La chica de mis sueños

Capitulo I

-He soñado en varias ocasiones con ella, dos, tres, tal vez cuatro veces-

-hmmm- dice con la mirada hundida en la libreta mientras escribe algo, tiene las piernas cruzadas y la punta de su tacón da contra el piso , se revuelve incomoda en el asiento, por fin alza la vista y me mira por encima de los lentes

-¿un sueño recurrente eh?-

-sí, supongo-

-en que escenarios se presentan los sueños?-

-todos distintos, nunca en un mismo lugar-

-que hacen mientras sueñas?-

-hablar-

-¿sobre qué?- dice nuevamente mirando por encima de sus lentes, esta vez da golpecitos con el bolígrafo a la libreta

-suele preguntarme como es el mundo real, si es igual o mejor que el de los sueños-

-y dime Mario, es igual, o es mejor?-

-es peor- digo con determinación, ella me mira por un breve momento

-bien, es todo por hoy Mario- dice lanzándome una sonrisa poco convincente

La puerta del consultorio se abre y veo entrar a mis padres, mi padre rodea con su brazo a mi madre, ambos me lanzan una sonrisa dulce

-¿y bien doctora? – pregunta mi padre

-es un caso de sueños recurrentes, nada de lo que preocuparse, un par de consultas mas y todo estará arreglado- dice con una sonrisa amplia

-muchas gracias, eso realmente nos alivia- dice mi madre colocando sus manos sobre mis hombros

-nos vemos Mario- dice la doctora y mis padres y yo abandonamos la habitación.

                                                  *

-hijo no deberías usar así esa gorra, no se te ven los ojos- dice mi madre mientras vamos en el auto camino a casa, a veces me irrita su auto protección

-así me gusta usarla-

-déjalo cariño, está en la adolescencia, quiere demostrar rebeldía es normal- le contesta mi padre, sonriéndome por el retrovisor.

-¿listo para ir mañana a clases campeón?- pregunta mi padre

-si- respondo

Llevo casi un mes sin asistir al instituto, desde que una extraña enfermedad se alojo en mi cuerpo, la llaman la enfermedad de los sueños, yo sinceramente no creo que sea una enfermedad, pero amanezco agotado, tanto que a veces me es imposible caminar. Ahora para variar me enviaron con una psicóloga y no me resisto porque capaz y me envían a donde un psiquiatra, siempre he pensado que mis padres son muy protectores aunque los entiendo soy su único hijo y estuve al borde de la muerte unos minutos después de mi nacimiento, fue como si la vida y la muerte se pelearan por mí, naturalmente gano la vida... al menos por ahora.

                                                   *

-hijo usa el tenedor- dice mi padre mientras yo agarro la carne entre mis manos y la llevo a la boca

-demasiado tarde papa- el me mira con el ceño fruncido, mientras yo lamo mis dedos

-que modales señorito- dice mama que se acerca a la mesa con la ensalada

-así es como se disfruta la comida-

-muy rica la cena cariño- dice papa a mi madre y le estampa un flamante beso en los labios, yo cierro los ojos con fuerza, estas cosas me producen nauseas

-ya llegara tu hora campeón- dice papa sonriendo, yo hago un gesto desagradable en el rostro, mientras me levanto de la mesa

-hasta mañana- les digo a ambos marchándome a mi habitación.