8. La verdad

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Estaba sentada al lado de Legolas; mientras él me analizaba con su profunda mirada yo sólo recordaba todo lo que había pasado los últimos años y me preparaba para contarle todo de mí. 

-¿Me dirás?- preguntó de nuevo

-Bien- contesté- La verdad es que antes de llegar aquí no tenía la mejor vida que digamos

-Te escucho

-Cuando era pequeña mi padre nos abandonó a mi y a mi madre, nunca tuve hermanos así que sólo fuimos ella y yo, pero ella nunca se recuperó y comenzó a beber, se hizo alcohólica así que tuve que crecer sin una madre. Tuve que trabajar desde los 14 para conseguir dinero y poder pagar los gastos, pero fuera de mis amigos de la escuela y el trabajo, no tenía muchas razones para quedarme en mi tierra. El día que encontré el broche de Lorien yo estaba por irme a otro lugar, había ahorrado lo suficiente para quedarme unos días en algún lugar en lo que buscaba un nuevo empleo, pero llegué aquí y... no me pareció tan malo quedarme

-Entonces esa es la razón, creíste que estarías mejor aquí, ¿cierto?- me miró a los ojos

-Sip, y la verdad es que no me quejo, digo sí, ahora estamos en peligro inminente de morir en cualquier segundo pero... me gusta aquí- dije mientras reía

-Entonces, si empezaste a trabajar desde los 14, ¿cuántos años tienes ahora?

-17- contesté mientras él abría los ojos como platos- ¿Qué tiene?

-Nada, no me imagine que tuvieras tan pocos- respondió él

-¿Tú cuántos tienes?

-2900- dijo rápidamente, casi comenzaba a ahogarme con mi propia saliva cuando lo escuché, sabía que los elfos vivían hasta la eternidad pero no pensé que fuera a tener tantos años

-Son bastantes- dije sorprendida

-No más que los de algunos árboles de aquí- dijo mientras reía ligeramente, era curioso, no lo había visto reír mucho, lo que tenía de viejo lo tenía de serio

-No ríes mucho- le comenté

-Lo sé- dijo mientras volteaba su vista hacia la Luna

-¿Alguna razón?- pregunté intrigada

-No muchas, la mayoría de los elfos son reservados, es normal, aunque debo admitir que tu compañía es bastante relajante y alegre- dijo mientras me veía a los ojos

Su mirada me atrapó y conecté mis ojos con los suyos; su mirada era fría, no decía nada pero decía todo al mismo tiempo, era difícil de descifrarlo y sólo podía hundirme en su mar azul. Mientras más nos veíamos más nos acercábamos, estábamos a escasos centímetros y las respiraciones chocaban

-Tal vez conmigo se te baje lo amargado eh?- le dije mientras tomaba un puñado de hojas y se las aventaba en la cara y el cabello

-No soy amargado- contestó mientras reía y me aventaba las mismas hojas

Pronto comenzamos a aventarnos as hojas que teníamos a nuestro alcance y cuando nos cansamos nos sentamos en el piso mientras nos recargábamos en una roca lo bastante grande como para los dos, no decíamos nada, sólo escuchábamos el sonido de las aves en la noche y el viento soplando sobre los árboles a nuestro alrededor, todo era tan calmado que sólo daban ganas de quedarse así para siempre.

Pero el para siempre se nos terminó rápido; para ser más claros, Aragorn había llegado a hacernos compañía, no había dicho nada sino que se sentó junto a Legolas y se dispuso a mirar las estrellas como nosotros estábamos haciendo. Parecía que cada uno de nosotros estaba sumido en sus propios pensamientos, me sorprendía que Aragorn no tuviera sueño para ser un humano; recordaba bastante bien como era tener sueño y necesidad de dormir y comer de manera seguida, pero desde que me había convertido en Lexir esas necesidades se hacían menores, tal como me dijo alguna vez Gandalf.

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⏰ Última actualización: Nov 12, 2020 ⏰

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