Capitulo ll

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El frio es tan intenso que siento que se cala en mis huesos, por fortuna llevo chaqueta y también una bufanda gruesa además de los guantes en mis manos, los coches están hundidos en la nieve, la calle esta solitaria y el fuerte viento golpea mi cuerpo…

-ven aquí- la escucho decir, mientras detiene el auto y abre la puerta

-otra vez estoy soñando- digo entrando al auto para resguardarme del frio

-que novedad- dice ella poniendo los ojos en blanco, por los menos he aprendido a diferenciar entre los sueños y mi realidad.

-¿cuando me dejaras en paz?- pregunto mirándola fijamente, su mirada me penetra hasta los huesos, tiene ojos muy negros. Sigue conduciendo sin responder

-está bien, está bien, pero la próxima vez escoge otro escenario por favor, el frio aquí me está congelando- digo frotando mis manos

-deja de quejarte tanto- responde fríamente

-solo tenlo en cuenta-

-¿cómo es el mundo real?- pregunta nuevamente

-ya eso te lo dije-

-¿es como aquí, o es mejor?- pregunta sin poner atención a mi respuesta

-aquí es mejor- respondo, el freno del auto me balancea hacia delante, haciéndome impactar contra el parabrisas

-auch, si no sabes conducir, porque lo haces- le digo tocándome la frente que ahora sangra

-¿cual fue tu respuesta?- pregunta enfadada

-quiero despertar- digo desesperado

-ja! Amiguito, me temo que no podrás hacer eso, yo tengo el control aquí-

-no, tú ni siquiera eres real-

-lo soy para ti- responde

-no sé cómo entraste a mis sueños, pero debes irte de ellos-

-¿irme?, que ingenuo eres- dice suspirando profundamente

-por poco y me toman por loco-

-tú les has dado ese poder, por no mantener la boca cerrada, por descubrir el secreto-

-¿qué es lo que quieres de mí?-

-tu vida- responde sin ningún reparo.

-¡Mario!, ¡Mario! Hijo, despierta- escucho la voz de mi madre y logro volver a la realidad, mi respiración es irregular y una extraña tos empieza a invadirme

-¿hijo estas bien?- pregunta mama angustiada

-sí, mama estoy bien- digo recuperando la calma

-¿pero que tienes en la frente?, como te sucedió eso?-

-¿qué mama?- pregunto tocándome la frente, y viendo con asombro la sangre en mis dedos.

-no te muevas de aquí, voy a curarte hijo- dice mama que sale de la habitación seguramente por el botiquín, me levanto de la cama con dificultad, me siento agotado como siempre que ella se mete en mis sueños, me paro frente al espejo y miro la herida en mi frente es totalmente real, ¿como sucedió algo así?.

-suave mama- le digo mientras cura la herida

-¿cómo te hiciste esto hijo?-

-no lo sé mama, tal vez me caí de la cama mientras dormía- miento

-¿otro de esos sueños?- pregunta preocupada, yo me mantengo en silencio durante unos segundos

-no mama, no te preocupes- digo besándole la mejilla, y dirigiéndome al baño.

La chica de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora