CAPÍTULO II

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Bienvenidos C.A

Chase

—¡Oh por Dios!—, grita Ahila a su vez que se lleva las manos a la boca, mientras mantiene la mirada de la escena; sé que ella siente fascinación por los crímenes, pero observar un acto como este podría traumar a cualquiera. Me acerque y la tome por los hombros para apartarle la vista de la escena, Ahila entendió mi gesto y salió de la habitación.

Luego allí estaba yo junto con Condrell y otros dos oficiales, eso sin contar el cadáver y toda la sangre, fluidos y demás cosas, que me imagine que de todo esto veía tal nauseabundo hedor. No obstante tomé fuerzas para mantener mi estado neutral y no parecer inquieto.

Presiono mis ojos con la yema de los dedos para volver a observar la escena a mayor detalle. Es un hombre, de piel blanca, con severas heridas por toda la piel, marcas y cortaduras, se encuentra completamente desnudo. Está cortado por partes y cocido, su brazo izquierdo se ubica donde debería estar su pie derecho y así cada parte de su cuerpo está cocido a un lugar diferente. Siento una sequedad en la garganta cuando me doy cuenta que el rostro de la víctima está despegado, cortado y de manera literal, no tiene rostro.

Tiene su corazón puesto en la mano derecha que está cocida al cuello, órganos rodean el cuerpo y su parte íntima está cortado en trozos y puesto sobre un plato blanco encima de una mesa, de alguna manera da a entender como si esté fuera un aperitivo recordándome las películas de Hannibal Dexter. Puedo ver qué hay una camilla a unos cuantos pasos de la víctima. También hay un paral porta suero con una bolsa de algún medicamento, más una bolsa de sangre guindando en él.

—Parece que olvidó sus juguetes—, confirmo mientras observo una mesa pequeña  donde está colocado de manera minuciosa un bisturí, agujas, hilo, píldoras, inyectadoras y epinefrina, pero lo que me pone los pelos de punta al ver es el aparato que está al lado de la mesa, es un reanimador con sus monitores. — ¡Maldición! Que hijo de…—, paro pero no puedo controlar la rabia, al pensar lo que ese bastardo le hizo a este hombre.

—Sí, Chase, el muy bastardo lo torturó, quien sabe cuántas veces se desmayó y él lo reanimó para seguir torturándolo, tanto que logró que defecara del dolor— Mencionaba David mientras escuchaba como se movía por el lugar, cuando siento que se detiene, regreso mi vista a David y me hace un gesto; señalando unas fotografías que había pasado por alto.

—Entonces no le bastó con hacer todo esto, ¿También quiso hacer una sesión de fotos? — inquirí, solo para quedarme inmóvil al darme cuenta que no solo eran fotos de la escena del crimen.

— ¿Qué sucede Chase? — Escucho distante la pregunta de David mientras un frío recorre cada parte de mi cuerpo, siento más náuseas y esta vez no sólo por el olor que se percibía en el lugar.

—Él es…— Corto por un segundo.

—¿Lo conoces? ¿Reconoces a la víctima? — Indaga David sin parar — ¿Qué sucede Chase?—.

—Si— Tomo fuerzas y logro continuar para responder a sus interrogantes —Él es o bueno era— hago una pausa en forma de respeto — un periodista, no trabajaba con nosotros, sino con un periódico de la competencia, pero si lo reconozco, Ahila y yo nos topamos con él en aquella tienda que asaltaron hace unos meses, ambos cubríamos la noticia—.

No puedo creer como puedes haber hablado con una persona hace unos meses y luego encontrarte con su cadáver, destripado, cortado y torturado, luego de haber hablado con esa persona sobre su familia, porque si, lo más desgarrador de esto es que él había formado una familia. El asesino dejo a una buena esposa viuda y a dos niñas huérfanas.

—Imagino que, las personas en la foto… — Condrell deja las palabras en el aire, pues no era necesario terminar la pregunta para yo entender lo que él deseaba saber.

—Sí, las personas junto a él en esta fotografía, son su esposa e hijas— le respondo, mientras escucho que me dice —Deberías ver esto también— el sargento se pone al frente de mi para apartar una especie de cortina de plástico, que se encontraba atrás de la camilla de hospital, donde fue causado todo el daño a la víctima.

Aparto mi mirada de la espalda de Condrell para observar la pared, que tiene el rostro de la víctima clavado en ella y una frase escrita a su lado que dice — Les doy una cálida bienvenida oficiales y C.A o ¿Aún debo hacer algo más para romper el hielo? Hora de empezar a jugar–—.

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¿Que les pareció el capítulo esta vez?
En el próximo capítulo veremos más a fondo la amistad de Chase y Ahila.
¿Que tal les pareció el asesino? Jajaja aunque yo creo que lo hizo para dejar un mensaje claro.
Bueno se les quiere, me despido.
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Rastros de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora