𝑃𝑟𝑜́𝑙𝑜𝑔𝑜

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Luca Balsa es el tipo de persona que si le ofreces sorete de conejo afirmando que es chocolate, lo aceptaría sin pensarlo dos veces.

Y para Edgar Valden, el joven artista, el cerebro del prisionero era del tamaño de un cacahuete. No era tan difícil asumir el tipo de relación que ellos dos llevaban.

-"Edgar~, bonito y precioso Edgar~, ¿me prestas tu pincel?" -

-"¿Huh?, ¿para que quieres mi pincel?, no estarás pensando en-" -

-"TCHH, por supuesto que no!, lo necesito porque su forma es perfecta para la parte de una máquina en la que estoy trabajando con Tracy, solo necesito hacerle un molde-"-

-"Sobre mi cadáver Balsa, no dejaré que tus sucios guantes toquen mi pincel" -

Y así comenzaba otra estúpida discusión, la personalidad caprichosa y arrogante del pintor, contra la infantil y extrovertida del prisionero.

Claro, como en todas las relaciones, siempre hay una primera impresión. Al llegar el pintor a Oletus Manor, lo primero que pensó al ver a Luca, fue que era de ese tipo de personas con las que no le gustaría relacionarse, extrovertidas y que no se toman el tiempo de pensar dos veces.

Pero el prisionero no pensó del todo de la misma manera que Edgar, este le pareció un tanto lindo, del tipo fáciles de fastidiar pero que a la vez te hacen feliz sus reacciones. Algo así como un hamster, que te puede morder hasta que te salga sangre, pero que se siga viendo adorable mientras lo hace.

Balsa en realidad era sorprendentemente inteligente en algunos ámbitos, como la robótica, los mecanismos y la ingeniería, el unico problema era que esa inteligencia no la utilizaba en usos básicos. Y ese era el punto más alto que le hacía hervir la sangre al pintor, podía armar un mecanismo rápido de decodificación pero no era capaz de diferenciar cosas básicas como un chico de una chica. Aún recuerda cuando lo confundio con una la primera vez.

-"¡Oh!, es una nueva superviviente?, si que es linda!, no como tú, Melly, quítate ese casco de una vez" - Pobre Melly, desde ese día se dijo a sí misma que no le volvería a hablar al prisionero.

-"Perdóneme, pero soy de sexo y género masculino" - Dijo con un notorio enojo en su tono de voz.

Se escucharon burlas hacia Balsa en el comedor de la mansión, pero el castaño sólo hizo como si no las oyera.

"Tsk, das pena ajena, estúpido"

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𝐥𝐮𝐜𝐚 𝐛𝐚𝐥𝐬𝐚 𝐢𝐬 𝐚 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐬 𝐝𝐮𝐦𝐛𝐚𝐬𝐬!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora