia tan aburrida como lo era historia. Pero a medida que pasaba el tiempo, no sabe si era tu dulzura a la hora de hablar con los alumnos, la comprensión que tenías cuando alguien no entendía algo o el perfume dulce que emanabas cada vez que pasabas por al lado de su pupitre, lograbas enamorarlo cada día más. Lo que pensó que era una simple atracción hacia su profesora, terminó siendo un sentimiento más fuerte.

—Nos vemos la semana que viene, chicos. No olviden la tarea por favor —exclamaste apenas terminó de sonar el timbre de salida. Esbozaste una sonrisa y a medida que ibas guardando todo en tu bolso, saludabas a los alumnos que se iban de la sala.

Estabas por irte tú también, pero notaste que Jungkook todavía no se había ido. Él estaba parado a unos metros de tu escritorio con la mochila puesta y, a juzgar por su rostro indeciso, tenía ganas de decirte algo.

—¿Necesitas algo, Jungkook? —dijiste con una sonrisa.

—Profesora, yo... —rascó su cabeza visiblemente nervioso, desvió la mirada. —Se ve muy bonita hoy.

No pudiste evitar sonrojarte ante tal comentario. —Te lo agradezco. —aún así, te resultaba raro viniendo de él.

Jungkook carraspeó, definitivamente tenía algo que decirte y no se atrevía a hacerlo. No querías presionarlo por eso no dijiste nada, tal vez era un tema difícil de hablar para él, normalmente cuando un alumno quería hablar en privado contigo era para decirte que se les dificultaba el estudio o que tenían un problema personal.

—Profesora, u-usted me gusta... —soltó sin más.

Eso obviamente te tomó por sorpresa, te esperabas de todo menos eso. Era la primera vez que un alumno te confesaba algo así y a pesar de que Jungkook y tú sólo se llevaban unos pocos años aún te parecía extraño e incorrecto su confesión.

—Jungkook... yo... no sé que decir... —tu cabeza intentaba buscar las palabras adecuadas pero simplemente no te salían. ¿Qué respondías a eso?

—No diga nada -suspiró con la cabeza gacha. —Sólo necesitaba sacármelo de encima.

A ver, Jungkook no estaba nada mal, era guapo y tú no eras ciega. Hasta un par de alumnas te habían cuchicheado lo lindo que les parecía y lo enamoradas que estaban de él, pero vamos, era tu alumno y era moralmente incorrecto incluso que pensaras eso. Corresponderle a sus sentimientos estaba mal por donde se lo mire y podría ser la causa de tu probable despido.

—Entiendo lo que te pasa —dejaste tu bolso sobre el escritorio y te acercaste a él en una distancia considerable. No te habías dado cuenta de lo alto que era hasta ahora que lo tenías parado frente a ti. —Pero yo soy tu profesora y tú eres mi alumno. Existe un límite y ese es mi trabajo y tú que eres estudiante. —a pesar de estar rechazándolo, nunca dejaste de lado tu dulzura al hablar.

—Lo sé. No quiero sobrepasarme porque respeto nuestras posiciones, pero quería que lo sepa. Perdón si la ofendí. —nunca habías escuchado a Jeon hablar tan bien, pero se escuchaba más maduro a comparación de las clases.

—Está bien, agradezco tu actitud frente a esto —palmeaste su hombro un par de veces y sonreíste.

Jungkook se acercó a ti acortando la distancia que había entre los dos, te tomó del mentón con suavidad haciendo que lo miraras directo a los ojos.

—Pero también quiero que sepa que soy mayor de edad, que me gradúo en unos pocos meses y que cuando por fin deje de venir a esta escuela voy a hacer lo posible para que quiera salir conmigo —te susurró muy cerca de tus labios. —Es que usted no sabe lo enamorado que me tiene.

Acto seguido plantó un beso fugaz en la comisura de tus labios, mientras tu seguías en shock y procesando lo que acababa de pasar, él sonrió y se fue de allí dejándote completamente atónita. ¿Con qué cara lo ibas a mirar la próxima clase?

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⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

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